Produce nuevas formas de reflexión y conexión con uno mismo a través del vínculo cuerpo-emociones.
Transforma la energía vital en creaciones que dinamizan el espíritu.
Ayuda a descubrir que podemos más de lo que creemos.
Ayuda a romper con estereotipos y a superar inhibiciones que nos impiden disfrutar del cuerpo.
Mejora la comunicación y la autoestima.