Condenan a líder de banda del barrio Marconi y él sostiene que su "cabeza" en la cárcel "tiene precio"

Fue condenado por la coautoría de un homicidio cometido en agosto del año pasado; el autor es un adolescente que había amenazado con "matar niños chicos"

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Barrio Marconi
Calle en el barrio Marconi.
Foto: Francisco Flores

El 27 de agosto de 2023, en el barrio Marconi, “Bebito”, junto con otras personas, protegieron a un adolescente para que pudiera ejecutar a tiros a un hombre de apodo “Tato”, de 54 años de edad. Esto ocurrió en un contexto de homicidios encadenados y una guerra entre la banda del Bebito y la del Arce. La fiscal Adriana Edelman, que ayer pidió la condena del Bebito, señaló en la audiencia que presenció El País, que en ese barrio “la manera en que se resuelven los conflictos es a través de grupos que están armados y normalmente ocurren disparos de arma de fuego y homicidios que han venido concatenados unos con otros. Es decir, (resuelven los conflictos) mediante la violencia”. Durante ese año, la seccional que abarca al barrio Marconi (entre otros) fue la que tuvo más homicidios: 35.

Basándose en un acuerdo que realizó la Fiscalía con la defensa del imputado, la jueza Viviana Galleto condenó a ocho años de prisión a Bebito por haber colaborado en el homicidio. El adolescente que ejecutó los disparos ya había sido condenado en el juzgado pertinente a 3 años y ocho meses de internación en el Inisa (la pena es inferior por ser menor de edad).

Este joven condenado ayer es indagado por varios homicidios y es señalado por la Policía como el líder de una de las bandas que generaba conflictos en el barrio. Después de condenado, su abogado, Alberto Rojas, pidió a la jueza Galleto que sugiriera al Instituto Nacional de Rehabilitación que no se lo derivara al exComcar o a Punta de Rieles porque a él le constaba que en esos lugares “su cabeza tenía un precio ya determinado”. A su vez, le aclaró a la jueza que hoy está en un módulo del exComcar pero cuenta con seguridad.

Una familiar de Bebito estaba entre el público y cuando se despedía él le dijo: “Yo de la cárcel salgo, en cajón no se sale”, refiriéndose a las amenazas que había recibido.

Inmediatamente después de eso, la audiencia terminó y dejaron la sala las dos parientes de Tato que comparecieron como víctimas. Aunque no habían hablado en ningún momento, al pasar por su costado al salir una de ellas se limitó a mirarlo y decirle: “Suerte”.

Barrio Marconi
Guardia Republicana patrullando el Barrio Marconi
Foto: Francisco Flores.

Homicidios encadenados

La ola de homicidios que se suscitó en el barrio Marconi el año pasado tuvo su puntapié inicial cuando a fines de mayo acribillaron a El Arce –referente de la banda opuesta a la del Bebito– saliendo de un boliche en Ciudad Vieja con su novia. Aunque este homicidio aún no fue aclarado, en el barrio señalaban como culpable al adolescente que fue condenado por el homicidio de Tato.

Allí arrancaron las balaceras y tiroteos constantes, hasta que el 27 de agosto, este adolescente estaba fumando en una plaza y desde un auto le dispararon sin acierto. A partir de allí, comenzó a gritar: “Voy a empezar a matar hasta niños chicos. ¿Tato (...) dónde está?”. En la audiencia de imputación de Bebito –cuyo contenido consignó El Observador– la fiscal Edelman había dicho que el barrio Marconi estaba "tomado por dos bandas" que lo habían vuelto al lugar "inhabitable" porque la gente no podía “salir debido a los constantes tiroteos".

Después de eso, tal y como informó El País, el Plan Juntos debió retirarse del barrio por la escalada de violencia que se registró. Los trabajadores debían hacer “cuerpo a tierra” diariamente para evitar los disparos.

La víctima, Tato, era tío de Arce. En esa oportunidad, fue caminando hacia el domicilio del hombre y en el camino se fueron sumando varias personas más, entre ellas Bebito. Eso quedó documentado no solo por testimonios de testigos, sino porque además portaba una tobillera electrónica por estar sometido a arresto domiciliario total –medida que incumplió– por un cargo de porte de arma.

El adolescente ingresó primero a la casa de la suegra de Tato, quien, al ser amenazada terminó explicándole en qué parte del predio vivía la víctima. Allí se dirigió el homicida, mientras que el resto –entre ellos Bebito– formaron una especie de barrera para que nadie pueda ir a ayudarlo.

Lo ejecutó a tiros y encontraron más de 50 vainas en la escena. “El depósito es mío”, gritaba después de matarlo.

La información que la Policía pudo recabar refiere a que estas bandas se dedican al microtráfico pero también a las rapiñas. Realizan cualquier actividad que pueda redituarles económicamente.

Patrullero de la Policía.
Patrullero de la Policía.
Foto: Estefanía Leal
CONSECUENCIAS

Este caso no se redujo a la responsabilidad del autor y coautor del homicidio. También fue condenada meses atrás una “amiga de toda la vida” de Bebito por esconderle armas. En esa investigación, las autoridades lograron hacerse de una foto del condenado portando armas en ese lugar.

También fue condenado el padrastro de Bebito por amenazar a una de las testigos que declaró judicialmente. Le mostró un arma y le dijo que la iba a matar “por buchona”. Al mismo tiempo, la hermana del Arce denunció dos veces que le balearon su supermercado y la hermana del adolescente condenado recibió disparos y debió ser asistida.

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