El primero de enero de este año, los uruguayos se despertaron consternados con la noticia: la aparición del cuerpo de la adolescente argentina Lola Chomnalez en las arenas de Valizas. El caso todavía no fue aclarado.
Al caer la noche del 15 de enero, el consultor del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el economista Alfredo Echegaray, salió a sacar la basura de su casa en Pocitos. Radicado en Chile, Echegaray llegó a Uruguay a pasar la Navidad con su esposa y sus pequeños hijos. Fue ultimado de cuatro disparos en el pecho en un intento de copamiento.
Al mediodía del 28 de enero, un policía mató de nueve disparos a su esposa, Paola González Silveira, en el Centro de la ciudad de Minas. El agente intentó en dos oportunidades entregar su arma de reglamento en la Jefatura de Lavalleja pero no la recibieron porque no había un candado. La pareja tenía cinco hijos, entre ellos, dos mellizas.
El 24 de abril de este año, el publicista Pablo Blois, hijo de un conocido productor inmobiliario de Piriápolis, fue asesinado por una bala perdida disparada por un integrante de una banda del barrio Cerro de Montevideo. Los delincuentes dispararon armas de fuego en el estacionamiento del boliche Tijuana. Tres integrantes de la banda —uno de ellos había participado antes en un secuestro— fueron procesados con prisión.
Estos son algunos de los 146 homicidios ocurridos en el primer semestre de este año, una cifra que representa un aumento con respecto al mismo período del año anterior y establece un récord histórico.
Según datos oficiales del Ministerio del Interior, en el primer semestre de 2010 ocurrieron 105 asesinatos, cifra que se redujo a 85 en 2011. En 2012, los homicidios tuvieron una fuerte escalada, a 142 en el primer semestre; en 2013 sumaron 138 y en similar período del año pasado se mantuvieron en la misma cifra.
"Están ocurriendo en los barrios muchos homicidios que quedan sin resolver. Generalmente son rapiñas y copamientos que terminan en asesinatos de las víctimas", dijo a El País una jueza penal.
Un relevamiento efectuado por Fundación Propuesta (Fundapro), afín a Vamos Uruguay, señala que en Montevideo fueron ultimadas 94 personas y en el interior 52. Si se dividen por género, fueron asesinadas 122 hombres y 24 mujeres.
"Esta situación representa un nuevo récord histórico de homicidios en Uruguay. Supera a todos los primeros semestres desde 2009 a la fecha. Es inclusive mayor que el último récord de asesinatos ocurrido en 2012", dijo el director de Fundapro, Guillermo Maciel.
En estas estadísticas proporcionadas por Fundapro no se incluyen los homicidios donde la Justicia absolvió al autor por tratarse de casos de legítima defensa o en un acto de servicio policial. Si se computan los homicidios justificados, en el primer semestre de 2015 ocurrieron 150 muertes violentas.
Drogas.
El martes 30, en una comparecencia a la Comisión Especial de Seguridad del Senado, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, dijo que la suma del ajuste de cuentas y de la violencia doméstica produce "un número muy importante" de homicidios. Agregó que también cambió el modus operandi de los delincuentes a la hora de obtener dinero en forma ilícita.
"Hubo una época en que los delincuentes cuando querían robar algún objeto elegían hacerlo por hurto y no a través de una rapiña porque tenían en cuenta la pena que tenía uno u otro delito. Hoy para robar el mismo objeto, muchas veces eligen conscientemente y con orgullo hacerlo con armas", dijo Bonomi. Según el jerarca ministerial, ese cambio de conducta responde a un fenómeno subcultural: el prestigio que en determinadas zonas genera ser un delincuente.
Bonomi consideró que este fenómeno no se combate solo con la acción policial; ésta debe ir acompañada por políticas sociales. "Si ser un delincuente violento da prestigio en determinados ámbitos, en la medida en que son detenidos los delincuentes habituales y existe una carrera delictiva, continuamente están volcándose más personas a la delincuencia", afirmó.
El director Nacional de Policía, Julio Guarteche, dijo en la comisión que traficantes "territoriales" efectúan amendrentamientos, homicidios y otras modalidades delictivas para afirmar su autoridad en determinados barrios,. "Quizás este sea el aspecto que más afectó a la seguridad", agregó.
CASOS DE ASESINATOS QUE IMPACTARON A LA POBLACIÓN.
Pablo Blois - 25 de abril de 2015.
En el estacionamiento del boliche Tijuana ocurrió un enfrentamiento entre jóvenes de Piriápolis y cuatro individuos del Cerro. Uno de ellos extrajo un revólver. Una bala perdida mató a Blois, ajeno a la pelea. La Justicia remitió a la cárcel a tres sujetos. Uno de ellos había participado en un secuestro.
Koni Silva - 2 de junio de 2015.
Junto a un hombre de 33 años, Koni ingresó a una cabaña en Punta del Diablo. Diez días después la hallaron muerta. El hombre había sido indagado por el crimen de un productor de arándanos. El matador burló el cerco policial y mató a la hermana del productor. Fue atrapado.
Oscar Oroño - 7 de abril de 2015.
Un joven y un menor participaron en la rapiña y posterior homicidio del taxista. Tras una llamada al 911, la Policía halló al taximetrista herido de bala e inconsciente en su taxi, en la esquina de Copérnico y Génova, en Bella Italia, a tres kilómetros y medio del lugar donde había salido 30 minutos antes.
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Casos como el de Lola Chomnalez, Koni Silva y Pablo Blois generan alarmaEDUARDO BARRENECHE