Solo uno de cada diez estudiantes de las carreras de formación docente logra egresar en tiempo y forma, y más de la mitad abandona. Piden flexibilizar los planes de estudio y apoyo económico del Estado.
Estas conclusiones surgen del informe "Factores que influyen en la duración de las carreras de formación docente", presentado ayer miércoles y que realizó la consultora Cifra en el primer semestre de 2012 a pedido del Consejo de Formación en Educación.
Cifra analizó la trayectoria educativa de dos cohortes de estudiantes, la generación que ingresó en 2005 y la que ingresó en 2008 y se tomaron como muestra nueve centros de formación: Centros Regionales de Profesores del Suroeste (Colonia) y Litoral (Salto); Institutos de Formación Docente de Durazno, Melo, Pando y Paysandú; Instituto de Profesores Artigas (IPA); Instituto Normal de Montevideo (INM) e Instituto Normal de Enseñanza Técnica (INET).
REZAGO Y DESERCIÓN. Solamente uno de cada diez estudiantes que se anotan en una carrera de formación docente logra egresar en tiempo y forma, y a esa altura más de la mitad declara que abandonó la carrera.
El grueso de los abandonos se da al principio de la carrera: un tercio de ambas generaciones de estudiantes (2005 y 2008) no llega a dar ningún examen; el grupo que continúa también sigue reduciéndose, perdiendo entre el 10% y el 15% año tras año; solo uno de cada diez egresa en tiempo y forma; en los años subsiguientes egresan algunos estudiantes de las generaciones que se fueron rezagando, pero son pocos.
El informe de Cifra destaca que tres años después de lo que prevé el plan de estudio, el total de egresados de una generación es de alrededor de dos de cada diez de los que se anotaron inicialmente.
En cuanto a las causas del rezago estudiantil, Cifra identificó tres factores: las características de los estudiantes, los contextos socioeconómicos de donde provienen y el sistema educativo en sí mismo.
"Estos problemas no afectan solamente a la formación docente sino a todo el sistema educativo terciario. Según el Anuario Estadístico 2010, el egreso de las carreras de grado es aproximadamente igual a un cuarto del total de ingresos", señala Cifra.
CAPITAL CULTURAL. El informe agrega que la mayoría de los entrevistados, de los docentes que participaron en los grupos e incluso muchos alumnos piensan que el "capital cultural" inicial de los estudiantes de formación docente es bajo, y que las nuevas generaciones tienden a contar con menos capital cultural que las anteriores.
Esta situación, como las del rezago y la deserción, no es exclusiva de la formación docente, sino que afecta a todas las instituciones de formación terciaria, dice Cifra.
"Pero en la formación docente esto plantea un problema específico: se forma a los futuros formadores. Si los docentes que egresan no logran `recuperar` lo que no tenían en términos de bagaje cultural durante los cuatro años de formación docente, eso significa que los nuevos docentes tendrán menos capital cultural para transmitir a los nuevas generaciones, y será muy difícil revertir una tendencia negativa que afecta a toda la sociedad", explica.
Destaca además que el deterioro del capital cultural probablemente es más acentuado en la formación docente que en otras instituciones terciarias, porque el público que recluta tiende a provenir de estratos socioculturales y económicos algo más bajos que el público que atraen otras instituciones terciaras. Este fenómeno lo explica en parte por la alta proporción de estudiantes del interior, donde es mayor el porcentaje de hogares de sectores medio y medio bajo que en Montevideo.
Este problema no es percibido por los estudiantes. El 22% considera que tenía una formación previa muy buena cuando se anotó en la carrera; el 62% piensa que era "suficiente" y solo el 15% que era insuficiente.
Sin embargo, Cifra señala que el factor que más incide en el rezago de los estudiantes no es su capital cultural sino la edad y la situación personal al momento de inscribirse en la carrera. Son pocos los que ingresan a formación docente cuando terminan el bachillerato o a los 18 años. La mayoría entra unos años después, cuando ya está inserto en el mercado laboral, tiene compromisos familiares o está estudiando otra carrera. Dos datos confirman esto: entre los que se recibieron, más de la mitad empezó su carrera con 18 o 19 años; y entre los que abandonaron, más de la mitad comenzó la carrera con más de 23 años.
DESESTÍMULO. El informe señala que tanto los docentes como los estudiantes entrevistados consideran que se les exige que asuman roles para los cuales el sistema no los prepara. "Esto genera fracasos docentes, temor a asumir los roles o a desempeñar la tarea y también desestímulo durante la formación", dice Cifra. "Esos roles adicionales -agrega- no parecen contribuir a una mayor valoración del rol docente, sino que, por el contrario, los docentes sienten que tanto ellos como el sistema educativo en general están desprestigiados, y esa falta de prestigio social vuelve poco atractiva la carrera docente para muchos potenciales estudiantes".
Otros elementos que conspiran contra la carrera, en opinión de los estudiantes, son la excesiva carga horaria y el número de materias. A esto agregan la burocratización excesiva de las instituciones de formación docente, una gestión similar a la de Secundaria y el reclutamiento de docentes. "Frente a la carencia notoria de profesores, reclutan estudiantes de formación docente. Les ofrecen gran cantidad de horas y esto termina tentando a los estudiantes (que además necesitan trabajar). Luego se les hace imposible compatibilizar el estudio con una abundante carga de horas en Secundaria", dice.
SISTEMA FLEXIBLE. Sin embargo, ni los docentes ni los estudiantes consideran que la solución a los problemas de rezago y abandono sea reducir la carga horaria o las exigencias en Formación Docente. Sí creen que se debería modificar la organización del plan a fin de adaptarlo a la realidad de los estudiantes.
En primer lugar, reclaman una mayor flexibilidad para los estudiantes, permitiendo que se utilicen todos los turnos y flexibilizando el sistema de grupo. También sugieren la semestralización de las materias, manteniendo los contenidos y el sistema de exoneración. Otra de las herramientas sugeridas es un sistema de ayuda económica más amplio que llegue a más estudiantes, que les permita no trabajar o trabajar menos mientras cursan la carrera. "En ese sentido se sugiere dar mayor autonomía a los centros para otorgar las becas y manejar las partidas de recursos; esa mayor autonomía, además, mejoraría también la gestión", resume Cifra.
CONCLUSIONES. Con respecto a la generación 2005, el informe señala que de cada 100 estudiantes ingresados, el sistema produce 20 egresados que ejercen la docencia, y otros 40 que dan clase sin título. "Por cada estudiante que se titula como docente, ejercerán también otros dos docentes que son, de algún modo, estudiantes fracasados que tienen a su cargo la tarea de formar estudiantes", afirma Cifra.
Otro dato que resalta el informe es que a cuatro años de comenzada la carrera los Centros de Formación Docente solo retienen un poco más de un tercio del total de inscriptos y logran que egrese uno de cada diez. Más de un tercio abandonó la carrera sin dar un solo examen.
Los CERP obtienen una mayor tasa de egreso y también una mayor retención de alumnos. En el otro extremo, el IPA es el que muestra un mayor rezago.
Sistema similar al universitario
El informe de Cifra sobre formación docente, señala que hoy el factor que más indice en el rezago y el abandono es que un gran porcentaje de estudiantes trabaja y tiene obligaciones familiares que se vuelven incompatibles con un sistema rígido. Esto se potencia porque la mayoría no comienza su carrera docente antes de los 20 años.
El plan 2008 no parece marcar un gran cambio en este sentido, aunque tampoco obstaculiza más que los planes anteriores, ya que no se observan diferencias significativas en el egreso y solo alguna pequeña en el rezago entre los que ingresaron en 2008 y los que lo hicieron en 2005, agrega.
"Mirando a futuro, parecería importante pensar en sistemas de formación docente más flexibles y más acompasados al público que asiste. En esta línea, la creación de un Instituto Universitario con una lógica más similar a los sistemas universitarios que hay hoy en Uruguay y el mundo podría ayudar a obtener mejores resultados", concluye Cifra.