Entre 200 especies de arañas, sólo cinco son las peligrosas

Veneno. La mayoría de los accidentes se dan en las casas y en verano

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LETICIA COSTA DELGADO

Entre las más de 200 especies de arácnidos que hay en Uruguay, cinco son peligrosas para los humanos. De ellas, dos no suelen verse. Dos publicaciones presentan las especies autóctonas y destacan su función como controladores biológicos.

Desde la civilización egipcia, la mitología griega y las culturas indígenas latinoamericanas hasta la actualidad las arañas han sido vistas con una mezcla entre admiración y miedo.

Vinculadas a diosas tejedoras y asociadas con la maternidad, históricamente fueron evocadas para la guerra y admiradas por su habilidad para crear trampas que las presas no ven.

"Las arañas tienen esa mezcla rara de atracción y repulsión", dice Carmen Viera, especialista en insectos y arácnidos e investigadora del Instituto de Investigaciones Biológicas Clemente Estable (Iibce).

Viera, editora del libro "Arácnidos de Uruguay", publicado recientemente, dice tener claro que la fobia y el temor no son racionales, sino subjetivos. Es entendible, señala, pero no se condice con los datos de accidentes ocurridos por accidentes con arañas.

Según datos del CIAT (Centro de Información y Asesoramiento Toxicológico ubicado en el Hospital de Clínicas) en 2010 se registraron 50 casos de mordeduras de arañas, la mitad de las registradas por ofidios (víboras).

De todas formas es importante conocer cuáles son las que causan daño, dice la investigadora. La más peligrosa es la Loxosceles laeta (ver foto). Conocida como la "araña de los cuadros", suele esconderse detrás de muebles, pinturas y estructuras que llevan mucho tiempo sin ser removidas.

El 80% de los casos registrados por el CIAT son provocados por esta especie. Y los más graves se producen en diciembre y enero. Para Amalia Laborde, directora del centro, el aumento de los casos en verano seguramente se debe a que el veneno reacciona con el calor y se vuelve más potente.

La araña de los cuadros causa una reacción cutánea que al comienzo tiene color rojo y después se va ennegreciendo; el veneno afecta los tejidos como si fuera una suerte de ácido. Después pasa a la sangre, tiene el mismo efecto degenerativo sobre los órganos y puede ser letal.

Una forma sencilla de evitar estos accidentes, comenta Viera, es utilizar un plumero para limpiar la parte de atrás de los muebles antes de moverlos -los accidentes son frecuentes en mudanzas. Otro consejo es no tener bibliotecas en los cuartos porque podrían crecer allí y luego meterse dentro de los zapatos.

PRECAUCIÓN. Dentro de la nómina de especies peligrosas también están la "viuda negra" o "araña del lino" y una de las llamadas "araña lobo", de nombre científico Lycosa eriprognatha.

No viven en la ciudad. La primera, de nombre científico Latrodectus mactans, habita en zonas de sierras como los campos del departamento de Lavalleja o en praderas con muchas piedras. Es de color negro intenso y tiene una mancha roja.

Soledad Ghione, una de las autoras de "Guía de arácnidos del Uruguay", otra de las publicaciones editadas recientemente sobre especies nacionales, aclara que no es fácil de divisar. "Uno tiene que estar metido entre las piedras. Nosotros las manipulamos y nunca hemos tenido un accidente", aclara Ghione, también investigadora del Iibce junto a Carlos Toscano-Gadea y Anita Aisenberg, coautores de la guía.

La otra especie, menos peligrosa que las anteriores, generalmente vive bajo piedras en campos abiertos. Tiene color oscuro y un diseño en el abdomen que suele ser de color naranja. Su particularidad es que se para sobre las patas de atrás para espantar a los animales que la agreden.

Las que completan las cinco más peligrosas son: la araña del banano (phoneutria nigriventer) y el escorpión tityus trivittatus. La primera llegó a Uruguay desde las plantaciones de bananas de Brasil pero su veneno perdió intensidad en el territorio nacional.

Viera comenta que puede verse en zonas de baldíos y en la periferia de las ciudades. Es de color castaño pardo y mide menos de cinco centímetros.

Ghione agrega que en los últimos años ha dejado de llegar porque la fruta ya no se trae con ramas de árboles. En cuanto al escorpión se reportó una sola vez en el departamento de Colonia (ver foto). El CIAT no ha registrado intoxicaciones graves por escorpiones.

NECESARIAS. Entre las especies que gozan de mala fama y no resultan dañinas, cuentan las especialistas, se encuentran las Pholcus phalangioides. "Son las que están en las casas, en los rincones de los baños, cabeza para abajo", ilustra Viera. El veneno que tienen es muy poco y los quelíceros -estructuras desde donde lo desprenden- son muy pequeñas", agrega Ghione.

Observadas con lupa estas especies permiten divisar la acción de un vaso sanguíneo que late como si fuera un corazón humano.

Pero más allá de cuál es su relación con el ser humano, todas las arañas cumplen una función en el equilibrio biológico. Se alimentan de insectos que dañan plantas y frutos.

Recientemente Viera estudió la respuesta predadora de arácnidos en plantaciones de cítricos pertenecientes al Mercado Modelo. La investigación fue desarrollada junto a la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Udelar.

En el estudio los técnicos compararon un campo que había sido tratado con pesticidas y otro que no. Pasado un tiempo el que había recibido productos químicos era el que tenía más insectos.

Los pesticidas habían matado arácnidos que mantenían controladas especies resistentes a los agroquímicos. Esta función también la cumplen en jardines. Viera desarrolla otro estudio sobre el control de hormigas por arañas.

Para Ghione es necesario desmitificarlas, conocerlas y entender que son parte de la fauna nacional. "Hablo de arañas y dicen `qué asco`. No es un panda, entiendo, pero son parte de nuestra fauna", concluye.

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