Mire, yo le explico”, comenzó diciendo la fiscal Sandra Fleitas, quien, con determinación, completó: “Si a usted mañana le matan a un hijo, ¿qué es más importante para usted? ¿Qué es lo importante? ¿Esta denuncia o que le mataron a su hijo?”. Esa fue su respuesta a un periodista de radio Sarandí que le consultó si el caso que tiene como denunciado al precandidato a la presidencia Yamandú Orsi tendrá “prioridad”.

Luego de eso, siguió ahondando en el ritmo que tendrá la investigación y definió que tratará el caso con “prudencia”, lo que -sostuvo- no quiere decir que vaya a ser lento ni que lo vaya “a meter en un cajón”.

Lo cierto es que, a diferencia de otras investigaciones que han tenido trascendencia pública, la denuncia de una trabajadora sexual trans contra el precandidato Orsi cuenta con una particularidad: la duda sobre el plazo de prescripción. Esto se debe a que aún no está claro cuál es el delito (la tipificación) que se desprende del relato policial de los hechos.

Aunque en la entrevista Fleitas nombró algunas posibilidades, también dijo que para ella la denuncia policial “no es vinculante”, por lo que las decisiones jurídicas que tome para el caso, se harán a partir del relato de hechos que haga la denunciante una vez sea citada en Fiscalía.

Cuando se empiezan a analizar uno a uno los delitos, es que comienzan las variaciones respecto del plazo de prescripción. Al ser consultada en la entrevista, mencionó las lesiones personales, que es un delito que no es perseguible penalmente si la víctima no realiza denuncia dentro de los seis meses posteriores al hecho. Pero, por otra parte, mencionó la posibilidad de que exista una lesión grave o “una situación que se da en un contexto de abuso”, en cuyo caso el plazo de prescripción sería de 10 años.

Respecto de qué insumos son necesarios para determinar qué delito se puede tipificar, la fiscal hizo especial énfasis en las pericias forenses. “¿Cómo nosotros sabemos si es una lesión personal o es una lesión grave? Y eso lo indica un médico, no lo indica un fiscal”, preguntó y contestó Fleitas. Esa pericia suele realizarse a partir del examen médico de la paciente y de la información que surja de la historia clínica.

La denunciante afirmó en sede policial que el hecho ocurrió “los primeros días” de junio de 2014, por lo que el plazo de prescripción, en el escenario que planteó la fiscal, estaría próximo a vencerse. Aunque no dio una fecha precisa, dijo que al otro día concurrió al Hospital Pasteur porque se le había roto la prótesis en la nariz. Si la Fiscalía lograra dar con la historia clínica, podría precisar el día en el que la denunciante fija la ocurrencia del hecho.

En esta hipótesis, para que el caso no prescriba, la fiscal debería lograr la imputación de Orsi antes de esa fecha del mes de junio de este año. A su vez, aunque dijo que ya pensó algunas medidas a tomar, también mencionó el hecho de que no está trabajando en su sede en Ciudad de la Costa dado que fue seleccionada para participar de un tribunal de concursos de la institución y probablemente ello le insuma toda la semana.

Durante semana de Turismo, la Fiscalía funciona en régimen de turnos, por lo que solo trabajan las fiscalías a las que les toca estar “de guardia”. Este no es el caso de la Fiscalía de la que Fleitas es titular, aunque señaló en la entrevista que igual trabajará con menor intensidad. El primero de abril se retomará el trabajo con normalidad.

Pese a que hayan pasado casi 10 años entre el hecho denunciado y la denuncia, la Justicia considera que hay formas de que un caso así se dé por probado. La clave está en un artículo del Código del Proceso Penal que los jueces repiten casi como un mantra en sus sentencias: “Las pruebas serán valoradas por separado y en conjunto de acuerdo con las reglas de la sana crítica”.

Es la acumulación de pruebas la llave para conseguir una sentencia de condena. En los casos de delitos sexuales, ello se consigue de diferentes maneras. Los casos de abuso sexual infantil, por ejemplo, son algunos en los que la denuncia suele llegar años después.

Por solo citar un ejemplo, si un niño denuncia que, cuando llegaba de la escuela, un pariente grande lo abusaba, lo que suele hacer la Justicia es reconstruir el contexto con personas de su entorno. ¿Esa persona realmente iba a buscarlo a la escuela? ¿Tuvo algún cambio en el rendimiento escolar alrededor de la fecha del hecho? ¿Es cierto que cuando llegaban de la escuela sus hermanos jugaban afuera mientras él quedaba adentro con el denunciado? Es decir, se buscan elementos que corroboren el relato de quien denuncia.

A eso, suele sumarse una pericia psicológica o psiquiátrica que permita agregar indicios que confirmen que la persona que presenta la denuncia fue víctima de abuso sexual.

Si la víctima, al momento de los hechos, llegó a hacer alguna consulta médica y/o psicológica, todo lo que conste en una historia médica puede transformarse en un insumo de prueba. Otro elemento suele ser el testimonio de las primeras personas a las que la víctima les develó lo vivido, sin importar si fue en el momento de los hechos o en forma posterior.

En el caso de Orsi, se vuelven elementos claves la historia clínica que confirme que la mujer trans fue atendida por un golpe en la nariz y la compañera a la que dice que le contó lo sucedido. Esto más allá de otras pruebas que puedan ir surgiendo en el devenir de la investigación.

Foto: Estefanía Leal.