Para los vecinos del barrio montevideano La Chancha, el ronquido fuerte de una moto pollerita podía transformarse en la antesala de un homicidio inescrupuloso a manos de un asesino al que no le importaba nada lo que su víctima de turno pudiera decirle. Tampoco le importaba que en el lugar hubiera niños presentes que poco entendían sobre los conflictos de adultos.
Este supuesto asesino, al que la Fiscalía de Homicidios de 1er Turno acusa de cuatro homicidios y una agresión que casi le causa la muerte a un niño de tres años, al momento de los crímenes era apenas un joven de 18 años.
Dos testigos citados en la demanda acusatoria, a la que accedió El País, mencionaron que el joven “es un sicario” que “mató mucha gente” y que nadie quiere declarar en contra de él por miedo. Otro de ellos coincidió en que se trata de un sicario que “mata gente y es temerario”.
La Fiscalía intentará probar que cometió cuatro homicidios y tuvo cinco víctimas. Todas fueron heridas de muerte, salvo un niño que logró sobrevivir.
El primer hecho ocurrió el 3 de octubre de 2021 a las 9:30 horas. La víctima salió de su casa, ubicada en las calles Hidra y Colibrí, junto a su hijo de tres años. Iban en una moto hacia la bloquera en la que trabajaba. A los pocos metros, fue abordado por el acusado y otra persona que no fue identificada totalmente. Ambos iban a pie.
El joven le disparó a los dos, padre e hijo, que se cayeron de la moto. El mayor, que recibió cinco tiros, fue trasladado por un amigo que fue testigo del hecho, pero se quedó sin combustible en el camino y finalmente fue llevado al hospital por un móvil policial, donde poco después murió.
El niño cayó en los brazos de su padre y resultó herido en la cabeza, pero logró sobrevivir. Una vecina fue quien salió a ayudarlo y notó que tenía un disparo en la cabeza. Luego del hecho estuvo en coma farmacológico.
Según señalaron algunos testigos, cuatro días antes del hecho la víctima y el acusado habían tenido un “intercambio de palabras” y de “miradas feas”, pero luego hablaron y aclararon la situación.
Después de este crimen, el acusado amenazó al amigo que asistió a la víctima, diciéndole que “lo iba a matar si veía bajar a la Policía” y que “si él había sido el primer testigo no iba a llegar vivo a las fiestas”, se indica en la demanda acusatoria presentada por la Fiscalía. En esa oportunidad, este joven amigo de la primera víctima, le reclamó al acusado que se había acostumbrado “a matar habiendo niños”.
Hay otros testigos que manifestaron que el acusado le dijo: “Mirá que sabemos que sos testigo y antes de fin de año te mato. Si Jefatura me cae, te mato”.
Poco más de un mes después del primer homicidio, el 16 de noviembre de 2021 por la noche, el amigo de la primera víctima circulaba en su camioneta blanca por Camino Maldonado hacia Punta de Rieles. En el auto también estaban su novia, la hija de ella (11 años) y el niño de tres años que había resultado herido en el primer ataque.
En ese momento, se les acercó una moto que buscó ponerse a la altura de la puerta del conductor. El mismo acusado, que esta vez iba como acompañante del conductor de la moto, le disparó al amigo de la primera víctima por la ventanilla de la camioneta.
Finalmente, la moto sobrepasó al auto y se puso frente a él, por lo que la novia del conductor atinó a cubrir a los niños y tomar el volante. En esa ráfaga de un segundo, pudo ver como el acusado sonrió, para después solo seguir disparando. El conductor perdió el control del vehículo y chocó contra un auto estacionado. Finalmente falleció producto de las lesiones sufridas.
El tercer homicidio por el que es señalado, ocurrió algunos meses después de los anteriores. Fue el 17 de abril de 2022 por la tarde, cuando el acusado fue -otra vez como acompañante en una moto- a la casa de su nueva víctima. Llamaron a la puerta nombrándolo por el apodo, a lo que el joven salió con su hijo de dos años en brazos a atenderlo. Eso no impidió que el acusado se bajara de la moto y le disparara con su arma. Después de eso, se subió nuevamente y se fueron del lugar.
El último hecho tuvo lugar el 10 de junio de 2022 por la noche. La víctima estaba en su casa, también en el barrio La Chancha, cuando llegaron dos motos. En una de ellas, como acompañante, iba el acusado. Casi como un calco del tercer hecho, llamaron al joven para que saliera de la casa y, cuando lo hizo, el acusado le pegó varios tiros. El joven llegó a entrar a su casa, donde estaban sus hijos mellizos mirándolo todo, y fue trasladado para recibir asistencia médica, pero terminó falleciendo.
Los fiscales Carlos Negro y Natalia Pereira -que firman la demanda acusatoria que da puntapié al juicio oral que se realizará este año- lo acusan de haber cometido un delito de homicidio complejo especial y muy especialmente agravado. Piden la pena máxima que prevé el Código Penal, que es de 30 años de prisión y además 10 años de medidas de seguridad eliminativas. Estas medidas se imponen en los casos que, por la naturaleza del crimen cometido, pueda entenderse que tras cumplir la pena en prisión la persona no está lista para reinsertarse en la sociedad y permite que se extienda su estadía en la cárcel. Piden que se le compute como agravante -entre otros- el hecho de que los homicidios se cometieron frente a menores de edad.