A las siete de la tarde de un día de verano, en estrecho pasaje en el barrio de Nuevo París, un hombre alcoholizado bailaba en la puerta de su casa. Era el primer día del año 2024 y las fiestas para él se habían extendido unas horas más. Pero ese buen momento se vio interrumpido por un conflicto que arrastraba desde el año anterior y que había generado varios cruces violentos en los últimos días.
Según la Fiscalía de Homicidios de 1er Turno, que componen Sabrina Flores, Victoria Ghiorsi y Natalia Pereira, en ese momento, el primo de su exmujer se presentó en el lugar y comenzó a dispararle. "Le dan muchos tiros", "en el piso le siguieron tirando", declaró una de las familiares de la víctima, según consta en el registro al que accedió El País. En ese momento apareció la exmujer de la víctima —prima de quien la Fiscalía acusa de ser el agresor— y les decía al imputado y a su hijo "que no tiren, que estaba lleno de gente el pasaje, que estaba lleno de gurises", relató la misma testigo.
Pese a ello la mujer recibió un tiro en el cuello cuando pretendía auxiliar a su exmarido. Los dos murieron. Los parientes que atestiguaron el hecho y declararon en el juicio insistieron en que tanto el hombre primo de la víctima como el hijo de él llevaban armas y habían disparado. Esto, dijo Flores, condice con lo que muestra la pericia balística: los dos murieron por tiros de armas diferentes.
Aunque tanto los testigos como la Fiscalía atribuyeron el episodio a "conflictos familiares" que venían "desde hacía mucho", nadie ahondó demasiado en el motivo. El abogado de los imputados, Gustavo Nasta, dijo en sus alegatos de clausura que otra pariente de la víctima declaró que existía un conflicto por "celos". A su vez, en los alegatos de apertura, Nasta aclaró que entre la mujer fallecida y su primo, imputado por los homicidios, estaban "lejos de ser pareja", precisamente por su vínculo familiar. "Solían convivir porque él le dio asilo porque ella estaba en una crisis de consumo", aseguró.
Luego del homicidio, la casa de los acusados —que estaba a escasos metros de la escena del hecho— fue baleada.
La fiscal Flores afirmó que la teoría del caso de la Fiscalía durante el juicio estuvo "plenamente probada", mientras que Nasta aseguró que hubo "incongruencias" en declaraciones de los testigos y que no puede descartarse que la víctima también hubiera tenido un arma o hubiera habido un "forcejeo". También mencionó que podían llegar a haber presentado 50 testigos para beneficiar a sus clientes, pero "no hubo nadie que aceptase prestar declaración".
La Fiscalía de Homicidios pidió que se condene a los imputados a la pena de 28 años de cárcel por ser autores de un delito de homicidio muy especialmente agravado por el concurso (esto significa que se cometió más de uno), agravado por el uso de arma de fuego y un delito de su porte de arma de fuego en lugares públicos.
La pena máxima que prevé el Código Penal Uruguayo es de 30 años. Quien deberá definir si condena o absuelve a los imputados, en primera instancia, es el juez Matías Porciúncula. Comunicará su decisión y su fallo el próximo 29 de abril. Esa sentencia podrá ser apelada si alguno de los intervinientes resultara disconforme.