Redacción El País
Tras su detención en la noche del lunes, la Justicia imputó a un segundo adolescente por el homicidio de un bebé de un año en Cerro Norte el pasado 12 de octubre.

El joven de 17 años es el segundo menor de edad involucrado en el ataque a balazos contra una vivienda en Cerro Norte, hecho en el que asesinaron a un bebé e hirieron de gravedad a la madre, de 23 años. El otro adolescente involucrado tiene 14 años, se entregó días atrás por este hecho y también fue imputado.

En este caso, el joven de 17 años fue imputado por una infracción gravísima como un delito complejo de homicidio especial y muy especialmente agravado, junto con otros delitos cometidos días atrás en la misma zona: tráfico de arma de fuego, lesiones graves y disparos de arma de fuego, según informó el director de Comunicación de Fiscalía, Javier Benech.

Como informara El País, el joven también tenía requisitoria por rapiña y lesiones personales y se había fugado de un centro del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) el 12 de agosto, dos meses antes del homicidio. Este martes, se dispuso nuevamente su internación en el Inisa hasta el dictado de la sentencia definitiva.

La fiscal a cargo del caso, Mirna Busich, tiene un plazo de treinta días para presentar la acusación del hecho.

Foto: Leonardo Mainé.

El crimen ocurrió el pasado sábado 12 de octubre en la tarde, cuando personas en auto pasaron y dispararon en reiteradas oportunidades contra la vivienda donde se encontraba una mujer con su hijo. El ataque, según presume la Policía, iba dirigido al líder de la banda Los Colorados, Axel Joel Mattos, padre del niño. Su clan está enfrentado al de los Suárez, familiares del narcotraficante Luis Alberto “Betito” Suárez.

Mattos, de 23 años, pasó al frente de la banda luego de que en julio fuera asesinado su exlíder, César Abelardo Giménez, que tenía 59. Circulaba en su camioneta cerca de los accesos a Montevideo cuando fue interceptado por dos personas en moto que lo ultimaron con una ráfaga de 23 disparos.

Las víctimas del ataque fueron el bebé asesinado y su madre que a pesar de que se esforzó para que los disparos no impactaran en su hijo, tres balas de fusil lo alcanzaron.

A raíz de este episodio, el Ministerio del Interior anunció un aumento en la intensidad de los controles y la presencia policial en el barrio.