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fiscales alegan sobrecarga y agotamiento

Cada una de las 16 fiscalías de Flagrancia promedia 520 casos: "No se puede garantizar" justicia, dijo fiscal de Corte

Licencia de fiscal Fossati pone en evidencia la problemática y Juan Gómez reconoce las dificultades para lograr un buen trabajo.

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Fiscalía General de la Nación
Fiscalía General de la Nación.
Foto: Estafanía Leal

Por Eduardo Barreneche
En uno de los primeros días de enero, cuando el calor sacudía a los periodistas que se agrupaban frente a la sede de la Fiscalía en la Ciudad Vieja y que esperaban novedades sobre el caso Astesiano, una mujer se acercó a ellos llorando a mares.

Era oriunda de Minas de Corrales (Rivera), y muy nerviosa, sin parar de lagrimear, relataba que había sido víctima de una rapiña y que quería hacer una denuncia.

Como la Fiscalía ya había cerrado, un periodista le informó que debía dirigirse a la Fiscalía de la Nación, ubicada en Paysandú y Yaguarón. Sacudiéndose las lágrimas, la señora agradeció y dijo: “Yo solo quiero que esto no quede impune. Nada más”.

Tras recibir la dirección de la Fiscalía General de la Nación en un papel, añadió: “Yo creo en la Justicia. Voy a ir a hacer la denuncia. Muchas gracias”.

Su denuncia seguramente pasó a englobar la importante cifra de novedades policiales que llegan a la Fiscalía cada mes: entre 25.000 y 27.000, según los datos a los que accedió El País.

La mayoría de esas denuncias son asuntos que no configuran ilícitos: peleas entre vecinos, familiares o socios; roturas de vidrios o incumplimientos de acuerdos entre, por ejemplo, un carpintero y la persona que le entregó una seña por un trabajo.

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Más de 60 casos en fiscalías de drogas

En septiembre de 2022, el fiscal de Corte, Juan Gómez, afirmó en el Parlamento que las fiscalías especializadas en tráfico de estupefacientes estaban saturadas de casos. “Lamentablemente, esas fiscalías están desbordadas al número de asuntos que deben atender”, señaló el jerarca en una comisión de la Cámara de Senadores. Y agregó: “Diría que existen unas sesenta investigaciones en curso”, expresó Gómez a los legisladores. Según supo El País, una parte de los casos refieren a bandas transnacionales.

También hay denuncias de supuestos delitos, pero son casos en los que se cuenta con poca información de calidad para asignarlos a un fiscal para que los investigue. Por ello, el Departamento de Depuración, Priorización y Asignación (DPA) de denuncias de la Fiscalía de la Nación analiza cada reclamo y depura.

Finalmente, entonces, el número de casos mensuales que ingresa a las bandejas electrónicas de los 344 fiscales son aproximadamente 5.000 por mes.

Esos expedientes son derivados a los fiscales en función de sus turnos y estos las investigan priorizando los caos de mayor gravedad.

Al mes siguiente, se repite el fenómeno. Es decir, otros 5.000 casos deben ser repartidos. Y así sucesivamente.

Cada año, los fiscales formalizan las investigaciones contra 1.700 personas, de las cuales el 92% (1.564) son condenadas por juicios abreviados gracias a acuerdos alcanzados entre los fiscales y los imputados.

Varios fiscales señalaron a El País que estaban al borde del agotamiento y realizaban tareas inclusive en sus casas y fuera de horario laboral. Es el caso de la fiscal Gabriela Fossati, que ahora está con licencia médica, y que además del caso Astesiano tuvo a su cargo 519 casos más.

La sobrecarga de trabajo de los fiscales es evidente: muchos piden licencias médicas, como Fossati, e incluso existe el caso de una funcionaria que falleció durante su horario laboral. Esto pasó el 9 de mayo de 2019 y se trataba de la fiscal adjunta de Delitos Sexuales, Susana Rivadavia. La fiscalía donde trabajaba tenía en investigación alrededor de 600 casos, según supo El País en aquel momento.

El fiscal de Corte, Juan Gómez, reconoció la existencia del problema. “Todo repercute en el sistema de la Fiscalía. Y me preocupa el panorama que hoy viven los fiscales. Pretendemos que cada denuncia (que llega a la Fiscalía) sea atendida. Hoy no se puede garantizar esa respuesta”, dijo a El País. Y agregó que cada una de las 16 fiscalías de Flagrancia promedia las 520 investigaciones.

Las Fiscalías de Flagrancia no solo indagan sobre pequeños hurtos, rapiñas o riñas, entre otros delitos menores. En ocasiones deben investigar casos complejos.

La fiscal de Flagrancia de 12° Turno, Fossati, debió encargarse del llamado caso Astesiano que involucra al excustodio presidencial, Alejandro Astesiano, supuestas falsificaciones de pasaportes uruguayos en Rusia y eventuales delitos de violación de reserva de información por parte de policías, al mismo tiempo que trabajaba en otra pila gigantesca de expedientes.

Mientras el fiscal del Flagrancia de 5° Turno, Diego Pérez, que investiga irregularidades cometidas en la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicación (Ursec) por el exdirector del Frente Amplio, Nicolás Cendoya, también tiene que tener en vista otros cientos de casos. Y lo mismo pasa con el fiscal de Flagrancia de 9° Turno, Fernando Romano, que indaga sobre delitos vinculados al deporte, y también el caso Astesiano ha recaído sobre él durante la licencia de Fossati..

Según Gómez, en el interior hay fiscalías que también tienen 500 casos. Y agregó que, en algunos departamentos, los casos rondan esas cifras porque los fiscales titulares llevan dos o tres años certificados por enfermedad.

Reclamos

En la próxima Rendición de Cuentas, que el gobierno deberá presentar antes del 30 de junio y será la última de este período, la Fiscalía de Corte pretende la creación de nuevas fiscalías para dar pelea y solucionar al menos un poco el problema de la falta de personal.

Gómez aspira que se le asigne recursos para nuevas fiscalías especializadas en cárceles y anticorrupción, y una o dos fiscalías de ejecución que controlen el cumplimiento de penas dispuestas por la Justicia. “Hoy ese trabajo recae en las fiscalías que están llenas de casos”, dijo Gómez.

La Fiscalía, según Gómez, tiene también la necesidad de más funcionarios administrativos y técnicos. Hoy son 683, incluidos los fiscales.

las claves

Gremio reclama más personal

Willian Rosa, presidente de la Asociación de Magistrados Fiscales del Uruguay, afirmó que la sobrecarga de trabajo es una realidad. Las fiscalías, sostuvo, reciben en cada turno, que dura una semana, al menos 60 casos. Y agregó que, al finalizar ese período, dichas oficinas tienen otros 15 días para ocuparse de lo que se denomina “cola de turno”.

Muchas personas, denunciadas por cometer un delito in fraganti, son detenidas y derivadas a la Fiscalía. Allí se le toman declaraciones y quedan en libertad. Al finalizar el turno, según relató Rosa, los fiscales juntan pruebas, solicitan las detenciones de esas personas y luego formalizan las investigaciones en su contra en los juzgados. “Eso significa que el trabajo de un turno semanal ocupa en realidad otras dos semanas. Solo queda una semana libre al fiscal para trabajar los casos viejos en su bandeja”, explicó Rosa. En esa semana la dinámica del fiscal es distinta a la del turno: ahí analiza si hay actuaciones para pedir a la Policía y si no hay elementos de prueba, archiva la denuncia.

Rosa dijo que, para cubrir esas tareas, no solo hacen falta nuevos fiscales sino también técnicos o administrativos que apoyen a los titulares de las sedes.

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