Hace tres años, cuando Robert Silva la convocó para ser secretaria general del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), Virginia Cáceres Batalla, no pensó en que sería la elegida por el dirigente colorado y el oficialismo para estar al frente de la ANEP, indicaron a El País fuentes de su entorno.
Sin embargo, así será en los próximos días si el Senado finalmente vota su venia y la confirma en el cargo. Cuando esto ocurra, la abogada colorada de 40 años se convertirá en la primera presidenta en la historia de ANEP.
Su perfil técnico jurídico, sin experiencia docente, es resistido para este cargo por los sindicatos y por el senador frenteamplista Sebastián Sabini. Las críticas son en base al artículo 58 de la Ley de Educación (18.437) que indica que para alcanzar este cargo se “deberán poseer condiciones personales relevantes, solvencia reconocida, trayectoria en el ámbito educativo y méritos acreditados en temas de educación”.
Desde el entorno de la abogada, que antes de llegar a la ANEP se desempeñaba como secretaria letrada de la Corte Electoral, aseguran que tiene méritos suficientes para estar al frente del organismo educativo. E insisten que cuenta con una ventaja: acom-pañó de cerca la gestión de Silva, sobre todo el proceso completo de la transformación educativa.
El extitular de ANEP subrayó este jueves en una conferencia, posterior al encuentro que mantuvieron ambos con el presidente Luis Lacalle Pou en Suárez y Reyes, que Cáceres es “la persona adecuada para continuar con el proceso” por su perfil. Desde el primer día, no se “limitó a controlar la formalidad de un expediente”, sino que, aseguró, se “involucró” en los temas, “dialogando” con los distintos actores y participando de varias reuniones.
Quienes la conocen desde hace años, contaron a El País que la funcionaria no solo ha participado de reuniones claves de la reforma, sino que su pasaje del piso quinto -donde está su oficina- al tercero -piso donde están los despachos de la cúpula de ANEP- fue diario para cumplir con los detalles administrativos.
Otros recuerdan que en la mayoría de las visitas de Silva por todo el país, Cáceres estuvo y fue sacando “apuntes” de los diferentes reclamos, lo que indican, le permitió conocer la “realidad” y hacerse de un panorama del entramado educativo, que le fue apasionando cada vez más, pese a su formación jurídica.
A menos de un año de asumir como secretaria general de Codicen, la abogada nacida en Rivera que se crió entre el departamento fronterizo y la capital, tomó una decisión que desde su entorno valoraron como clave para su trayectoria: se declaró en no ejercicio ante el compromiso de muchas horas que sintió con el cargo que ostenta desde 2020.
Antes de esta etapa, estuvo dedicada al área de Derecho de Familia y Violencia basada en Género a lo largo de una década. Fue representante legal de Asfavide, una organización civil dedicada al trabajo con familiares de víctimas de delitos, de la organización Mujeres de Negro Uruguay; así como trabajó en Comuna Mujer, que asiste a mujeres que vivieron situaciones de violencia. También fue docente.
Al mismo tiempo, entre 2013 y 2018 fue funcionaria administrativa de la Corte Electoral y luego se desempeñó como abogada de la Oficina Nacional del Servicio Civil. Entre setiembre de 2019 y julio de 2020 fue secretaria letrada de la Corte Electoral, y a partir de entonces asumió en Codicen.
Lo cierto es que con Silva son viejos conocidos. Hay que remontarse unas dos décadas atrás cuando Silva integraba el Foro Universitario, y ella estudiaba Derecho. El vínculo entre ambos continuó a lo largo de los años por la militancia colorada, que ella inició a los 15 años, acompañando a su hermana. Cáceres comenzó militando a fines de los ’90 con Gustavo “Yiyo” Osta, en el Foro Batllista, y ahora permanece en esa línea con su agrupación Juntos, dentro de Batllistas. Silva, que llegó a la ANEP con el sector Ciudadanos, la eligió para sucederlo pese a que proviene de la vereda colorada opuesta. Esto, marcaron desde su entorno, fue valorado como un gesto de “grandeza” y de “apertura” por parte del extitular de ANEP, ahora precandidato.
En la casa de los Cáceres Batalla “siempre” se habló de política, pero nadie llegó a ocupar cargos políticos salvo ella. Mantiene un “vínculo muy cercano” con el expresidente Julio María Sanguinetti, quien antes le ha brindado consejos y esta vez no fue la excepción, según supo El País.
Influida en gran medida por su madre, de quien heredó el “carácter” para liderar equipos, que hoy varios cercanos a ella le destacan, con su próxima asunción se rompe el “techo de cristal”.
“Es extremadamente insoportable con el laburo, como Robert”, contó entre risas uno de sus allegados, graficando su trabajo “detallista” y el seguimiento de los temas diarios. Los informantes coincidieron en que Cáceres es “muy llana y muy simple” en el trato, con sonrisa mediante, al mismo tiempo que aboga porque las tareas que pide se cumplan en tiempo y forma.
Por su involucramiento en los temas que adoptó como secretaria general del Codicen, las fuentes aseguraron que conoce de primera mano a los principales sindicalistas de la educación, con quienes ha tenido un trato “justo”, lo que se prevé se mantenga a partir de su administración.
Los consultados remarcaron que Cáceres, por su interés, sigue de cerca todo lo relacionado con las “trayectorias educativas” y que prioriza las “políticas públicas”, siguiendo su matriz batllista.
Senador del FA apunta contra la designación
El senador Sebastián Sabini apuntó a la designación de Cáceres. “¿No hay ningún docente que se pueda hacer cargo de la educación?” , escribió en X (antes Twitter) el legislador, quien se preguntó si cumple con los requisitos. “Analizaremos el CV a la luz de la Ley y luego lo discutiremos en nuestra bancada”, dijo. Camila Menchaca, del sindicato ADES, manifestó en X: “Nadie cuestiona ni género, ni edad. Cuestionamos que NUNCA TRABAJÓ EN LA EDUCACIÓN PÚBLICA”.