Asesinan a dos niños en el Centro: testigo relata cuadro de angustia de padre homicida

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Homicidio en el Centro. Foto: Darwin Borrelli.
Homicidio, hombre mata a sus dos hijos y se intenta suicidar, en su domicilio, Soriano y Ejido, Montevideo ND 20220426, foto Darwin Borrelli - Archivo El Pais
Darwin Borrelli/Archivo El Pais

CONMOCIÓN EN SORIANO Y EJIDO

Estuvo internado en un hospital psiquiátrico por un episodio de depresión con su anterior pareja.

Cuarenta y ocho horas antes del drama, la familia Barrios funcionó casi con normalidad. El domingo al mediodía fueron los cuatro a almorzar a un McDonald’s. Luego la madre se retiró.

A las 13:30 horas de ese día, Andrés Barrios (48) y sus dos hijos Nicolás (9) y Alina (8) llegaron a su apartamento ubicado en un edificio casi en la esquina de Soriano y Ejido. En la puerta del edificio los esperaba una muchacha que iba a cuidar a los niños en la tarde-noche de ese domingo.

En la cocina del apartamento, Barrios informó a la niñera sobre las rutinas de los niños. Poco después, fue a un almacén y compró la merienda y la cena.

Al retornar con los alimentos, Barrios contó a la muchacha que había tenido un conflicto intrafamiliar el viernes 22; que su esposa se fue a vivir desde ese día a la casa de su madre en el interior y que su padre agonizaba en un CTI. Barrios también dijo a la niñera que hacía 10 días que lloraba casi sin parar.

En la tarde de ese domingo, Barrios se fue a ver a su padre a Canelones. La niñera y los dos pequeños se dirigieron a una pista de patinaje donde pasaron el resto del domingo.

A las 22:00 horas de ese día, Barrios se ofreció a llevar a la niñera en su auto, un Chevrolet Corsa modelo Wind, junto con los niños. En el camino, Andrés hizo un relato oscuro de su vida sin importarle lo que escucharan sus dos hijos.

A las 23:22 horas de ese domingo, Barrios envió un audio a la muchacha donde también relató una situación angustiante. “Como soy recibida de licenciada en psicología, lo que percibí ese domingo fue una persona muy desbordada afectiva y emocionalmente. Además, en la cocina vi que había blíster de pastillas. No me fijé de qué eran, pero me llamaron la atención”, declaró ayer la niñera a la Policía.

Buena relación

El lunes fue un día normal para Barrios y sus dos hijos. Se ocupó de los quehaceres de la casa, hacía las compras y atendía a los chicos.

Su esposa permanecía en el Interior, en la casa de su madre. Pese a la separación, la relación entre ambos era buena.

Llevaban 12 años de casados y nunca habían tenido un incidente de violencia doméstica. Tampoco hubo alguna agresión de parte de Barrios hacía su esposa o a los niños, según consta en documentos a los que accedió El País y ratificó el Ministerio del Interior en la víspera.

Horas antes de que se desencadenara el drama, la pareja mantuvo dos conversaciones. Una de ellas fue en la tarde del lunes y otra en la noche de ese día. Ambas charlas versaron sobre los hijos y cómo llevarlos a la escuela.

Barrios le trasmitió a su esposa que no estaba soportando la situación ya que su padre estaba internado con un cáncer terminal y la relación matrimonial estaba llegando a un fin.

En ningún momento Barrios demostró en las charlas con su esposa que tenía intenciones de dañar a sus hijos. Antes de su actual matrimonio, Barrios había tenido un episodio de depresión cuando su primera esposa no lo dejó ver a su hija -hoy de 23 años- y por ello estuvo internado en un hospital psiquiátrico.

No se sabe qué desencadenó el drama. En la mañana de ayer, Barrios ultimó a sus dos hijos con un cuchillo. Luego del hecho, fue el mismo padre quien llamó al 911 e indicó que había asesinado a los dos niños.

Al llegar al lugar, efectivos notaron que el hombre se había hecho varias heridas con arma blanca en el cuello aunque pudo salir del edificio caminando y fue trasladado en ambulancia a un centro asistencial, en donde se encuentra actualmente.

Tanto la fiscal Adriana Edelman como Policía Científica ingresaron al hogar luego de que se conociera lo ocurrido.

Impacto

La Policía cerró la cuadra por un par de horas durante la mañana de ayer y varios móviles concurrieron al lugar, lo que contribuyó a generar un clima tétrico e impactante, según señalaron algunas personas que estaban cerca del domicilio.

El dolor a raíz del doble crimen se sentía a lo largo de toda la cuadra de Soriano y Ejido. Y es que el doble homicidio fue algo inesperado para los comerciantes que veían a diario a esta familia “normal”.

“No puedo ni hablar, es una tragedia que involucra niños”, dijo -con los ojos humedecidos- una trabajadora que realiza fotocopias en un comercio.

Fiscal investiga móvil del doble crimen

Andrés Barrios, el hombre que ayer de mañana mató a sus dos hijos en una vivienda familiar ubicada en el Centro de Montevideo e intentó quitarse la vida permanece internado, luego de ser trasladado a una mutualista, informó a El País la fiscal a cargo del caso, Adriana Edelman. Por su parte, la madre de los niños se trasladó a la capital desde el interior, donde se encontraba cuando ocurrieron los hechos. Barrios carece de antecedentes penales ni consumía psicofármacos, según documentos a los que accedió El País.

Consultada sobre si el doble homicidio se desencadenó por un problema intrafamiliar, la fiscal Edelman señaló que investiga el móvil de los crímenes. Es probable que en las próximas horas la fiscal Edelman solicite pericias psiquiátricas para el matador de sus dos hijos.

“Sabía que algo estaba mal, me lo veía venir”

El impacto del doble homicidio fue tal en la zona, que incluso dos locales decidieron bajar las persianas de acero y sobre esta pegaron dos carteles que comunicaban: “Cerrado por duelo en solidaridad con las víctimas inocentes del lamentable hecho ocurrido el 26/04/2022. Agradecemos su comprensión”.

Un empleado de una confitería ubicada en frente a la casa donde ocurrieron los crímenes, comentó a El País que el doble homicida, Andrés Barrios, cruzaba seguido a comprar bizcochos con sus dos hijos. “El hombre era buena gente, ayudaba y todo, y sus hijos eran una belleza”. Además contó que la pareja estaba separada, pero aun así a veces ambos iban juntos a la confitería con sus dos hijos.

Sin embargo, una empleada de una cerrajería recibió una llamada de un vecino de la zona, quien quería saber si el crimen que aparecía en los medios hacía referencia a la familia que vivía en esa cuadra y él conocía.

Al escuchar un sí como respuesta, el hombre respondió compungido: “Yo sabía que algo estaba mal. Me lo veía venir, aunque no algo así”.

Quienes interactuaron con Barrios, lo caracterizaron como alguien amable, tranquilo y callado.

Lo único que le llamó la atención a un trabajador del parking donde el hombre dejaba su auto -ubicado en la esquina-, fue que hace dos semanas dejó de verlo por allí.

“Venía con su esposa y sus dos hijos a levantar el auto. Llegaba, saludaba en forma cordial y luego se retiraba. Nunca hubo un problema con él. Es increíble lo que pasó”, expresó el empleado. “No lo puedo creer”, agregó.

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