Esos malditos trastornos del sueño

| Hay pocos especialistas en el país, pero cada vez reciben más consultas y cuando lo hacen el problema ya es agudo

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Cada vez más uruguayos consultan por problemas relativos al sueño y muchos evidencian que dichos trastornos, sobre todo el insomnio, se relacionan muy estrechamente con las preocupaciones derivadas del contexto social y económico que predomina.

En Uruguay hay pocos médicos especializados en medicina del sueño, una subespecialidad que existe desde hace por lo menos 40 años y que descubre, constantemente, alguna novedad fundamental a la hora de diagnosticar los trastornos que sufren las personas a la hora de dormir o, en muchos casos, en el día, pero derivados de lo que les pasa de noche.

La médica Cecilia Orellana, especializada en trastornos del sueño en Montpellier, Francia, asiste cada vez a más pacientes en su consulta privada y pública. Aunque todo indica que cada vez son más las personas que sufren algún tipo de trastorno del sueño, éstas siguen siendo enfermedades subdiagnosticadas.

Muchas veces el paciente no consulta hasta que la patología avanzó demasiado y en otros casos no llega a la consulta por diversos motivos, como el desconocimiento de los tratamientos o la falta de recomendación de ellos por parte de otros médicos.

Es común también el consumo indiscriminado de psicofármacos, en algunos casos porque es la propia persona quien se los automedica o, si bien son recetados por profesionales de la salud, luego se utilizan indiscriminadamente.

"Muchas veces el paciente que llega hasta el especialista ha sido multitratado y así arriba en una etapa crónica, muchas veces con abuso de fármacos", explicó Orellana. Si bien estos medicamentos están frecuentemente indicados para el tratamiento de ciertos trastornos del sueño, deben tomarse en determinadas dosis y con especificaciones que solo un especialista puede determinar.

"El hipnótico es útil y necesario, pero siempre debe ser una terapia limitada en el tiempo, discontinuada y no de por vida. Es común que las personas que tienen trastornos del sueño consuman psicofármacos habitualmente, los que les genera dependencia y tolerancia; así muchas veces llegan a la consulta tomando cuatro psicofármacos y aún sin dormir", explicó la especialista.

Si bien cada vez asisten más pacientes a la consulta —a veces derivados por los médicos y a veces por propia iniciativa—, Orellana considera que muchos más no se tratan, sobre todo si se considera que algunas mutualistas no cubren estos tratamientos y, además, si se tiene en cuenta el número de personas que se han borrado del sistema privado de salud.

UN TERCIO. Se calcula que un tercio de la vida de un adulto normal transcurre mientras duerme. La medicina del sueño comenzó a desarrollarse hace unos 40 años, aunque los trastornos que padecen los hombres a la hora de dormir fueron descritos incluso desde la época de la antigua Grecia.

Con los avances tecnológicos y de diagnóstico, ya se han identificado 87 patologías del sueño; las principales, por su frecuencia, son el insomnio y las apneas del sueño, pero existe una amplia gama de problemas que se producen a la hora de dormir o, en el día, como consecuencia de un mal sueño.

Durante mucho tiempo estos trastornos se transformaban en anécdotas, explicó Orellana, y por eso las consultas por un problema que no se percibía como tal eran escasas.

Con el paso del tiempo y la investigación, estos trastornos llegan cada vez más hasta los médicos, aunque también "pueden ser más frecuentes actualmente por determinados cambios en los hábitos de vida de las personas", consideró la médica.

Algunas de estas enfermedades son, además de molestas, complicadas para la vida normal de una persona porque producen somnolencia diurnas que, en muchos casos, pueden implicar peligros en el desempeño de ciertos trabajos. En Estados Unidos, por ejemplo, aquellas personas que roncan y tienen sobrepeso (ambos son factores que pueden presentarse en pacientes con un trastorno llamado apnea del sueño) y no reciben tratamiento médico adecuado, deben pagar primas más elevadas por sus seguros de vida, dado los riesgos de dormirse de día que conlleva este trastorno.

OJOS ABIERTOS. El insomnio es uno de los trastornos más frecuentes. Algunas personas creen que duermen mal o que casi no duermen, pero a la hora de ser estudiados a través de un estudio específico denominado polisomnografía, la evidencia demuestra que en realidad duermen, aunque tal vez no tan bien como otra persona de su misma edad y sexo sin trastornos del sueño. Este fenómeno implica una "inhabilidad de percepción del sueño", explicó Orellana; en esos casos los cerebros de estas personas no perciben que realmente durmieron y así se sienten cansados.

Las causas y características del insomnio solo comenzaron a desentrañarse en los últimos años; la vida moderna plagada de estrés, problemas psicoafectivos, emocionales, económicos y un sinfín de exigencias, han disparado los casos de esta afección en sujetos que, en otras circunstancias, casi no hubieran desarrollado trastornos del sueño.

Los insomnios primarios son aquellos que aparentemente no sondisparados por algún factor externo; cuando los médicos buscan en la historia del paciente, suelen descubrir que desde niños dormían mal o lo hacían muy tarde, cuando ya todos habían conciliado el sueño en la casa.

En algunos casos también se ha detectado que sus padres eran insomnes; si bien todavía no se ha establecido un vínculo genético definitivo en esta afección, los especialistas hablan de predisposición genética, lo que hace que en determinadas familias se presente el trastorno con más frecuencia.

En otros casos los aparentes insomnios se producen en realidad por malos hábitos a la hora de dormir. Aunque no hay estudios realizados específicamente en Uruguay, se estima que el 25% de la población padece algún tipo de insomnio.

El vínculo del insomnio con el estrés es importante, así como el relacionamiento de este trastorno con las enfermedades psiquiátricas, que generan los llamados insomnios secundarios.

RONQUIDOS. Otro de los trastornos más frecuentes es el síndrome de las apneas del sueño. Afecta más a los hombres en la etapa media de la vida entre 40 y 60 años, que en general tienen un poco de sobrepeso. Estas personas no siempre consultan por iniciativa propia, sino a veces alentadas por esposas o personas que "padecen" sus ronquidos o que se alarman cuando perciben que su compañero de cama dejó de respirar durante un preocupante período.

Si bien estos pacientes creen queduermen bien, es común que sientan fatiga cuando se despiertan por la mañana.

Esto sucede porque al cortarse el flujo de aire, el cerebro siente la interrupción y provoca que la persona se despierte por pocos segundos.

Como consecuencia experimenta somnolencia durante el día, al punto que llega a dormirse en situaciones tan peligrosas como manejar un auto o una maquinaria peligrosa.

Las apneas también son factores de riesgo para patologías tales como la hipertensión arterial, los infartos y las arritmias, así como para los accidentes cerebrovasculares.

A DORMIR. Como forma de prevenir algunos de estos trastornos, es saludable aplicar buenos criterios de "higiene del sueño" desde la niñez. Es conveniente que luego de los seis meses el niño ya no se despierte para alimentarse durante la noche y luego del año debería estar durmiendo entre 10 a 11 horas durante la noche, más una siesta de entre una y tres horas, dependiendo de su actividad.

Cerca de los cuatro a cinco años, los niños ya no tienen la necesidad física de dormir una siesta, pero deben seguir descansando más de nueve horas durante la noche.

Después de los ocho o nueve años, ocho horas suelen ser suficientes, aunque cerca de la adolescencia vuelven a necesitarse más horas de sueño, algo que se relaciona con el aumento de actividades sociales y educativas.

En el período adulto, aunque cada persona tiene su número ideal dehoras de sueño, el promedio se ubica entre cinco y nueve horas.

La persona que habitualmente duerme menos de cinco horas es un insomne y si como regla extiende el descanso más de nueve, también suele padecer una patología del sueño.

En la edad adulta mayor las particularidades del sueño vuelven a variar y se necesitan menos horas.

Muchas veces el sueño se fragmenta debido a ciertas patologías pero esto también suele ocurrir si no hay problemas de salud. Las personas mayores suelen dormir seis horas e incluso menos.

Las etapas del sueño

Un adulto sano, de entre 20 y 40 años, tiene un sueño en el que se pueden diferenciar dos etapas: el llamado sueño REM y noREM. La etapa de sueño REM (por sus siglas en inglés, movimientos oculares rápidos) fue descubierta casi por casualidad por unos investigadores de la Universidad de Stanford que analizaban otras variables el sueño.

Así se dieron cuenta que durante ese período en que los ojos se movían de un lado hacia el otro, el cerebro mantiene una actividad parecida a la

que tiene en la vigilia o a una etapa de sueño muy superficial. En este período se tienen imágenes oníricas más frecuentemente que en la etapa NOREM. La etapa REM se inicia unos 90 minutos después de empezar a dormir y se presenta sucesivas veces durante la noche, alternando con las etapas NO REM.

Los períodos de sueño NO REM incluyen cuatro etapas, en las que paulatinamente se produce un aumento del flujo sanguíneo cerebral pero una disminución de la actividad de este órgano. Es fundamental durante este período la reparación de las células cerebrales.

Un ciclo completo de sueño oscila

entre los 90 y 120 minutos de duración y suele componerse con las cuatra etapas NO REM y luego la REM.

Pasar una noche en el laboratorio del sueño

Cuando una persona es diagnosticada con un trastorno del sueño, es muy corriente que su médico indique un estudio llamado polisomnografía.

Este análisis implica, generalmente, pasar la noche en un "laboratorio del sueño", en el que se analizan diversas variables y exámenes para llegar a un diagnóstico y así poder alcanzar una cura.

En Uruguay, estos estudios se realizan en varios lugares.

Cecilia Orellana, médica especializada en trastornos del sueño en Montpellier, Francia, los realiza en la Clínica del Parque y el Hospital Británico.

Sin embargo, el Hospital de Clínicas fue pionero en este tipo de análisis y estudios.

De todas formas, los técnicos coninciden a la hora de indicar que para realizar el estudio debe haber un ambiente donde las condiciones están reguladas: no hace demasiado calor ni demasiado frío, no hay ruidos y no hay luz.

El paciente permanece ocho horas en el laboratorio, donde se le practica un electroencefalograma para analizar la actividad del cerebro.

También se registra el movimiento muscular del mentón y de los miembros inferiores. El estudio prevé que se analice la actividad respiratoria, que incluye la respiración naso bucal (cuanto se inspira o espira) y también la actividad abdominal al respirar, así como el electrooculograma.

Antes de realizar un estudio de este tipo, el médico debe recabar la historia clínica del paciente.

En ciertos casos en que los trastornos son consecuencia de alguna enfermedad física o psiquiátrica, la polisomnografía no siempre es necesaria.

Clasificación de trastornos

- En 1995 la Comisión Nacional de Investigación de Trastornos del Sueño de Estados Unidos evaluó en1995 que 40 millones de personas en ese país sufrían algún trastorno crónico del sueño y que entre 20 y 30 millones experimentaban síntomas intermitentes de sueño insuficiente por patologías variadas.

- El insomnio y las apneas del sueño son los trastornos más frecuentes. La prevalencia media del insomnio en la población general es de un 35%, con un 10 a 15% de pacientes diagnosticados como moderada a severamente afectados. El insomnio afecta mayormente a mujeres y aumenta con la edad.

- La Asociación Norteamericana deTrastornos del Sueño realizó en 1990 por primera vez la clasificación de estas patologías. En la última clasificación, que data de 1997, se dividen los trastornos en cuatro áreas principales.

- Las disomnias son trastornos que ocurren durante el sueño y que son intrínsecos al mismo, porque se originan dentro del organismo del individuo. Pueden producir somnolencias diurnas excesivas.

- Las parasomnias ocurren durante el sueño pero no alteran la macroestructura de éste, ya que se presentan todas las etapas del sueño. Son fenómenos físicos que ocurren durante el sueño por activación inapropiada del Sistema Nervioso Central, que se transmiten al sistema muscular o al sistema nervioso autónomo. Incluyen el sonambulismo, somniloquias, los calambres nocturnos en los miembros inferiores, la pesadillas y el bruxismo (apretar los dientes).

- Los trastornos del sueño asociados a otras enfermedades, médicas o psiquiátricas, son muy frecuentes. También están los llamados trastornos propuestos, patologías de las cuales todavía no existen datos epidemiológicos completos que permita incluirlas definitivamente en la clasificación.

Higiene del sueño

- Aunque en muchos casos ciertas patologías del sueño necesitan de una terapia que incluya medicación, siempre es necesario cambiar las conductas que preceden al sueño y que pueden colaborar a mejorarlo

- Los especialistas aconsejan evitar los horarios irregulares cuando se trata de irse a dormir.

- No realizar ejercicios físicos intensos en las cinco horas previas al momento de dormir.

- Para evitar el insmonio se deben evitar tomar bebidas estimulantes como café, té, mate o bebidas cola en las tardes, así como fumar y beber alcohol en la noche.

- No es conveniente pensar en los problemas del día o las cosas pendientes antes de dormir.

- Están desaconsejadas las comidas abundantes en la noche.

- El dormitorio debe estar a oscuras, sin ruidos y con temperatura confortable.

- La cama solo debe utilizarse para dormir o tener actividad sexual. Se debe evitar comer o mirar TV en ella.

- No se aconseja permanecer en la cama si el despertar nocturno se prolonga. Es mejor levantarse, instalarse en otra habitación y realizar actividades tranquilizadoras. Es posible volver a la cama pero solo cuando la persona siente sueño.

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