Besozzi, el intendente del "mano a mano", al que una multitud apoya pese a estar imputado por corrupción

Más de mil personas fueron a saludarlo el domingo a su casa; sobre el proceso penal opinan que la Justicia estuvo direccionada y que buscan bajarlo de la contienda en plena campaña electoral.

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Besozzi con manifestantes que fueron a mostrarle su apoyo.jpeg
Guillermo Besozzi recibió una marcha en su apoyo en su chacra cerca de Mercedes, Soriano.
Foto: Ignacio Sánchez.

Es una húmeda mañana de domingo en Mercedes (Soriano), la lluvia amenaza con aparecer y un puesto con banderas con la cara del exintendente no para de vender. La escena se repite una y otra vez: un auto se detiene, paga $ 200, toma la bandera y se ubica al fondo de la larga hilera de vehículos que se preparan para salir. “Este pueblo es así”, cuenta, lamentándose, una de las clientas. “Siempre te están buscando la chiquita”, asegura, para luego hablar loas de quien fue su jefe, Guillermo Besozzi, el caudillo blanco hoy investigado por corrupción.

“Es una buenísima persona, lo quieren hacer caer. Es el patrón nuestro, lo venimos a respaldar”, explica la funcionaria municipal, que rápidamente aclara: “Igual, yo entré a la intendencia hace años, con otro intendente”. Mientras tanto, su pareja ata una bandera uruguaya a la caja de la camioneta. La caravana está a punto de comenzar.

En la salida de la ciudad de Mercedes se juntan una gran cantidad de autos e incluso dos ómnibus llenos de personas que vienen de otras localidades. Pero ese no es el único punto de salida de la caravana que se dirige hacia la chacra del exintendente, que hace pocos días fue imputado por ocho delitos de corrupción y que cumple ahora arresto domiciliario.

Un grupo de personas a caballo sale desde la ruta y otro desde la localidad de Palmitas. Así, llegan a la chacra más de un millar de personas. Hay gente de campo y de la ciudad, bebés recién nacidos y adultos tan mayores que necesitan ayuda de un andador para caminar, hombres y mujeres. Pero todos tienen el mismo fervor a la hora de saludar “al intendente”, que los espera al borde del perímetro en el que se tiene que mantener por disposición judicial.

El lugar es una fiesta. Un sitio de encuentro para todos aquellos que quieren darle una palabra de aliento. Una sola canción suena una y otra vez: es del Cuarteto de Nos y dice: “Este gaucho no se agacha / Con la frente en alto marcha / Y ante cualquier situación / No se rinde fácil, no / En la adversidad se agranda / Y aunque no es de presumir / Sabe que lleva el coraje en sus andas”. El tema es de 2017, forma parte del disco Apocalipsis Zombi, y su nombre es Gaucho Power.

Besozzi en su tierra es profeta, todos tienen algo que decirle. Y muchos, algo que pedirle, según él mismo dice. Que él siempre los reciba y los escuche, pero sobre todo, que los conozca, convierte en algo lógico que se pase dos horas abrazando y besando a centenares de personas que dicen considerarlo un amigo. “Soy el preso más fotografiado”, bromea.

Entre varios adultos, se acerca a él un niño.

—¿Vos fuiste el que me escribiste una carta, no? ¡Me acuerdo! —lo saluda Besozzi. Al niño no se le borra la sonrisa.

Pero su trato cotidiano no es condición excluyente para que lo quieran así.

—Lo conozco poco, pero me hago matar por él —cuenta un hombre de Fray Bentos que ha compartido con Besozzi algunas cabalgatas. “Andábamos a caballo y, cuando parábamos a comer, ¡pelaba papas el tipo!”, cuenta con asombro. “Un paisano no tenía donde dormir, él le dejó su colchón y durmió en el piso ¿quién hace eso?”, pregunta.

Muestras de afecto a Guillermo Besozzi.jpeg
Guillermo Besozzi recibió una marcha en su apoyo en su chacra cerca de Mercedes, Soriano. Foto: Ignacio Sánchez
Ignacio Sánchez

Consultado por El País sobre cómo forjó esa relación con la gente, Besozzi dice: “No alcanza una red (social), no alcanza una página... Esas cosas no alcanzan. La gente tiene problemas que los quiere manejar mano a mano”. Por eso los recibe en su casa, a cualquier hora y conversa sobre todos los temas.

“Viene una mujer y me dice: ‘Me separé de mi marido y tengo que llevar la mudanza, ¿la intendencia me puede pagar la mudanza?’. Y bueno, no, (pero le digo) ‘déjame ver si hay un camión que va vacío, (capaz) te podemos ayudar’. Y resulta que no, que no hay un camión que va vacío. Bueno (entonces) vamos a resolverlo como familia, de otra forma”, explica.

Así, reconoce, al frente de la comuna ha llegado a hacer cosas que no son competencia de la intendencia estrictamente, pero que, cree, ayudan a la gente. “Terminamos arreglando policlínicas, techos de escuelas, y nosotros no tenemos nada que ver... Pero lo hacemos. Es mi forma. No debe ser ni mejor ni peor que nadie. Será distinta, pero es mi forma. Y yo creo que la gente viene porque tengo esa cercanía con la gente”.

Algunos de los 15 hechos que le imputan están vinculados a “ayudas” a personas particulares con dinero de la intendencia. Y aunque a Besozzi el caso lo indigna, por algunos momentos le causa gracia. Así saluda a uno de los hombres a los que, según la Fiscalía, benefició discrecionalmente: “¡Ricardito! Estoy acá preso por tu culpa”.

La Fiscalía afirma que Ricardito le llevó toros en un flete que el exintendente pagó con materiales de la Intendencia.

Para Mayka Acuña, una de las ediles que lo representan en la Junta Departamental, Besozzi es “una buena persona, es un vecino más del departamento, querido, respetado, que siempre está dispuesto a dar una mano, a ayudar, tiene la vocación de servicio en su ser puro”.

Esa “buenísima persona” de la que todos hablan ¿es culpable o inocente? Esa pregunta suele desencadenar una respuesta que tiene varios minutos y que se enfoca —mayoritariamente— en la Justicia. “Es una investigación que tiene cuatro años y hacen esto ahora, a nada de la elección”, “la fiscal, todos ellos, son todos anti blancos”, “la Justicia la maneja el Frente, la maneja Jorge Díaz”, contesta, por ejemplo, un grupo de tres hombres antes de salir en caravana hacia lo de Besozzi.

—¿Pudo haber cometido algún error al dar algo directo? Sí, pero no es un delito —acota tímidamente uno de ellos en medio de un verborrágico señalamiento a la Justicia.

Eso piensa, también, Acuña:

—Me siento totalmente indignada y preocupada por el proceder de este auxiliar de la Justicia, que por una interpretación que a mi entender equivocada. Él lo que ha querido siempre es resolverle los problemas a la gente, dándole una mano, gestionando desde su rol, porque si no... ¿Para qué están los intendentes si no tienen el poder de decidir?

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