Gustavo Penadés, exsenador nacionalista luego de que la cámara votara su desafuero por unanimidad, continúa siendo investigado por abuso y explotación sexual de menores. Hasta ahora son nueve las víctimas que lo han denunciado en Fiscalía y cuatro de ellos todavía son menores: tienen 15, 16 y dos 17 años. Otras dos personas ofician como testigos. Una de las cosas en la que más insistió la fiscal Alicia Ghione es en la reserva de identidad de todas estas personas, algo que además fue solicitado por ellos mismos cuando realizaron la denuncia.
El abogado que representa a varias de las víctimas, Juan Raúl Williman, dijo a El País que se trata de personas “especialmente vulnerables” y, por tanto, “el pasaje por el sistema debe ser el menos revictimizante posible”. En este sentido, indicó que dos varones menores de edad se niegan a declarar en caso de que se levante la reserva de identidad y cree que otras de las víctimas, incluso algunos mayores de edad, tampoco hablarían si no tuvieran esta garantía. El anonimato “es determinante para que haya declaraciones”, apuntó.
Javier Vega y Juan Carlos Fernández, abogados de Penadés y del profesor de Historia Sebastián Mauvezín (respectivamente), impugnaron la reserva de identidad de las víctimas, pero esta solicitud fue rechazada por la jueza Marcela Vargas. Estos, entonces, decidieron apelar. La decisión final la tomará un Tribunal de Apelaciones y, hasta que se manifieste el veredicto, el equipo fiscal decidió no tomar declaraciones a los jóvenes.
La reserva de identidad (que no se divulguen nombres, domicilios u otros datos identificatorios) implica que se tomen declaraciones anticipadas, es decir, que las víctimas no declaren en juicio oral frente a los denunciados, los abogados de ambas partes y el equipo fiscal, sino que lo hagan con anterioridad. Un funcionario especializado del juzgado será quien les hará las preguntas y también estará presente un juez de garantías.
La declaración, que será filmada y grabada, se realizará una sola vez y se utilizará un distorsionador de voz y la imagen desenfocada de los denunciantes.
Amenazas a las víctimas
Cuando la fiscal Ghione solicitó el desafuero de Penadés, también argumentó por qué es imprescindible que no se divulgue la identidad de las víctimas en este caso. En primer lugar, señaló que algunas continúan siendo menores de edad y el Código del Proceso Penal, la Ley de Violencia Basada en Género y el Código de la Niñez y la Adolescencia -entre otras normas- establecen que es el deber de la Justicia protegerlos frente a esta asimetría de poder con la persona a quien denuncian. Pero la medida también se solicitó porque se detectaron amenazas hacia denunciantes.
“Tenemos información de las víctimas que han declarado respecto a que fue amenazada la familia de uno de los adolescentes (víctima “F”) que iba a venir a declarar; dado que el mismo fue identificado a través del programa de televisión ‘Santo y Seña’, del periodista Ignacio Álvarez. Por esa razón la familia no quiso acercarse a prestar declaración e incluso se lo impidieron a su hijo”, establece la solicitud de reserva de Fiscalía del 19 de mayo pasado.
“De allí que tengan las víctimas temor a las represalias, en especial aquellas que con sus declaraciones pueden ser fácilmente identificadas (por fechas o lugares)”, continúa el texto.
Ghione también hizo referencia al homicidio de un joven de 17 años, Sebastián Barbieri Franco, cuyo cuerpo fue hallado con 13 impactos de bala el 17 de abril en el barrio Sayago.
“Algunas de las víctimas declarantes aseguran que había salido muchas veces con el senador Penadés y estaba dispuesta a realizar la denuncia en sede Fiscal”, apuntó. Pero este homicidio, según dijo, provocó que otros adolescentes allegados a Franco “se asustaran y no quisieran acercarse a prestar testimonio, tal como lo han manifestado dos víctimas”. Sin embargo, la fiscal aclaró que el homicidio todavía no está resuelto y podría tratarse de un conflicto por venta de drogas.
En ese mismo documento, Ghione detalló que uno de los denunciantes, de 15 años, fue a hablar con la Unidad de Víctimas y Testigos para contarle a las técnicas que lo habían amenazado: “Nos manifestó muy asustado que había sido amenazado por Instagram (red social) a través de un perfil que le solicitó amistad y él desconocía”. El usuario le dijo que “no venga a declarar contra Penadés y Mauvezín”, indica el documento.
Además, la fiscal del caso destacó que los dos indagados utilizaban este mismo mecanismo para ponerse en contacto con los adolescentes explotados, “por lo que presumiblemente pueda estar relacionado”.
Por otro lado, semanas atrás fue vandalizado el muro de la casa de Romina Celeste Papasso, la denunciante que dio inicio a la investigación contra el exsenador. “Andate de acá, en este barrio no te queremos y callate la boca”, escribieron en el muro, algo que para Ghione es “un claro intento de silenciar a la denunciante”.
Exsenador denunció “trama en su contra” y apuntó a un joven
“(La línea argumental) que tenemos nosotros creo que se sustenta en una trama que se ha organizado para perjudicarme”, dijo Gustavo Penadés el miércoles durante una emisión de Radio Universal.
El nacionalista se refirió a la foto en la que está en un hotel de alta rotatividad y al video en el que se lo ve entrando a un cajero automático. “Yo sé quién lo filmó, era una persona mayor de edad y sé perfectamente (...) cuándo lo filmó”, aseguró Penadés. “Es el mismo (la persona del hotel y el que grabó el video) y en el mismo momento, porque fue una sola vez, y es una persona mayor de edad”, añadió.
El medio, además, indicó que los registros, según el senador, son del 2020 con un joven con el que Penadés tuvo relaciones sexuales. Este sería Jonathan Mastropierro, que se hacía llamar Mateo en ese momento y que en 2019, a sus 19 años, fue condenado a 20 meses de prisión por cinco delitos de estafa contra Unicef Uruguay y una financiera. Mastropierro decidió realizar una denuncia por difamación contra Penadés.
El mecanismo de "declaración anticipada"
¿Cómo funciona la declaración anticipada para así preservar el anonimato de las víctimas? Dado que las preguntas hacia las víctimas las haría un funcionario especializado del juzgado por fuera de la investigación, lo primero que se debe hacer es determinar qué preguntas se le harán a los denunciantes. Para eso, la Justicia dispone una audiencia de debate de preguntas en la que participan los abogados de ambas partes y el equipo fiscal. Finalmente, el juez resuelve cuáles de ellas son las definitivas.
La declaración de las víctimas se videograba y esa filmación luego se reproduce en el juicio. Una vez que las partes ven la declaración, en donde la voz de la víctima está distorsionada y la imagen desenfocada, el funcionario especializado va a la sala donde están los acusados, abogados y el equipo fiscal para saber si alguna de las partes desea repreguntar (preguntas aclaratorias) y de ser así vuelve al salón donde está la víctima y le hace estas otras preguntas. La ley establece que siempre que la víctima sea menor de edad, nunca puede declarar en juicio, siempre lo hace en un salón aparte.
Fiscalía “no demuestra” el riesgo de las víctimas
La semana pasada, cuando tuvo lugar la audiencia por reserva de identidad, Penadés dijo en rueda de prensa: “Yo al día de hoy no conozco a ninguno de los que me ha denunciado y en el expediente no figura ningún tipo de comprobación de que existiera algún tipo de peligro para las víctimas” en caso de que se conociera su identidad. “La Fiscalía habla de riesgo, pero no demuestra ni dice cuáles son esos riesgos. Además en el expediente no figura ningún riesgo hacia esas víctimas”, agregó el exsenador blanco.
En esta línea, su abogado planteó que “si uno no conoce las identidades de las víctimas y además esas declaraciones se van a llevar sin que se pueda presenciarlas o ver a las víctimas se encuentran ante una “afectación a ese derecho de defensa”. El abogado aseguró que quieren “que se sepa la verdad”.
Luis Purtscher, director del Comité Nacional para la Erradicación de la Explotación Sexual Comercial y No Comercial de la Niñez y la Adolescencia (Conapees), dijo a El País que existe “una relación desigual” entre abusado y abusador. La normativa internacional establece que siempre debe prevalecer el interés superior del niño o adolescente y, según Purtscher, en este caso esto se garantiza al permanecer en anonimato.
“Conozco de cerca lo difícil que es para alguien que ha sufrido un agravio de estas características no solamente presentarse a un juzgado, sino poder hablar, poder romper con el silencio, con el miedo, con el daño que le causa al sujeto una situación de ese tipo” , dijo.
Al director de Conapees destacó el aumento de casos de explotación sexual de varones, aunque sigue prevaleciendo el abuso y explotación hacia mujeres. En 2020 hubo 354 víctimas mujeres y 55 varones, en 2021 fueron 422 mujeres y 67 varones y en 2022 las víctimas de sexo femenino fueron 465 mientras que los de sexo masculino fueron 54.
La mayoría de los varones que denunciaron haber sido abusados y explotados sexualmente por Penadés tenían 13 o 14 años en el momento de los presuntos los hechos. Según información de la Fiscalía, algunas de las víctimas fueron abusadas dos, tres o cuatro veces y en por lo menos siete casos el delito no está prescripto. Asimismo, Ghione ha enfatizado que los denunciantes provienen de “contextos sociales altamente vulnerables”.
Penadés tenía un identificable “modus operandi” -según la Fiscalía-: los “levantaba en auto por distintos lugares públicos”, como Parque Batlle y también los encontraba “en la zona de los jueguitos (...) más recientemente en esquinas y plazas”.
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