ENTREVISTA CON EL EXCUSTODIO DESDE LA PRISIÓN
El exjefe de la custodia presidencial niega haber participado de la falsificación de documentos y sostiene que su error fue haberse relacionado con el escribano.
El exjefe de la custodia presidencial, Alejandro Astesiano, afirmó en entrevista con El País que no le falló al presidente Luis Lacalle Pou, insistió en que no tramitó ningún documento falso para el escribano Álvaro F. y el gestor ruso Alexey S., y negó haber incurrido en tráfico de influencias con jerarcas policiales.
“En coordinación con mi defensa, el abogado Marcos Prieto, salgo a hablar porque sus comentarios hechos a la prensa han sido muy generales. Yo quiero hablar sobre los temas puntuales de este caso”, sostuvo Astesiano, que concedió esta nota por teléfono ayer a la mañana desde la cárcel de Punta de Rieles.
El exjefe de la custodia presidencial contó, desde su perspectiva, cómo fue el momento en que fue detenido, a la vuelta de unas pequeñas vacaciones de Lacalle Pou en Costa Rica. “A mí me llamó una funcionaria expresando que en la residencia (de Suárez y Reyes) se encontraba el director de Inteligencia, por orden del director nacional de Policía, para hablar con el presidente. Le dije: ‘ok’. Y le comuniqué a la funcionaria con el señor presidente. No me enteré nada sobre lo que hablaron”, señaló Astesiano.
Recordó, además, que Lacalle Pou se reunió con el director de Inteligencia. “Luego el presidente me dijo que pasara a la oficina. Lo hice. Ahí el jefe de Inteligencia me explicó que había una orden de detención para mí y que estaba incomunicado. Así fue todo. No hubo una charla (con el presidente). Toda esa situación demoró cuatro minutos”, explicó. Y enseguida agregó: “Yo no sabía nada. Si lo supiera, yo mismo me hubiera ido, y más cuando hay una investigación que podría afectar al presidente. Lo que puedo decir es que Lacalle Pou es excelente presidente y mejor persona”.
-Después de ocupar un cargo relevante en Presidencia, ¿cómo afronta el encarcelamiento en Punta de Rieles?
-La estoy llevando como cualquier preso. No tengo privilegio alguno. Me cierran (la celda) cuando hay que cerrar y me abren cuando hay que abrir. Me baño cuando me dicen que hay que bañarse y uso el teléfono cuando me dicen que se puede hacerlo. Y la comida la recibo por una ventanita. Pero me indignan las cosas que están diciendo por ahí. No soy el monstruo que crearon.
-Hay quienes en el Partido Nacional dicen que usted le mordió la mano al presidente de la República al vincularse con falsificadores de documentos.
-Supe que hay personas que están diciendo eso. Ahora no me conocen, cuando he trabajado con ellos en elecciones. Gente que dice que le mordí la mano al presidente... Yo no le mordí la mano. Creo que muchas personas hablaron antes de esperar el fin de la investigación fiscal.
-Trascendió que desde su computadora usted borró sus antecedentes penales. ¿Fue así?
-¿Cómo van a decir una torpeza de esas? El respaldo que tiene una computadora de Presidencia de la República es total. Después dijeron que yo hacía maniobras delictivas desde las computadoras de la Presidencia. He aguantado muchos disparates. También sufrido. Tengo hijos, familia, padres y mi madre enferma.
-La fiscal Gabriela Fossati lo investiga por tres delitos: suposición de estado civil, tráfico de influencias y asociación para delinquir. ¿Qué dice al respecto?
-Soy muy respetuoso de la fiscal. Sé que eso no es así. Pero uno, al levantarle el teléfono y contestar a alguien que está haciendo algo ilícito, ya está cometiendo un error (se refiere a los chats mantenidos con el escribano Álvaro F).
-¿Y con respecto al tráfico de influencias que se le imputa?
-Se dice que tuve connivencia con funcionarios públicos. Yo soy empleado privado. No soy funcionario público. Nunca dije nada a los jefes policiales. Son señores jefes de Policía. Me saco el sombrero por ellos. Nunca mandé a hablar al escribano ni al (gestor ruso) Alexey con alguno de ellos o con una autoridad de la Jefatura de Montevideo o del Ministerio del Interior.
-La fiscal dijo que se habían falsificado decenas, cientos o miles de partidas de nacimiento para rusos. ¿Es así?
-No sé si es tanta cantidad. No sé si hay más gente involucrada. Nunca hice un trámite para esta gente (el escribano Álvaro F. y el gestor ruso Alexey S.). Pude haber dicho “dejame ver, dejame hablar”. Maldita la hora que le di mi teléfono a él (se refiere al escribano). Con Alexey yo no tenía trato. El que me llamaba era el escribano.
-Pero se lo investiga por ser el “facilitador” del acceso a documentos para esta banda que falsificaba partidas de nacimiento para rusos, para luego tramitar, por ejemplo, pasaportes...
-No hay nada. Igual, como dijo el presidente de la República, total independencia de la Justicia y de la Policía.
-¿Cómo conoció al escribano Álvaro F. y el gestor ruso?
-Primero conocí al escribano por medio de un amigo y después a Alexey. Los conocí de hablar cinco o diez minutos. Están diciendo muchas cosas que no son reales. Están vendiendo mucho humo. Apuntan a mí porque tienen el contenido de mi teléfono. Tampoco tengo relación con el cónsul (Stefano Di Conza), el que acaba de caer. Insisto, nunca hubo nada. Nunca dije “andá a tal lado que te espera fulano que te va a solucionar”. Estoy esperando que la Justicia se expida. Yo estoy.
-¿Entiende que al finalizar esta investigación no habrá ninguna consecuencia para usted?
-Además del escarnio público, voy a perder desde que me detuvieron, y hasta el final del mandato, US$ 115.000 de sueldos. Yo no trabajaba ocho horas como un empleado de una fábrica. Yo estaba tomando un mate en una plaza, me llamaban, levantaba la sillita y salía volando. Ser jefe de la custodia presidencial es complicado. Pasaba mucha cosa por mí. Y claro que tenía contactos con jefes de Policía. Era el jefe de la custodia del presidente. Pero no andaba en delitos ni en nada parecido.
Donación de pescado fue legal
En otra parte de la entrevista que concedió a El País, el exjefe de la custodia del presidente Luis Lacalle Pou, Alejandro Astesiano, se refirió al pescado de regalo que recibió el presidente Luis Lacalle Pou en Emiratos Árabes. “Cuando regresábamos, al presidente le dicen que le iban a donar pescado. Nosotros pensamos que venía una caja. Cuando fuimos al aeropuerto, vimos que eran varios pallets. Ahí le paso el tema a la secretaria del presidente para que se encargaran de los trámites aduaneros como corresponde. Después me deslindé de responsabilidad y nunca más supe lo del pescado”, expresa Astesiano.
Poco después, el excustodio recibió una llamada desde el Consulado de Emiratos Árabes en Buenos Aires. Por un problema de idiomas, siempre según Astesiano, se comunicaron a través del traductor de este consulado. “Me llamaban porque querían tener una reunión en Presidencia. Yo le dije: déjame ver, te comunico. Le reenvié el mensaje al secretario de la Presidencia de la República (Álvaro Delgado, quien justamente irá a declarar hoy, citado por Fossati, por aparecer en los chats, igual que el prosecretario, Rodrigo Ferrés). Y a los de Buenos Aires les dije: ‘Ya está solucionado eso’”, relató en alusión a unos chats que constan en la carpeta investigativa fiscal.
Astesiano se molesta al hablar del tema. “Ahora estoy acá (en el penal de Punta de Rieles) escuchando tantas cosas: que vendía drogas, que en el pescado estaba involucrado (el narcotraficante, Sebastián) Marset. No conozco a Marset. No conozco al (mafioso italiano, Rocco) Morabito. Se fugó en 2019 y yo entré en 2020”, dijo.
El piso 4 y los dichos sobre “la cueva de malandros”
El excustodio Alejandro Astesiano se fastidia cuando oye que hablan de su oficina en el edificio presidencial. “Salieron a decir que el Piso 4 de la Torre Ejecutiva era una cueva de malandros. Una falta de respeto total. Yo vivía trabajando. Me levantaba a las 5 de la mañana. Pasaba todo el día trabajando. El viernes y el sábado estaba continuamente cuidando a los hijos del presidente. Ellos ya no son chicos y estaban en la calle con sus amigos. Entonces que digan cosas que no son, me molesta”, señaló.
-En una serie de chats con un empresario argentino, usted dijo que tenía acceso a las cámaras de seguridad del Ministerio del Interior o al sistema de escuchas El Guardián. ¿Es así?
-No es así. No tengo contraseñas. Yo decía cualquier cosa para que no me jodieran más. Eso es humo. Pero siguen insistiendo con esto y con lo otro. Estoy dispuesto a que me llamen en una comisión investigadora (del Parlamento). No tengo problemas de hablar con ningún sector.
-¿Usted mantenía reuniones en Torre Ejecutiva por fuera de sus funciones como jefe de la custodia presidencial?
-Vinieron unos empresarios a comprar un frigorífico en forma legal. Después se dijo que yo estaba vinculado a la mafia rusa. Pero esa gente venía a invertir al país. Mi negocio sería la seguridad del frigorífico. Nada más. Así lo declaré con mi abogado, Marcos Prieto, ante la fiscal. Quedó registro en carpeta fiscal.
-¿Y en esa reunión en la Torre Ejecutiva estuvo el escribano Álvaro F. y el gestor Alexey S.?
-En esa no. Estuvieron en otras dos. En una de ellas, el escribano y Alexey S. participaron con un hombre que quería traer ómnibus eléctricos. Después hubo (otro encuentro) con un empresario y ellos. El empresario quería importar petroleros al país.