La Justicia condenó a los responsables del asesinato de un hombre de 53 años, que fue ultimado en la calle frente a su hijo de 16 años. Se logró dar con los homicidas a partir de que el Ministerio del Interior divulgó un video de los instantes previos y posteriores al crimen, y dos personas se comunicaron para brindar datos sobre los investigados.
El hecho ocurrió el 29 de enero de 2023, a las 19:33 horas, cuando los dos condenados interceptaron a la víctima en la intersección de las calles Alberto Zubiría y General Haig (Paso de las Duranas) y uno de ellos le disparó al pecho. Lo hizo con un revolver calibre 22 a una distancia mayor a medio metro. El hombre iba acompañado de su hijo, de 16 años, quien se encuentra dentro del espectro autista.
Las cámaras del Ministerio del Interior captaron los instantes previos al hecho y también la huida de los perpetradores.
Para el mes de marzo, la Fiscalía de Homicidios de 3° Turno, según relató la adjunta Alana Eccher, contaba únicamente con la descripción de la vestimenta de los asesinos, el nombre de pila de uno, los apodos de ambos y la dirección en la que habían huido: hacia el barrio 40 semanas. Esto había sido aportado por testigos reservados, entre los cuales uno de ellos dijo haberlos escuchado decir: “¡Lo matamos! ¡Lo matamos!”.
Una testigo que declaró sin reserva de identidad afirmó que un conocido que vive en el barrio 40 semanas escuchó “que dos de ahí se habían mandado una cagada y que le dispararon a un viejo que estaba con un hijo”. Mientras que un testigo reservado aseguró que los culpables eran “dos muchachos que son consumidores” de drogas.
El caso tuvo avances cuando, a principios de abril, la Fiscalía que encabeza Adriana Edelman autorizó al Ministerio del Interior a divulgar las imágenes de las cámaras de seguridad para que personas que tuvieran datos al respecto pudieran aportarlos. Al otro día de emitirse las imágenes, la línea del ministerio –0800 5000– recibió una llamada anónima de una persona que aportó nombre, edad, descripción física y nombres de parientes de uno de los homicidas. Eso, además de la dirección de su domicilio y datos de sus redes sociales.
Contó que tenía 25 años, que es alto, delgado, morocho y que vivía con su madre y su hermana en el barrio 40 semanas.
A menos de una semana de la divulgación del video, se presentó un testigo protegido que declaró que, luego de ver el video en la televisión, pudo identificar “al que luce de gorro amarillo, campera inflada azul y amarilla como a una persona que le dicen el Cupa” y al otro lo nombró por su nombre y apellido.
El 25 de abril de 2023 se logró la detención del acusado que había sido identificado por su nombre real, a quien encontraron escondido en la casa de su madre. La mujer declaró que cuando vio el video en el informativo habló con su hijo y él reconoció haber cometido el hecho, pero no dio ningún dato sobre su compañero.
Pocos días después, los investigadores buscaron el alias de su compañero en el Sistema de Gestión de Seguridad Pública, el que estaba asociado a una persona concreta. Al analizar sus redes sociales, encontraron fotos de él con championes “idénticos” a los que llevaba el homicida y la misma campera. A su vez, se confirmó que el indagado vivía en el barrio 40 semanas, como habían referenciado los testigos protegidos.
A principios de octubre se llevó adelante un juicio simplificado. Se trata de un mecanismo creado por la LUC en el que se realiza una instancia judicial en la que se presenta parte de la prueba, dado que las partes involucradas (Fiscalía y defensa) están de acuerdo en que no es necesario presentarla toda porque sería redundante. En la mayoría de los casos va acompañado de la confesión del imputado, lo que luego es valorado por la Fiscalía a la hora de hacer la solicitud final de pena.
En este caso, la prueba presentada fueron los videos de Interior y la declaración del oficial que llevó adelante la investigación.
Tras el juicio, la Fiscalía solicitó que se condenara al hombre que disparó a la pena de 12 años y ocho meses de cárcel, por entenderlo responsable de un delito de homicidio especialmente agravado y un delito de porte de arma de fuego en lugar público. En el caso del joven que lo acompañaba, pidió que se lo condene por la coautoría del mismo delito a la pena de 10 años y ocho meses.
Se les computó como agravante que el homicidio fuera cometido delante de un menor de edad y también que para hacerlo, hayan utilizado un arma de fuego. Para el acusado de coautoría, además se le sumó la agravante de ser reincidente. Por otra parte, se tuvo en cuenta como atenuante el hecho de que ambos confesaron y, en el caso del homicida, que era primario absoluto y menor relativo (tenía 20 años al momento del hecho).
Una semana después del juicio, la jueza Viviana Galleto los condenó por los delitos y las penas que pidió la Fiscalía. Fundamentó que el pedido era ajustado a lo sucedido y, además, en que las defensas de ellos estaban de acuerdo con lo solicitado.
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