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La Policía investiga el robo sufrido en la madrugada de la víspera por el empresario ítalo-estadounidense Lapo Eduard Elkann, miembro de la familia Agnelli propietaria de la empresa Fiat. Es el mayor botín de los últimos años en Maldonado.

La Policía pasa lista a los empleados de servicio de la casa para tratar de deslindar todo tipo de conexión con el robo. En la mesa de trabajo de los investigadores hay una huella levantada en la escena del robo, la cual se intenta establecer a quien corresponde.

Se cree que los delincuentes trabajaron con guantes de látex puestos para evitar dejar cualquier prueba incriminatoria.

Los delincuentes se alzaron con un botín de joyas y relojes avaluados en 3.500.000 de euros, que equivalen a la suma de US$ 4.620.000, y un bolso con otros 25.000 euros en efectivo, que son unos US$ 33.000, que se encontraban en un dormitorio del segundo piso de la casa que ocupan en la zona rural de La Barra, informaron a El País fuentes de la investigación.

Elkann de 35 años es hijo del novelista estadounidense Alain Elkann y de Margarita Agnelli, la multimillonaria heredera de su padre Gianni Agnelli. Su hermano mayor John Elkann es el principal ejecutivo de Fiat a nivel global. Ambos hermanos son primos del empresario Cristiano Ratazzi, cabeza visible de la empresa automotriz en esta parte de América del Sur.

NOVIA KAZAJA. El multimillonario italiano llegó al país acompañado de su novia Goga Ashkenazi, una millonaria nacida en Kazajistán.

Ashkenazi, de 32 años, cursó estudios en la británica universidad de Oxford. Antes de conocer al empresario italiano, Goga mantuvo un romance con el príncipe Andrés, integrante de la corona británica.

La millonaria pareja se alojó en la mansión de la también italiana Paula Marzotto, cuya familia vendió en una fortuna el emporio textil Valentino. Marzotto y su madre son las propietarias de dos de las mansiones más grandes de La Barra. La pareja llegó al país el pasado sábado en un vuelo comercial de Iberia.

"No quiero hablar con la prensa. Sé que la Policía está haciendo lo posible para aclarar el caso. Esto puede pasar cuando no tendría que estar pasando. No quiero realizar comentarios sobre el tema", respondió Marzotto, dueña de la mansión ocupada por Elkann y otros poderosos amigos europeos.

El robo, que los investigadores recuerdan como el más grande de los últimos años en Maldonado, ocurrió entre la 1 y las 2 de la madrugada del domingo 30 cuando uno o dos delincuentes ingresaron a un dormitorio secundario de la planta baja de la parte trasera de la finca "Vientos del Este". La mansión se encuentra sobre "Camino de los Flamencos" en el barrio "Club de golf", al norte de La Barra.

Uno de los ladrones retiró la chapita que recubría la cerradura del dormitorio exterior. Con un alicate hicieron girar la cerradura y de inmediato ingresaron a la vivienda ocupada entonces por ocho adultos y un niño además de otras cinco personas del personal de servicio. Los delincuentes subieron al segundo piso donde se encuentran los dormitorios principales ocupados por los invitados de la dueña de casa.

Según pudieron constatar los investigadores, la mansión no cuenta con alarma y la seguridad de las aberturas es nula o de escasa importancia.

En el vestíbulo los delincuentes arrancaron con facilidad el cofre de seguridad fijado a la pared con cuatro tacos Fisher. Ni siquiera lo abrieron. En el interior se encontraban diecisiete alhajas, entre ellas relojes, pulseras y gargantillas que se encuentran asegurados por una empresa italiana. Las joyas fueron colocadas por su dueña en las últimas horas de la tarde del sábado en el cofre fort en presencia del personal de servicio de la casa.

Ni las joyas, ni el dinero en efectivo que resultaron robados habían sido declarados en los formularios aduaneros que deben llenarse en el aeropuerto de Carrasco al ingresar al territorio nacional. La pareja aseguró haber sufrido otros robos similares en otros exclusivos balnearios del mundo como Saint Tropez.

El caso es investigado por efectivos de la Dirección de Investigaciones y de la Seccional Decimosegunda de La Barra, con jurisdicción en el lugar del caso.

La Policía investiga el entorno de los damnificados y ayer se hicieron varios procedimientos en casas de Maldonado y San Carlos.

Últimamente ha habido robos de joyas en Maldonado y Punta del Este, pero en ningún caso de una cuantía semejante, explicaron a El País fuentes del caso.

VALENTINO. La dueña de casa, Paola Marzotto, italiana ella, invitó a sus compatriotas amigos para recibir el 2013 en su imponente mansión de la zona rural de La Barra.

Trátase de una especie de devolución de favores. Dos meses atrás Goga le compró a su amiga Paola una firma textil que permaneció durante décadas en la familia Marzotto. Mientras sus invitados permanecen en su casa, Marzotto se mudó a la lindera casa de su madre, Martha Marzotto propietaria de la mansión "Dama de la noche".

Las Marzotto se radicaron seis años atrás en la zona. Otra finca lindera, denominada "Haras de Zañartú", también es de su propiedad. Entre las tres propiedades suman noventa hectáreas.

La casa de la madre tiene más de 3.000 metros cuadrados de superficie, con todas las comodidades y una piscina de medidas olímpicas.

Marta Marzotto pasa buena parte de su tiempo en su atelier particular diseñando sus joyas y pintando sus obras. La familia Marzotto vendió sus acciones en Valentino en más de US$ 1.000 millones de dólares.

Los veteranos policías aseguran que el robo fue perpetrado por mano de obra local. "Esto no es mano de obra calificada, ni nada por el estilo.

Son los chorros locales que conocen la zona y se meten en casas de este tipo para ver qué encuentran. Un día se roban una garrafa y al otro meten un golpe de estos. El chorro que hizo esto no tiene ni idea de lo que robó. Sí la plata. Seguramente se enterará del valor de las joyas por ustedes los medios cuando informen del afano", dijo un experimentado policía.

Los investigadores se quejan además de que delincuentes con más de diez antecedentes siempre son liberados antes de Navidad. "Todos los años pasa lo mismo. Los correteamos durante el invierno para sacarlos de circulación. Cuando llega el verano los sueltan. Entre que salen y los chapamos (agarramos) de nuevo te meten diez o quince robos de estos", aseguró el mismo policía.