ACCIDENTE FATAL
El camionero señaló que el accidente ocurrió en un marco de “incumplimientos muy graves” en materia de seguridad por parte de la empresa que lo contrató.
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Carlos G. conducía el camión por los accesos de Montevideo en dirección al norte. Iba a baja velocidad, según relataron testigos que viajaban en autos cercanos. Pero llevaba consigo una máquina retroexcavadora, y eso marcó su destino para siempre.
Ese viernes fatídico -13 de noviembre de 2020- el camionero cruzó debajo del puente peatonal de Capurro y un brazo de la grúa rozó la superficie y la desplazó.
El puente se deslizó lateralmente, perdió la sustentación del pilar y se derrumbó. Aplastó el capot de la camioneta Renault Kangoo, conducida por el pizzero Pedro Recalde (52), quien falleció en el acto.
Encima del puente caminaban Melina Olivera Arroyo (17), entonces con un embarazo de 36 semanas, y su sobrino Lucas Correa, de ocho años. Segundos antes de la colisión, ambos vieron acercarse el brazo de la grúa y luego de un estruendo debajo de sus pies, cayeron al suelo desde una altura de cinco metros. Ella sufrió lesiones leves y el niño heridas abdominales que llevaron 10 puntos de suturación.
El mismo estrépito fue escuchado por el chofer del camión Carlos G. (60), que transportaba la máquina retroexcavadora. En forma instintiva, el conductor apretó los frenos.
En una fracción de segundo, Carlos G. miró para atrás y vio que el puente se había caído. Así lo contó ayer ante la fiscal de Flagrancia, Sabrina Flores.
Poco después del accidente, el chofer del camión supo que una persona había perdido la vida. Se descompensó y debió ser internado. No estaba en condiciones de declarar en Fiscalía.
Asesorado por el penalista Nicolás Pereyra, el camionero señaló que el accidente ocurrió en un marco de “incumplimientos muy graves” en materia de seguridad por parte de la empresa que lo contrató, dijo a El País una fuente del caso.
“Yo estaba sujeto a jerarquía y si no llevaba la carga (la máquina retroexcavadora) a tiempo, me iban a echar. No iba a conseguir trabajo nunca más”, explicó el camionero a la fiscal Flores, según la fuente.
Con lágrimas en los ojos durante varios tramos de su declaración, el chofer dijo que no cargó la máquina retroexcavadora, pero debió estibarla en la caja del camión con sus “propios elementos”. No trascendió si el conductor utilizó para ello eslingas metálicas o cuerdas.
Pereyra, el abogado del conductor, dijo ayer a El País que la responsabilidad del trágico accidente ocurrido en los accesos no es de su cliente, debido a que hubo “omisiones contumaces” de la empresa.
Pereyra explicó, por ejemplo que la firma ordenó a un trabajador que bajara todo lo que pudiera el brazo de la grúa.
“No bajaba más. Mi cliente no sabía bajarla; no era su tarea”, sostuvo el penalista. E insistió con el punto: “Hay un haz obligacional de medidas de seguridad que no se cumplieron por parte de la firma que contrató a mi defendido. No solo en ese traslado (de la máquina retroexcavadora), sino en general”.
A juicio de Pereyra, el camión debía ir con escolta y solicitar una autorización al Ministerio de Transporte para trasladar maquinaria pesada por una ruta nacional.
La abogada, Laura Robatto, asesora legal de la empresa propietaria del camión, declinó hacer declaraciones.
No creen que haya una responsabilidad penal
En la mañana de ayer, el propietario de la empresa de camiones que se dedica al traslado de maquinaria testificó ante la fiscal Sabrina Flores. No trascendió el contenido de ese testimonio.
Los penalistas del caso concluyeron que el accidente se trató de una fatalidad y consideraron que muy difícilmente el conductor del camión o el dueño de la empresa sean responsabilizados penalmente con prisión por el homicidio culposo. “Esto se arreglará con un juicio civil” , dijo uno de los abogados.
Varias víctimas del accidente de tránsito, ocurrido el 13 de noviembre pasado, se contactaron con abogados para presentar demandas civiles por daños y perjuicios contra el Ministerio de Transporte, la empresa transportista y la firma que hace el mantenimiento del puente caído.