La investigación por la muerte de Carlos Umpiérrez, el policía asesinado en el barrio Marconi, implicó hasta el momento la imputación de tres personas. La indagatoria, que aún se encuentra en fase inicial, avanzó a partir de tres elementos que resultaron claves: mensajes de WhatsApp, prendas de ropa incautadas y filmaciones de la Policía.

El último implicado en ser detenido fue un joven de 21 años, que fue imputado el domingo 18 como presunto autor de un homicidio muy especialmente agravado. Antes, un hombre y una mujer habían sido imputados como coautores. Los tres se encuentran en prisión preventiva.

Si bien el joven admitió haber robado el arma de reglamento del policía, tanto él como su defensa negaron que haya sido el autor de los disparos. De igual manera, los elementos presentados por la fiscal de Homicidios de 4° Turno, Andrea Naupp, fueron suficientes para que el juez Alejandro Asteggiante acepte su formalización.

El imputado ya había sido condenado con libertad a prueba en mayo de este año por un delito de tráfico de armas y municiones. Además, tenía una requisitoria pendiente del Juzgado de Faltas de Lavalleja por un incidente vinculado a su libreta de conducir, según él mismo admitió en una audiencia a la que accedió El País.

"Hoy allanaron la casa de Fiorella, se la llevaron a ella y a Mateo, los dos en cana. ¿Te pensás que van a aguantar caer ellos solos? Están todos esperando por si ellos aguantan o no, vos tratá de quedarte ahí". Este mensaje fue extraído de un chat que el joven imputado mantuvo con su madre, quien le escribió luego de que los otros dos imputados fueran enviados a prisión preventiva.

Fiscalía realizó dos allanamientos con el objetivo de detenerlo, uno en su casa y otro en la de su novia, "donde solía pernoctar", según dijo Naupp en la audiencia. Allí se incautaron celulares y ropa. Los teléfonos encontrados al allanar las viviendas de los otros dos imputados también fueron fundamentales para el avance de la investigación.

Entre la ropa que se incautaron en los allanamientos están un canguro negro con rayas blancas y un gorro rojo, ambas prendas las habría llevado puestas al momento de cometer el crimen, según surge de filmaciones y testimonios. Además de la declaración de testigos protegidos y de la pareja del policía asesinado, un dron policial registró la situación.

Además, los otros dos imputados también ubicaron al joven en la escena del asesinato al momento de realizar su declaración ante Fiscalía.

Por su parte, el joven niega haber disparado, y asegura haber sido un oportunista, que al ver la situación robó el arma del policía y huyó. Según dijo en audiencia, el mensaje enviado por su madre sería por el robo del arma, no por haber cometido el homicidio.

Foto: Estefanía Leal/Archivo El País.

El episodio fatal ocurrió el 12 de agosto, cuando el funcionario policial y su pareja iban a entregar un pedido de dos pares de championes que habían concretado por la plataforma Marketplace al barrio Marconi.

Llegaron en un auto marca Chery a un pasaje ubicado entre las calles Jacinto Trápani y Doctor Mario Artagaveytia, cuando un hombre se acercó a la ventana del conductor y lo saludó con un puño. Uno de los testigos protegidos dijo haber visto esa situación, pero al notar que se saludaban miró para otro lado porque creyó que se conocían. Luego escuchó los disparos.

Al momento en que el primer hombre le pidió los championes, apareció otro que apuntó con un revólver —los investigadores presumen que fue el último imputado— y una tercera persona se dirigió hacia la ventana del acompañante para robar los celulares de ambos.

Al notar lo que estaba sucediendo, el policía intentó accionar su arma de reglamento pero no pudo disparar, según declaró su pareja. En medio de esta situación, el delincuente que portaba el revólver disparó tres veces y le provocó la muerte a Umpiérrez.

Al ver que el agente estaba caído, uno de los jóvenes —el recientemente imputado, según él mismo confesó— le robó el arma de reglamento y escapó hacia los pasajes.

Foto: Ministerio del Interior