Redacción El País.
La Justicia condenó a una joven que extorsionó durante más de seis meses a un hombre con divulgar mensajes eróticos que él le había mandado. También condenaron a la hermana de la joven por encubrimiento, dado que prestó su cuenta bancaria para que la víctima depositara el dinero y se quedó con una parte.

En la audiencia en la que se las condenó, la fiscal del caso, Bettina Ramos, develó que la joven no solo extorsionó al hombre, sino también a su esposa y a su hermano. La condenada en una oportunidad en la que no recibió el dinero, se abrió una cuenta falsa de la red social Instagram y le envió a la esposa de la víctima capturas de conversaciones íntimas y fotos de su marido.

Allí fue que le aseguró que él le debía plata y continuó acosándola diciéndole que si no pagaban le enviaría el material a los hijos de ambos. Al otro día, la joven se comunicó con el hermano de la víctima y le repitió lo mismo. Le dijo que su hermano le debía plata y que “si no querían pagar, iba a escrachar, a denunciarlo y a prenderlo fuego”.

La extorsión consistía de girarle $8.000 cada 15 días, lo que terminó ocurriendo durante varios meses. Tal y como informó El País en setiembre, en total la víctima le pagó $75.000.

Los contactos entre víctima y victimario comenzaron a fines de 2021 por motivos laborales. Casi un año y medio después, el hombre le contestó una publicación en WhatsApp en donde ella ofrecía en venta un celular y terminó comprándoselo. No fue hasta seis meses después, en diciembre de 2023, cuando ella le mandó un nuevo mensaje con su curriculum y pidiéndole que la tuviera en cuenta para algún trabajo. Le contó que su padre estaba enfermo y que estaba en una situación económica “complicada”, a lo que el imputado le giró $2.000.

Después de eso, las conversaciones empezaron a ser más constantes y, en determinado momento, los mensajes pasaron a tener tenor erótico. Además de la comunicación escrita, ambos enviaron fotos y videos.

Así fue que la joven comenzó a extorsionarlo pidiéndole dinero a cambio de no contárselo a su familia, su trabajo y no publicarlo en redes sociales. Llegó a decirle que imprimiría folletos convocando a una manifestación en la puerta de su trabajo advirtiendo sobre supuestas prácticas sexuales de la víctima.

El hombre, atemorizado por las consecuencias que tendía la divulgación, le comenzó a pagar. La joven cobraba el dinero a través de la cuenta bancaria de su hermana, quien se quedaba para sí con una fracción.

La fiscal Ramos dijo en la audiencia —a cuya grabación accedió El País— que “las hermanas se aprovecharon de charlas íntimas y fotos eróticas intercambiadas con la víctima y su situación de estar casado, tener hijos y un empleo, para a través de coacciones y violencias, chantaje, recibir un beneficio económico”. Mientras una “realizó la seducción con charlas y conversaciones y luego realizó la coacción para el giro del dinero”, la otra “recibía los giros y se quedaba con parte del botín”.

La jueza María Noel Odriozola aceptó el acuerdo abreviado que realizó la Fiscalía con la defensa de las imputadas. Condenó a la protagonista por un delito de extorsión a cuatro años de cárcel. A su hermana se le impuso una pena de un año por encubrimiento y como ya cumplió con cuatro meses en arresto domiciliario total, el resto de la pena la cumplirá con arresto domiciliario nocturno (los primeros cuatro meses) y libertad vigilada (los restantes cuatro). Además, deberá cumplir con tareas comunitarias, no podrá salir del país durante los meses de condena y tiene prohibido comunicarse con su familia y con la víctima.