HUMO BLANCO PARA LA MEGA INVERSIÓN
El acuerdo marco tiene como fecha límite para confirmar la inversión febrero de 2020.
Es "el pez más gordo que se ha pescado" en el país. Así catalogó un importante jerarca del Ejecutivo al megaproyecto de UPM, ayer cuando terminó la conferencia donde el gobierno uruguayo firmó el contrato de intención de inversión con la delegación finlandesa.
El acuerdo marco de inversión entre el Estado uruguayo y la empresa UPM establece todas las condiciones necesarias para que se confirme la instalación de la segunda planta de celulosa de esta empresa en el país. Sería la tercera de este tipo que se construiría en Uruguay. Ahora se inicia un proceso de estudio y seguimiento sobre los avances en las obras de infraestructura, y condiciones jurídicas que fueron plasmadas en el memorándum.
Este proceso llevará un año y medio, o dos. La fecha límite para que los inversores definan si construyen la fábrica o no, es febrero de 2020. Semanas antes de que finalice el período de gobierno del presidente Tabaré Vázquez.
De no tomar la decisión en ese plazo, caerá todo el acuerdo y las partes deberán volver a negociar todos los puntos con el nuevo mandato que asuma a partir de marzo de 2020.
Por eso el comunicado oficial de UPM —redactado en Helsinki, Finlandia— habla de "una potencial inversión en una planta de celulosa". Sin embargo ambas delegaciones son "altamente optimistas" en que se llegue "en tiempo y forma" a cumplir todos los requerimientos necesarios para viabilizar la inversión. Así lo transmitió un jerarca del gobierno uruguayo a El País en la noche de ayer.
"El presidente Vázquez nos pidió expresamente que pongamos todos los mayores esfuerzos para que se termine de confirmar la construcción de la planta", dijo la fuente. El jerarca agregó: "Se está trabajando con gran profesionalismo y cautela. Y no hay duda que este es un proyecto bueno para el Uruguay, no es un capricho del gobierno. Los frutos los verá el próximo mandato", dijo.
El gran pez.
En el contrato de inversión publicado en el portal oficial de Presidencia de la República, se estima que el nuevo proyecto de UPM incrementaría "de forma permanente" el Producto Interno Bruto (PIB) en unos dos puntos porcentuales.
"Generaría nuevas exportaciones agroindustriales en el entorno de US$ 1.000 millones al año, con una recaudación de tributos aproximada de US$ 120 millones", agrega. Pero a su vez el proyecto generará un promedio de 3.000 puestos de trabajo con picos de 5.000 durante la construcción de la planta. Una vez esté operativa serán 4.000 puestos de trabajo directos, dice el contrato.
Pero para llegar a esto, el Estado uruguayo deberá hacer bien los deberes. La clave pasa por la infraestructura. Así lo dejó claro la delegación de UPM durante las decenas de reuniones que mantuvieron con el gobierno.
La clave para UPM.
En febrero de este año el presidente Vázquez viajó a Helsinki acompañado por gran parte de su gabinete ministerial. El mandatario también fue acompañado por una importante delegación empresarial, la más significativa desde que Vázquez está al frente del poder.
Sin duda el interés por participar en parte de la posible megainversión era el mayor atractivo. El presidente mantuvo una reunión cerrada con las máximas autoridades de UPM. En el encuentro, Jussi Pesonen —Chief Executive Officer (CEO) de la empresa— manifestó su gran interés por aumentar las inversiones de UPM en Uruguay. Sin embargo dejó en claro que el Estado uruguayo debería hacer un "esfuerzo importante" para garantizar las condiciónese de infraestructura necesarias para viabilizar la nueva planta.
"Si cerramos el tema del ferrocarril, aseguramos la inversión", comentó el presidente a sus ministros en el living del hotel donde se hospedaron en Finlandia. La reconstrucción del sistema ferroviario era su desvelo.
El lunes en la mañana el Ministerio de Transporte presentó el borrador del pliego para la licitación de la obra ferroviaria. Tres empresas chinas, dos alemanas, una argentina, una francesa y una española ya manifestaron su interés en participar, comentaron a El País dos fuentes oficiales vinculadas al proyecto.
La noticia fue valorada como positiva por la delegación de UPM, y 24 horas después anunciaron la firma del acuerdo.
En la foto no estuvo el presidente Vázquez. En su representación fue el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP), Álvaro García, el secretario de la Presidencia, Miguel Ángel Toma, y el prosecretario de la Presidencia, Juan Andrés Roballo.
La delegación de UPM que firmó el acuerdo fue integrada por Javier Solari y Gonzalo Giambruno, y el vicepresidente senior de Desarrollo de Negocios de UPM, Jaakko Sarantola.
"Este largo proceso fue intenso y con negociaciones muy duras", dijo en inglés Sarantola. "Eso no tiene nada que ver con mi ojo morado", bromeó luego y auguró por un buen trabajo para concluir el emprendimiento.
Zona franca.
El tren es clave. Pero no es el único trabajo que deberá hacer el gobierno. El Estado uruguayo concederá una terminal especializada en celulosa con acceso ferroviario en el puerto de Montevideo. Un predio que hoy no está previsto y está siendo utilizado por otras empresas.
"Una vez que se cumplan los requisitos de autorización, el gobierno otorgará una zona franca a la fábrica, la cual es necesaria para asegurar la competitividad en los mercados internacionales", dice el comunicado oficial de UPM emitido ayer en la tarde noche.
Por esta concesión fiscal a UPM, el gobierno cobrará un canon anual. (Ver aparte)
"El gobierno de Uruguay afirma su seria determinación con este contrato y con el cronograma acordado. El contrato sienta las bases para la planificación de UPM de una planta de celulosa de última generación", dijo Sarantola en el comunicado oficial.
El ejecutivo finlandés agregó que la firma del contrato de inversión en la noche del martes muestra el gran interés de UPM. "Lograr un avance considerable en la implementación de las obras de infraestructura es crítico para la decisión final de inversión", dijo.
Impacto y agua.
Parte de los procesos que se iniciarán en esta nueva etapa están vinculados con lo ambiental.
En el contrato de inversión UPM se comprometió a mejorar la calidad del agua del Río Negro, principal afluente sobre el que se instalará la fábrica. Su ubicación será en Durazno, cercana a Paso de los Toros. La inversión estimada es de 10,5 millones de dólares.
Sobre este punto, ya hay una empresa internacional, de origen canadiense realizando estudios sobre el agua del río Negro. El estudio de impacto ambiental correrá por cuenta de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), quien será la encargada de dar la autorización para que comience a funcionar la fábrica.