El IAVA, un edificio con pasado de esplendor y presente decadente

| Los techos están descascarados, las paredes "grafiteadas", se desprenden revoques, y hay goteras en los salones

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SEBASTIAN CABRERA

Ya hace muchos años que los alumnos no ingresan al Instituto Alfredo Vázquez Acevedo (IAVA) por la entrada principal, que da a la calle José Enrique Rodó y está clausurada. Este hall, muy oscuro, se encuentra en un estado de abandono total con una fetidez muy fuerte y las paredes están grafiteadas de arriba a abajo.

Una rápida recorrida por el liceo, inaugurado en 1911, muestra a las claras que se trata de un edificio con pasado esplendoroso y presente decadente. No parece ser el lugar idóneo para estudiar: hay paredes y techos descascarados, desprendimientos de revoque, clases a oscuras, pisos en mal estado, y ventanas sin vidrios.

La situación se agrava cada vez que llueve. Como el jueves pasado, cuando hubo que cerrar cinco salones que hacían agua, y había filtraciones en la caja de fusibles y los tubos de luz del laboratorio de química, con la posibilidad latente de que alguien quede electrocutado.

En diversos puntos del edificio hay trozos de mampostería con posibilidades de caerse. En la escalera que conduce al observatorio, por ejemplo, los desprendimientos son permanentes.

"La estructura del edificio está perfecta, no se va a derrumbar ni mucho menos. El problema es que se caiga un revoque arriba de alguien", advierte un docente.

"Este es un monumento histórico, pero está hecho pedazos", asegura un estudiante de cuarto año, mientras se arma un cigarro, sentado en un banco de uno de los patios. "Tanto dinero va para otros lados, ¿cuándo será el día que se ponga más plata para la educación?", se pregunta.

Sin embargo, otros estudiantes no están tan concientizados sobre la situación del liceo. Mientras juegan a las cartas en el piso o al ajedrez en un laboratorio, responden con un "no sé" cuando se les pregunta por el estado del instituto.

Los docentes suspendieron las clases desde el jueves de tarde y se mantienen en "asamblea permanente". Mañana se realizarán tres reuniones con padres de alumnos: a la hora 9, a las 15 y a las 17. Aseguran que está "en riesgo" la vida de estudiantes y profesores, y que no quieren esperar "a que haya una víctima".

"La labor educativa se ve resentida. Damos clases en malas condiciones y eso no se arregla con jornadas de reflexión", opina la profesora Marta Botta, del sindicato de docentes.

Profesores y alumnos reclaman algunas obras "imprescindibles", que las autoridades han anunciado que se encararán en las próximas semanas. Lo más urgente es evitar que siga habiendo filtraciones en las aulas, y la refacción y el control de las instalaciones eléctricas.

El viernes de la semana pasada hubo un desperfecto en la caja central del edifico, por recalentamiento. Se llamó a la Dirección de Bomberos, que constató riesgo de incendio y elaborará un informe. La Dirección de Arquitectura de la intendencia de Montevideo también estudió el edificio y sus responsables dijeron que "hay para hacer un libro", según los profesores.

PELIGRO. En los últimos meses ha habido robos de libros, bicicletas y hasta de una computadora. Desde hace un año se reclama la instalación de una reja para separar el edificio del IAVA de la biblioteca de Secundaria, por donde ingresarían personas ajenas al instituto. La reja solicitada cuesta 3.800 pesos, pero por el momento brilla por su ausencia.

Según los docentes, es común que ingresen personas a "amedrentar" a los alumnos y sacarles las pertenencias. "Nosotros tenemos que actuar de guardias de seguridad y no es nuestra función", se queja Botta. Es que en el IAVA no hay controles: en la puerta habitual de acceso, por Eduardo Acevedo, cualquiera puede entrar y salir sin ningún problema.

Las obras empezarían el 15

La presión de docentes y alumnos del IAVA parece haber hecho efecto rápidamente. Las autoridades del Codicen han anunciado que el 15 de mayo se iniciarán algunas obras que se consideran urgentes. Se impermeabilizarán los techos del viejo edificio para evitar las constantes goteras y posibles cortocircuitos. "Es una obra muy puntual para resolver el problema que hay ahora", advirtió el presidente de Secundaria, Jorge Carbonell.

Sólo resta culminar los detalles administrativos. La próxima semana se llamará a una "pequeña licitación" y, una vez que se decida cuál es la empresa que llevará a cabo la obra, los trabajos se comenzarían rápidamente.

Claro que los problemas con filtraciones de agua no son nuevos. Todo lo contrario: ya se presentaban dificultades hace 20 años y el edificio tiene muchos "remiendos" encima.

Carbonell admitió que el IAVA se encuentra muy venido a menos, y que necesita "un mantenimiento muy especial". El jerarca afirmó que cuando él mismo concurría a este instituto había 48 salones, y ahora no más de 20. "La planta alta está prácticamente inutilizada. Antes tenía 7.000 alumnos y ahora no llega a 3.000", aseguró.

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