El país

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No es que yo sea un viejo pesado (de hecho, no soy tan viejo). Ni que tenga algo contra el bien logrado comercial de Ancap que tanto pasan por la televisión (tanto que me convencieron de llenar el tanque antes que se dignen a bajar los combustibles). Lo que pasa es que el sábado, mientras apuraba con la patrona el primer mate del día, tuve oportunidad de escuchar el aviso en su versión radial. En ella, el locutor dice que "el recurso más valioso que tiene Uruguay es su gente, porque tiene la capacidad de producir un país diferente: el país que queremos". Y de nuevo, entre tostada y tostada, me asaltaron las dudas. Como la semana pasada. Por eso, perdonen que me ponga insistente. Y que llueva sobre mojado. Pero es que honestamente creo que hace falta.

¿De verdad creemos que la gente, que los uruguayos, son el recurso más valioso que tiene el país? ¿En serio? Pues si así fuera, deberíamos empezar por entender que estamos dilapidando esa riqueza.

Veamos. Según la recientemente divulgada Encuesta Continua de Hogares, el 35,5% de los uruguayos entre 12 y 29 años abandonó la educación media. O sea, el liceo. ¿Se entiende? Más de tres de cada diez desertaron. Se fueron del liceo para no volver. Algunos para trabajar. Otros, vaya a saber uno. ¿Somos capaces de advertir la gravedad de este dato, que hace a la forma en que estamos desarrollando (o mejor dicho, que no lo estamos haciendo) a nuestro "recurso más valioso"?

El trabajo indica que el 45% de esos jóvenes desertaron por desinterés o porque les interesaba aprender "otras cosas". ¿Captamos? Les enseñan algo que no les interesa. Además, cada vez les interesan menos cosas. O -mejor dicho- menos cosas que tienen que ver con la educación. ¿Y si les ofrecemos un empleo público? Están todos. ¿Y si les diéramos opción de vivir del subsidio del Estado, que son los demás uruguayos? Habría cola.

"Son jóvenes", dirá alguno, casi con desprecio. Pero el trabajo muestra que más de siete de cada diez uruguayos mayores de 25 años no terminó el liceo. ¿Y entonces?

¿Qué país puede construirse con este recurso humano? ¿Cuál es "el país que queremos", como plantea el aviso, que esta ciudadanía va a ayudar o estaría ayudando ya a construir? ¿Un país de excelencia? ¿Un país en el que hay que trabajar duro para crecer en la vida, para desarrollarse? ¿Un país de valores arraigados, de respeto por el prójimo? ¿Un país que quiere ir a más y que trabaja todos los días para ello?

¿De verdad creemos que con ese recurso humano tan "valioso" estamos construyendo eso?

¿O estaremos construyendo, militante y concienzudamente, un país en el que reina el mínimo esfuerzo, en el que el ideal de vida de muchos es trabajar poco -lo necesario, si no hay más remedio- pero tener el último celular, un plasma y el cable, aunque haya que colgarse para eso?

¿Estamos construyendo un nuevo país, "el país que queremos"? ¿O estamos destruyendo el país que fuimos y del que alguna vez estuvimos legítimamente orgullosos?

elpepepregunton@gmail.com

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