Por Eduardo Barreneche
El excustodio presidencial Alejandro Astesiano declaró ayer por tercera vez ante la fiscal de Flagrancia de 12° Turno, Gabriela Fossati. Lo hizo luego de que en los últimos días fuera sindicado de realizar, junto con el exsubdirector ejecutivo de la Policía, Jorge Berriel, un seguimiento del dirigente del Pit-Cnt, Marcelo Abdala, luego de que este protagonizara un accidente de tránsito alcoholizado. También fue acusado de efectuar una supuesta investigación, junto a un policía integrante de la custodia presidencial, de docentes y estudiantes del Liceo 41.

Antes, en una de sus primeras declaraciones, fechada el 12 de diciembre del año pasado -a la que accedió El País-, Astesiano ya había sido indagado por Fossati y las fiscales adscriptas Giuliana Realini y Gloria Nicolini sobre sus vínculos con Berriel, quien enfrentará hoy un pedido de formalización de la investigación por parte de la fiscal Fossati ante la Justicia.

En esa audiencia, Astesiano reconoció que recibía “muchos pedidos de favores” de todos lados y que los llevaba a cabo “sin cuestionarse” si dichas tareas excedían o no sus potestades como custodia presidencial.

“El mismo presidente me daba alas para hacer los trámites que yo tenía que hacer. Tenía pedidos de él para que buscara información sobre el homicidio de una señora uruguaya en el lado brasileño de la Barra del Chuy, las rapiñas a una carnicería del barrio Cerrito y el abuso sexual a una menor en una fiesta de jóvenes del Partido Nacional”, expresó Astesiano.

Luego precisó: “El presidente no me decía hacé esto o esto otro no lo hagas. Soy yo que capaz me tomé atribuciones por pedidos de ellos (integrantes del gobierno) que me abrieron la cancha”.

Según supo El País, Astesiano señaló a Fossati que cumplía otros roles en el gobierno además de ser el encargado de la seguridad del presidente y de su familia. Declaró, por ejemplo, que le llegaban documentos de parte del secretario privado del prosecretario de la Presidencia, Rodrigo Ferrés, referidos a pases en comisión de policías y agregó que él debía estudiarlos y dar sus puntos de vista.

“Muchos documentos me enviaban de la secretaria de Ferrés. Me los mandaban para ver si yo estaba de acuerdo. Yo era un jefe político por más que (el secretario de Presidencia, Álvaro) Delgado diga otra cosa”, expresó Astesiano en la Fiscalía.

El 3 de diciembre de 2022, Delgado había afirmado al respecto: “Estamos hablando de un custodio que en realidad traicionó la confianza del presidente de la República; tenía una cosa paralela, oscura, a partir de un tema de pasaportes que la Justicia empezó a investigar y resulta que la mayoría vienen de los gobiernos anteriores del Frente Amplio, desde 2013 a la fecha”.

Fernando Ponzetto/Archivo El Pais

En otro tramo de la audiencia de diciembre pasado, que no se había dado a conocer hasta ahora, Fossati interrogó a Astesiano sobre las múltiples conversaciones que mantuvo con Berriel en los últimos tres años. El excustodio respondió que tenía una relación de trabajo con Berriel y agregó que a través de él canalizaba los pedidos de favores que le llegaban de distintos lados.

“Siempre se supo (en la Torre Ejecutiva) que yo tenía mucha vinculación con Berriel. El presidente sabía que yo hablaba con Berriel”, explicó Astesiano.

Durante la audiencia, la fiscal Fossati le hizo escuchar un audio donde Astesiano le decía a Berriel que Lacalle Pou había trasmitido al ministro del Interior, Luis Alberto Heber, que tenía que hacer movimientos en la Policía. “Te nombraron a vos”, dijo Astesiano a Berriel, a quien se lo nombró subdirector en 2022.

En ese momento, Fossati indagó al excustodio sobre si estaba autorizado por el presidente de la República a dar ese tipo de información a un jerarca policial.

Astesiano respondió que le dio información a Berriel en el marco de la amistad existente entre ambos y aclaró que no se trató de un dato reservado. “A veces nos enterábamos de cosas antes que el Ministerio del Interior”, explicó.

Luego Fossati indagó al excustodio sobre gestiones que realizó en Canelones a través de Berriel por quejas relacionadas con el retiro de policías eventuales en centros de salud de la Ciudad de la Costa, la culminación de un trámite en una comisaría para una fiesta de jóvenes del Partido Nacional porque esta había cerrado y una gestión ante Bomberos por un boliche que pretendía abrir un exfutbolista de Peñarol y no tenía los suficientes bomberitos.

Fossati preguntó a Astesiano si esos favores estaban dentro de su competencia como excustodio personal del presidente. Y este respondió: “Me llegaban muchísimos pedidos. Muchos se tramitaban. Otros quedaban en el camino”.

La fiscal inquirió al excustodio si había solicitado a Berriel información del Sistema General de Seguridad Pública (SGSP). Astesiano respondió que nunca pidió los partes policiales, pero reconoció que los policías le enviaban esos documentos reservados porque así se evitaban escribir.

Fossati y su equipo investigan a Astesiano por participar en una organización dedicada a expedir documentos uruguayos apócrifos para rusos y ucranianos; incurrir en eventuales irregularidades en el manejo de información reservada de la Policía; y llevar adelante un presunto espionaje a legisladores del Frente Amplio Charles Carrera y Mario Bergara, con el objetivo que estos retiraran una denuncia contra jerarcas de gobierno (no contra Katoen Natie como se informó equivocadamente en un principio).

Astesiano declaró desde las 8:00 horas de ayer ante la fiscal. Marcos Prieto, su abogado defensor, dijo pasadas las 14:00 horas, al salir del Ministerio Público, que “no está planteado” que a su defendido se le imputen nuevos delitos. (Producción: Matías Garro)