La misma familia que lo administra desde hace 4 décadas.

Una sola oferta se presentó en el segundo llamado para explotar por 30 años el Argentino Hotel de Piriápolis. Tal como había sucedido en el primer llamado a fines 2016, el único oferente fue la firma Méndez y Pereira, actuales administradores del emblemático establecimiento desde hace cuatro décadas.

Aquel primer llamado fue declarado desierto porque la oferta no cumplía con las condiciones del pliego, que debía incluir la incorporación del casino a ser gestionado bajo un sistema mixto, en conjunto con el Estado.

A raíz de ese revés, se decidió efectuar un nuevo llamado para explotar únicamente el hotel, excluyendo la administración del casino, pero de nuevo hubo una sola oferta, hecha por los actuales concesionarios.

La concesión venció en 2014 pero la familia obtuvo una prórroga mientras se preparaba el llamado a licitación. La expectativa del Ministerio de Turismo era que alguna cadena internacional pudiera mostrar interés en el señorial hotel, pero eso no se cumplió.

Según explicó la ministra de Turismo días atrás, al comparecer ante la Comisión de Presupuesto del Parlamento, "en la licitación incluimos un puntaje extraordinario para la propuesta que incorpore a la mayor cantidad posible de los trabajadores a la nueva gestión".

La ministra Liliam Kechichian admitió que el proceso, en algún momento, "generó incertidumbre en los trabajadores del Argentino Hotel, que son altamente apreciados por nosotros, ya que son del lugar, tienen experiencia, quieren mucho el hotel y tienen un gran valor".

A partir de la apertura de las ofertas (la única), se evaluará ahora si cumple con todas las condiciones exigidas.

La directora general del Ministerio de Turismo, Hyara Rodríguez, informó que el asunto pasa ahora a una comisión asesora que estudiará si el proyecto presentado va en línea con lo que pretende el ministerio.

La piedra fundamental del Argentino Hotel se colocó en el año 1920 con la presencia del fundador de la ciudad balneario, Francisco Piria.

La obra diseñada por el arquitecto Pedro Guichot, un francés radicado en Buenos Aires, fue inaugurada el 24 de diciembre de 1930.

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