Más de un año después del asesinato de Lucas Barletta en Maldonado, se llevó adelante el juicio oral en el que Fiscalía pidió 20 años de prisión para el homicida, quien reconoció los hechos. La discusión se encuentra en torno a si la víctima y el agresor eran pareja, ya que eso impactará en la pena final.
El caso ocurrió en diciembre de 2022, cuando ambos se encontraban en la casa del ahora imputado, quien tras una discusión terminó matando a Lucas -un joven de 27 años oriundo de Durazno que había viajado a Maldonado por trabajo.
Tras ser detenido en 2022 como el principal sospechoso, debido a que en su casa se encontró el cuerpo así como manchas de sangre da la víctima, el hombre reconoció haber cometido el crimen.
Si bien el joven de 22 años asumió los hechos, la disputa argumentativa que se dio en el transcurso del caso y que tuvo su última instancia previa a la sentencia el pasado miércoles durante el juicio oral, es si ambos jóvenes eran pareja.
Esto se debe a que el fiscal de Maldonado, Sebastián Robles, pidió 20 años de cárcel para el homicida. Esta pena corresponde a un homicidio agravado -que tiene de 10 a 25 años de penitenciaría-, ya que según el Código Penal, ejecutar este delito contra la pareja configura un agravante.
En su acusación, Robles sostuvo que Lucas y su homicida mantenían “una relación de índole afectiva-sexual”.
En contraparte, la defensa del agresor sostiene que no eran pareja, lo que pasaría a configurar un delito de homicidio simple, cuya pena mínima desciende a cuatro años y la máxima a 18.
Todos los testigos -familiares y conocidos de ambos- declararon el pasado miércoles sobre la relación entre la víctima y el victimario.
El juez de 4° Turno de Maldonado, Sebastián Amor, dictará sentencia el 30 de este mismo mes.
El homicidio de Lucas Barletta
Según la acusación presentada por el fiscal Robles, a la que pudo acceder El País, en la noche del 5 de diciembre se habría producido una discusión entre la víctima y su pareja por temas relacionados a su vínculo.
Tras algunos comportamientos violentos, se rompió un espejo. El imputado aprovechó la situación para tomar un vidrio y le provocó cortes a Lucas. Luego, tomó una tijera que tenía cerca y lo apuñaló entre las costillas. Ya en el piso, lo golpeó en la cabeza con un “objeto contundente”, hasta matarlo.
La autopsia reveló que el motivo de la muerte fue “traumatismo de cráneo, hallándose múltiples heridas corto contusas”.
Dos días después, y con la preocupación de no tener noticias de Lucas, sus familiares se trasladaron desde Durazno hacia Maldonado para presentar una denuncia a la Policía.
En respuesta, se inició una investigación, y tras recoger información sobre los últimos movimientos y contactos de la víctima, el 10 de diciembre funcionarios policiales de Maldonado llegaron a la vivienda del ahora imputado, ubicada en las calles Román Guerra y Mariano Soler.
Si bien la acusación fiscal aseguró que los agentes arribaron al lugar con el objetivo de “tomar declaración” y de que “aporte elementos útiles para dar con el paradero de Lucas”, al aproximarse a la casa sintieron un olor nauseabundo.
Bajo un conglomerado de ramas y hojas ubicadas afue-ra de la casa del agresor, los policías encontraron el cuerpo de la víctima. Y tras este descubrimiento se solicitó una orden de allanamiento que fue aprobada y reveló manchas de sangre en el lugar así como desorden de la escena que no había sido arreglado.