Condenan a 20 años de prisión al rapiñero que mató a un visitador médico; "era su vida o la mía", declaró

Los investigadores hicieron el seguimiento del auto en el que se trasladó a través de cámaras de la zona; el condenado pidió no ser enviado al Penal de Libertad porque su "cabeza tiene precio".

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Juzgado de la calle Juan Carlos Gómez - Poder Judicial
Juzgado de la calle Juan Carlos Gómez.
Foto: Estefanía Leal.

La investigación por el homicidio de un visitador médico en agosto de 2023, tuvo punto final el pasado jueves, cuando el homicida fue condenado a pasar 20 años en prisión. Para el avance del caso fueron claves las filmaciones de cámaras de seguridad, así como la declaración de familiares del matador y de él mismo.

Eran casi las 19:45 del 26 de agosto de 2023 cuando José Ariel Florindo, de 56 años, llegó a su casa ubicada en la calle Defensa, en el barrio Goes. Bajó de su auto, que dejó encendido, y abrió el portón. Antes de entrar el vehículo decidió barrer el piso del patio.

Al subir nuevamente al auto fue que un hombre —el ahora condenado— lo abordó por la puerta del conductor con la intención de robarle, según surge de una audiencia a la que accedió El País. El delincuente tomó un arma de fuego y comenzó un forcejeo en el que disparó dos veces. Una bala impactó en el hombro, y otra en la pierna de José, provocándole la muerte.

Mientras que el atacante huyó hacia la calle Guadalupe y escapó en un auto color gris, la víctima quedó tendida en su vehículo. Al lado de él había una pistola marca Taurus —que los investigadores presumen que iba a usar para defenderse cuando empezó el forcejeo— y $ 54.500.

Cámaras, seguimiento y declaración

Para los investigadores fueron claves las cámaras de la vivienda de la víctima, así como las del resto de la zona, ya que con estas pudieron hacer un seguimiento del delincuente, quien había llegado en el mismo auto que luego lo esperó para huir.

Al momento del ataque estaba vestido con un jean claro, campera azul y championes negros y blancos, según mostraron las cámaras de seguridad. También llevaba un gorro con visera y tapabocas. Todo esto se encontró en el posterior allanamiento a su vivienda.

La reconstrucción se facilitó debido a que el vehículo del homicida "contaba con ciertas particularidades", según dijo un funcionario policial que declaró en la audiencia. Tenía vidrios polarizados y, del lado derecho, tanto la luz trasera como la delantera estaban rotas.

Luego del escape, el auto se detuvo en una vivienda ubicada en la calle Concepción Arenal, a pocas cuadras de la escena del crimen. En este lugar estaba el apartamento del matador.

Al obtener esta información, la Policía realizó el allanamiento, pero el matador no estaba allí. Encontraron sí a su cuñado, que vivía en el lugar desde hacía pocos días, y quien contó que el hombre buscado junto a su esposa e hija se habían ido de la casa.

"La última vez que lo vi estaba con un amigo, salieron y volvió a la noche. Le dijo a mi hermana que apronte los bolsos porque se había mandado una macana", dijo el hombre a la Policía. Se habían refugiado en la vivienda de otra cuñada en el barrio de Piedras Blancas.

Días después se allanó esta otra vivienda, donde se sorprendió al homicida en el momento que buscaba esconderse debajo de una cama. Allí fue que, en el marco de un nuevo allanamiento, se incautó la ropa que había usado al momento de cometer el crimen.

"Me quiero morir, recién salí de estar preso y no voy a poder estar con mi familia. Salí a cometer una rapiña y me salió mal, era él o yo y lo maté", dijo el hombre tras ser encontrado. Es que había salido pocos días antes de prisión.

Su primera antecedente es del año 2013, por una rapiña, y siguió cometiendo delitos en en 2018, 2019, 2021 y 2023. Otros delitos que cometió fueron receptación, porte de arma en lugar público y tráfico interno de armas y municiones.

Direccion Nacional de la Educacion Policial
Patrullero de Policía.
Foto: Estefanía Leal/Archivo El País.

La instancia judicial

La audiencia en la que se lo condenó tuvo lugar el pasado jueves. Allí se presentaron las filmaciones de las cámaras de seguridad, así como la declaración de un funcionario policial que participó del operativo.

Entre las pruebas presentadas por la Fiscalía de Homicidios de 3er Turno hubo testimonios de otros policías, de la pareja y el cuñado del condenado, así como de una vecina de la víctima que escuchó y vio el fatal episodio. También fueron presentados informes técnicos y otras pericias.

Los hechos fueron admitidos por el acusado, y esto influyó en el pedido de pena, que inicialmente había sido de 24 años de penitenciaría.

Finalmente se terminó condenando al delincuente por homicidio muy especialmente agravado y porte de arma de fuego en calidad de reincidente a una pena de 20 años de penitenciaría.

Su defensa expresó que la intención del hombre "no fue matar, fue hacer una rapiña".

"No tenía antecedentes por homicidio, tenía que resolver si era su vida o la de la víctima", expresó la abogada Andrea Souto.

Además, la representante legal solicitó que no sea enviado al Penal de Libertad, ya que allí está siendo amenazado. "Mi cabeza tiene precio, corro riesgo de vida", dijo el hombre al momento de hacer el pedido.

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