Por Eduardo Barreneche y Pablo Méndez
La inversionista de Bolsa, Sara Goldring, reconoció en la Fiscalía que cuando comenzaron las pérdidas en sus empresas Custodia de Valores Mobiliarios Corredor de Bolsa S.A. y United Brokers no fueron notificados todos los clientes por igual.
El testimonio de Goldring, al que accedió El País, muestra el intrincado y riesgoso mundo de las inversiones en la Bolsa donde un empresa puede sufrir una caída de sus acciones de un 40% o más en un día.
El entonces fiscal de Delitos Económicos, Enrique Rodríguez, -hoy fiscal de Lavado de Activos aunque mantiene la investigación del caso- se sorprendió con la sinceridad de Goldring sobre el ocultamiento de las cifras que brindaba a sus clientes.
Enseguida el fiscal preguntó: “¿Por qué se avisaba a algunos (clientes) sí y a otros no?”.
Goldring fue categórica. Dijo que a algunos clientes no se les avisaban sus pérdidas porque “se hubieran puesto muy nerviosos”. “Yo pensaba que el “put” (una especie de seguro con el que comerciaba en el mercado de valores) iba a terminar bien”, agregó.
A partir de noviembre de 2021, las acciones que manejaban las dos empresas de Goldring -Custodia de Valores Mobiliarios Corredor de Bolsa S. A. y United Brokers- comenzaron a bajar “nuevamente”.
En la audiencia, el fiscal Rodríguez e integrantes de su equipo preguntaron a Goldring qué sistema utilizaba para brindar información a aquellos clientes que sí recibían los cambios de precios de sus acciones.
“Muchos lo veían todos los días”, respondió la empresaria. Y agregó: “Lo que pasa es que como fluctuaban tanto (las ganancias y las pérdidas) a muchas las poníamos en cero. No le poníamos (al cliente) cuál era el valor de ese día, porque no se podía. Era tan rápido que fluctuaba, en el día podía fluctuar muchísimo”.
Sin embargo, en otro tramo de la audiencia, Goldring se jactó de tener equipos y software a la par que inversores de Bolsa de Estados Unidos.
El fiscal Rodríguez insistió en las informaciones que proporcionaba la empresaria a sus clientes al final del día. Goldring respondió: “No nos daban los tiempos. En muchos casos tratábamos de hacerlo”.
El 17 de junio de 2022, el Banco Central del Uruguay (BCU) informó a la Fiscalía que las empresas de Goldring “no reflejaron” las pérdidas en los estados de cuenta remitidos a los clientes. Por lo tanto, dice el BCU, los estados de cuenta de los clientes, que integraban la cartera administrada con perfil agresivo, mostraban un saldo de unos US$ 50 millones de cuando en los bancos custodios tenían US$ 18 millones.
Ante esa situación, el fiscal Rodríguez preguntó: “¿Por qué las pérdidas no se reflejaban en el estado de cuenta remitido a los clientes?”
Goldring respondió: “Cuando vino la debacle fundamental en mayo, no lo reflejamos porque nos asustamos. Luego dijimos que de eso salimos y no queríamos poner nerviosos a los clientes y que haya una fuga”.
Fiscal: "¿Usted no me dijo hoy que era siempre transparente con los clientes desde la firma misma del contrato? Y a usted no le parece importante que el cliente esté enterado que hubo una perdida importantísima?".
Goldring: "Nosotros pensábamos sí o sí que eso se iba a revertir. Entonces no queríamos poner a los clientes muy nerviosos".
La empresa temía que si los inversionistas se inquietaban podría “haber una fuga de capitales”, según reiteró la empresaria.
Jerarcas del BCU dicen a fiscal que existió delito
Según consta en el expediente, los gerentes de la asesoría jurídica del Banco Central del Uruguay Daniel Artecona y Viviana Pérez ratificaron y explayaron los fundamentos de las resoluciones 151 y 187 de 2022 del Banco Central del Uruguay, que establecieron la intervención de las empresas de Sara Goldring. Ambas resoluciones, según los jerarcas, exponen a los denunciados -Sara Goldring y uno de sus hijos- a ser sometidos a proceso penal. Y destacaron que los denunciados violaron el consentimiento informado que se debe tener con sus clientes, ya que “maquillaron” números mostrando un saldo total a los clientes de unos US$ 59 millones siendo que en realidad había menos de US$ 20 millones.
A juicio de los denunciantes, las empresas de Goldring distribuyeron las pérdidas generadas globalmente de “manera ilícita” y “violando” las reglas básicas de las materias operativas y todo a espaldas de los inversionistas.
Extracciones
El fiscal Rodríguez buscó indagar en las causas que llevaron a que luego de las pérdidas, varios accionistas lograran retirar dinero de las cuentas a nombre de las empresas. El fiscal consultó a Goldring si había utilizado su posición en la firma para retirar su dinero, el de familiares o el de sus allegados.
“Mi familia no, yo tampoco”, aseguró la corredora.
Según su versión, retirar el dinero nunca fue una opción, ya que su objetivo era revertir la situación para salvar el dinero de los clientes y el de la empresa. Agregó que lo primero que hizo fue notar que faltaba dinero en las cuentas y no sabía por qué. Más tarde descubrió qué sucedió.
“Había tres personas que podían hace los giros, más (otro implicado) que era el último que daba el ok. Algún caso que se fue, oh casualidad, tres días antes. Y hubo varios funcionarios que se retiraron en este ínterin sin esperar el despido”, sostuvo Goldring.