La Fundación con Todos los Niños tiene a su cargo la gestión y comercialización de los paradores de playa ubicados en la franja costera que va de Pocitos al Buceo. Los mismos son atendidos por jóvenes en situación de riesgo social que provienen de instituciones sociales como El Abrojo y Vida y Educación, apoyados en esta gestión por personal gastronómico especialmente contratado. Esta operativa combinada entre la Fundación y la Intendencia de Montevideo, que facilitó el usufructo de los paradores, permite ofrecer un buen servicio gastronómico a veraneantes y turistas, mientras que brinda una salida laboral y estudiantil a cientos de jóvenes. Al mismo tiempo, rescata para la ciudad una serie de lugares que estaban completamente abandonados.
En el parador Torres García, el único que funciona como restaurante, la Fundación está asociada a la empresa que gestiona la parrillada La Estacada, frente al faro. Esta combinación posibilita que el "Torres García" esté abierto todo el año, proporcionando empleo y educación a los jóvenes que allí trabajan.
Francisco Russo, uno de los propietarios de "La Estacada" dijo estar muy conforme con los resultados de la gestión en el Parador Torres García. "A los chicos se les abre una puerta para trabajar o seguir perfeccionándose en el área gastronómica. Nosotros apostamos a la gente joven, porque pone un gran esfuerzo en salir adelante. En "La Estacada" el promedio de edad es de 25 años.", dijo Russo.
Agregó que en la Fundación no sólo apuntan a la obtención de un empleo para los jóvenes, sino a que algunos de ellos vuelvan a insertarse en el sistema educativo a través de los estudios de cocina.
"Los paradores nacieron en forma simultánea junto al sistema de formación en gastronomía que desarrolla la Fundación con Todos los Niños. Enseguida nos dimos cuenta que precisaríamos lugares donde los jóvenes pudieran ganar experiencia y poner en práctica lo aprendido", dijo el Secretario Ejecutivo Licenciado Eduardo Aparicio.
COCINAR EN EL PARQUE. Dicho Sistema de Formación en Gastronomía funciona en el Hotel del Lago del Parque Rivera. Ha formado un promedio de 700 jóvenes. A su egreso, están capacitados para trabajar en cocina de restaurantes, hoteles, bares, pizzerías, cocinas de hospitales y sanatorios y casas de comida al paso. Además, tienen inserción laboral como ayudantes de confiterías y panaderías.
Los cursos tienen una duración de un año. Los chicos que acceden a ellos han desertado del sistema educativo, y buscan horizontes. La Fundación pone en práctica un sistema de selección de modo que ingresen a los cursos los más capacitados.
Una vez que egresan, cuentan con 6 meses de práctica que desarrollan en los paradores de la Fundación y en otras empresas gastronómicas, porque los paradores no resultan suficiente para cubrir la mano de obra. La Fundación se financia a través de varias vías.
La principal es el cobro de los derechos publicitarios que se obtienen en los paradores. "Una experiencia interesante tuvo lugar con pinturas Inca, que durante 7 años patrocinó los paradores. Fue a raíz de ese vínculo con la pinturería que llevan el nombre de artistas nacionales", dijo el Lic. Eduardo Aparicio.
FINANCIACION. Otro de los aportes económicos que reciben se verifica a través de empresas y particulares. Bajo el lema "Una acción con todos los niños", la Fundación lanzó una campaña de recolección de fondos para financiar programas educativos con chicos de calle.
Concretamente la campaña promocionó la compra por parte de empresas y particulares de "Acciones Sociales" de programas socio educativos dirigidos a niños y jóvenes en situación de dificultad social. Cada "Acción Social" tiene un costo de 20 pesos uruguayos, pudiéndose adquirir mensualmente todas las deseadas, tanto por empresas como particulares.
Los propietarios de las acciones se constituyen como Accionistas Sociales. En asambleas periódicas, organizadas por la Fundación tienen acceso a informes de auditoria —realizados por la consultora Tea Deloitte & Touce— donde se detalla el avance de la recaudación, el empleo de los recursos obtenidos y logros de cada programa financiado.
Esta modalidad intenta relacionar en forma más eficaz y transparente al donador con los resultados obtenidos en la gestión de los programas.
Otra fuente de financiamiento es a través de los cursos de gastronomía, que la Fundación ofrece a la Junta Nacional de Empleo en la que se capacitan jóvenes que desean obtener un trabajo.
El convenio con la Intendencia no significa recursos, pero resigna la percepción de posibles ingresos municipales, en favor del desarrollo de la experiencia.
Por último el dinero que se recibe en los paradores también ayuda a financiar el proyecto. A los chicos que trabajan allí se les abona un sueldo básico y se les otorga el uniforme.