MÁS DE 400 QUEJAS SIN RESPUESTA
Tres años de quejas recabadas, tanto de trabajadores como de beneficiarios, motivan a las autoridades del Mides a realizar una auditoría interna que dará insumos para una posterior denuncia penal
El Sistema de Cuidados acumuló una serie de denuncias de los usuarios por maltratos, acoso sexual hacia los beneficiarios y robos, que según las actuales autoridades del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) no han tenido ningún tipo de seguimiento ni tratamiento judicial.
Según el relevamiento al que accedió El País, desde febrero de 2017 a agosto de 2019 se acumularon 414 quejas, de las cuales 224 son de los usuarios, y las restantes 190 corresponden a los cuidadores.
De las denuncias realizadas por los usuarios, la amplia mayoría refiere al incumplimiento en el horario de atención, o la no asistencia al lugar. Allí hay 40 quejas. Otras 25 quejas son por “maltrato de parte del asistente personal”, y el mismo número por “disconformidad con el asistente”. Se registraron 15 casos en los que el usuario denunció “falta de aptitud para la tarea” designada, mientras que en cuatro ocasiones se denunció “mal comportamiento” de parte del asistente personal.
Por otro lado, los prestadores de servicios del Sistema Nacional de Cuidados, en general a través de los asistentes personales, formalizaron denuncias en su mayoría por “maltratos de parte del usuario o familiares”. En total hay 34 casos por este concepto. Otras 32 quejas se refieren a derechos laborales, mientras que 12 se refieren a la obligación de realizar tareas que no corresponden a la función designada. Existe un caso en el que se denunció violencia intrafamiliar, que tampoco recibió tratamiento por parte de las autoridades. Pero la mayoría de los planteos, 95 casos, son por falta de formación para desarrollar la tarea.
El departamento que más denuncias tiene registradas es Montevideo con 184. Le siguen Canelones con 80, San José con 27, Salto con 24, luego Cerro Largo, Florida y Maldonado con 10 denuncias, y los restantes departamentos con un número inferior a ocho. Paysandú es el único departamento que no tiene reclamos registrados.
Ante esta situación, el Mides inició una auditoría interna de carácter urgente para analizar las diferentes denuncias y las responsabilidades de los implicados
Las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social (Mides) decidieron iniciar una auditoría interna de carácter urgente para analizar las diferentes denuncias y las consiguientes responsabilidades.
El director general del Mides, Nicolás Martinelli, dijo a El País que el escenario detectado es “complejo”. “Es consecuencia de las debilidades de un sistema bien intencionado pero mal diseñado. En los informes se describen delitos que van desde abuso de menores, hurto, violencia de género hasta lesiones. También hay temas como el acoso laboral, problemas con los despidos y falta de aptitud o y capacitación de los cuidadores”, comentó.
Martinelli responsabilizó a los jerarcas del gobierno pasado. “Si las autoridades anteriores, como Marina Arismendi, Ana Olivera y Julio Bango, estaban al tanto de estas situaciones y las ocultaron, naturalmente que se configuraría una omisión a los deberes del funcionario público en denunciar delitos y por eso vamos a realizar una denuncia penal, para que la Justicia investigue y determine las responsabilidades que correspondan. Sin perjuicio de la denuncia penal ya está en curso una auditoría para analizar todos los reclamos y las denuncias efectuadas, dijo Martinelli.
El País consultó al exsecretario del Sistema de Cuidados, Julio Bango, que prefirió no hacer declaraciones por el momento.
Fuentes del gobierno anterior dijeron que los reclamos que ahora se difunden fueron posibles porque se instrumentó un sistema de recepción de quejas. Las de índole laboral eran derivadas al Ministerio de Trabajo. Advirtieron que la Secretaría de Cuidados tiene competencias para resolver eventuales desajustes del subsidio, o problemas de asistencia del cuidador, y que se dispuso un sistema de inspección aleatoria a cuidadores de través del BPS. Sin embargo, consideraron que no era potestad del Mides realizar denuncias penales, sino plantear esta posibilidad a los involucrados.
Las familias.
Las denuncias por malos tratos de parte de los usuarios se repiten. El 5 de agosto de 2017 una madre denunció a la asistente por golpes a su hijo. “Él va a agarrar galletas y ella le quita la comida y se lo come ella. Lo aprieta, le tira las manos hacia abajo. También ha robado”, detalla la denuncia. En este caso la asistente fue procesada, y no trabajó más en el sistema.
Otra familia denunció que su hijo aparecía “con marcas en la cola”, y que no se podía mantener una conversación con el asistente, ya que generaba constantes discusiones. El registro oficial detalla que no hubo mayor información “de qué camino seguir para atender la situación”. En el seguimiento que se hizo se determinó que se debía “llamar para verificar que pudieron volver a contratar” a otro asistente.
En algunos casos la gravedad del planteo fue mayor. Una familia presentó reclamos por sospechas de acoso sexual. “Tuvo actitudes inapropiadas con la beneficiaria: excesivo contacto físico, comentarios sexuales, como por ejemplo ofrecimiento de un consolador, sacarle fotos a la beneficiada y divulgarlas en grupos de Whatsapp de los asistentes personales, entre otras cosas”, comentó el familiar del asistido, quien aclaró que hacía un mes que trabajaba en su casa y decidió darle de baja por estas observaciones. El reclamo fue presentado el 13 de marzo de 2018 y no tuvo seguimiento.
Entre los casos de abuso, una madre resolvió cortar con la contratación, ya que constató que su hijo le reportaba “abuso por parte del asistente”.
Otra denuncia fue por robo de dinero, y la constatación por parte de la familia de que había realizado solicitudes de préstamo desde su casa. La respuesta que se les dio fue que formularan la denuncia en la seccional policial correspondiente.
El 21 de agosto de 2017, la madre de un beneficiado informó de “maltratos físicos y psicológicos’’. “Preocupa porque ha concurrido al BPS y a la Institución de Derechos humanos y no obtuvo respuesta, ya que la asistente personal sigue trabajando”. En este reclamo no se registró seguimiento del tema, pero se dejó constancia de que la familia contrató una nueva asistente personal.
Ese mismo año, en noviembre, otro asistente fue denunciado por maltrato al padre del beneficiado y a la empleada. Luego el asistente renunció, pero la familia planteó la preocupación por el reclamo de despido, ya que presentó una denuncia en el Ministerio de Trabajo. En este caso no hay seguimiento del reclamo.
Un abuelo denunció el 7 de junio de 2018 que el asistente maltrataba al niño cuidado: “Le da de comer rápido para irse, haciéndolo vomitar”.
Otra queja fue realizada por los vecinos de un beneficiario. “Todos los vecinos estamos indignados por la calidad del servicio asignado. La paciente grita constantemente porque no está acompañada. El cuidador va con la señora y su hija de dos años a cumplir las funciones. Y no cumple la cantidad de horas, por lo menos en el domicilio asignado”, detalla el reclamo presentado el 8 de febrero de 2019. En este caso no se realizaron observaciones, no hubo respuestas ni tampoco seguimiento del caso.
Otra señora mayor, que tenía asignada un asistente, presentó queja por malos tratos. “Me dice que tengo olor, que hace 15 días no me cambio la ropa, pero no colabora. Se pasa en el celular o mirándome para criticarme. Me llama de tortuga porque ya no puedo casi caminar y no me ayuda a salir para moverme un poco”, relató la señora que recibía la asistencia.
En algunos casos los prestadores de servicios amenazaron a los denunciantes en el momento en que la familia decidió cortar con el servicio por disconformidad. “Empezó a los gritos en la calle, realizando amenazas frente a los vecinos”, es el relato de una madre oficializado en el sistema el 20 de agosto de 2019.
El buque insignia de Vázquez, hoy fusionado
El Sistema de Cuidados, que facilita la contratación de asistentes personales a determinadas personas, fue “el buque insignia” del segundo mandato del recientemente fallecido Tabaré Vázquez. Así lo aseguró él mismo en la campaña electoral de 2014 que lo llevó a la presidencia. Para el Frente Amplio fue comparable con el Plan Ceibal.
En julio de este año, las actuales autoridades del Mides anunciaron la fusión del Sistema de Cuidados con el Programa de Discapacidad, lo cual fue criticado por el Frente Amplio.
Entre los planteos de los trabajadores predomina incumplimiento de derechos laborales, pero también se reportan acosos, abusos y anomalías familiares.
Una de las quejas de un cuidador plantea que se “recibían patadas, golpes de puño y demás”. “Siempre traté de calmarlo y darle apoyo pero la situación a veces era insostenible, agarrándome el niño como si fuera su bolsa de boxeo. Comenzó a pegarme de nuevo sin motivo ninguno lo cual le pedí por favor que no me pegara, que yo no le estaba ni siquiera tocando, y le dije varias veces. Entonces le dije ‘por favor X, no me sigas pegando, no seas atrevido’. Y la madre se ofendió dándome a conocer la finalización de nuestra situación”, detalla el reclamo. En este caso se dio comunicación al BPS, y desde allí se deriva al Ministerio de Trabajo. En el portal, la queja no tuvo seguimiento.
También hay casos en los que otros asistentes personales denunciaron a sus colegas por “falta de ética”. El 21 de enero de 2019 un trabajador reportó que otra asistente personal fotografiaba a uno de los beneficiarios y compartía las imágenes en grupos digitales. “Hola, en un grupo me encontré que esta asistente personal le toma fotos a la niña con capacidades diferentes y las comparte en la red (...) Aclaro que yo no la conozco, la denuncio porque es penado por la ley tomar fotos a menores y compartirlas en la red. Más controles urgente”, escribió el denunciante. No hubo respuestas, observaciones ni seguimiento del caso.
Un asistente denunció maltrato por parte de la familia al beneficiado. “Tiene golpes, no la bañan, le ponen Poet en el cuerpo y la ropa interior es de un hombre”, detalla el reclamo.
En julio de 2019, un asistente que trabajaba con un niño autista y con diabetes denunció acoso sexual y laboral. “La madre del chico me hace caminar cuatro horas bajo lluvia a veces, llevarlo a la playa, al shopping. Lo cual en el curso del sistema de cuidados me explican que no tengo obligación. Un día de esos a las 12 de la noche me llega un PDF con contenido sexual (del teléfono de la madre del asistido). Una vez me llegó a pedir si yo me animaba a enseñarle a masturbar al chico (literalmente hablando); yo claramente le dije que no. Cuando empecé la licencia no tuve un día de paz”, escribió el asistente. La denuncia no tiene registros de observaciones ni seguimiento.