El crimen de Damián Benítez mantuvo en vilo a sus familiares quienes reclamaban justicia y a un barrio que fue testigo de un asesinato cruel. El impulso de lo que sucedió generó un destacado trabajo conjunto entre la Policía y la Fiscalía, quienes en menos de 72 horas capturaron al principal sospechoso.
Ayer por la tarde, el juez Alejandro Asteggiante resolvió imputarlo por un homicidio muy especialmente agravado, por el que deberá pasar 180 días en prisión preventiva.
La investigación llevada a cabo por el fiscal Carlos Negro, permitió reconstruir paso a paso los movimientos del indagado.
Crimen
El hombre de 26 años, acusado de asesinato, caminaba por el barrio como lo hacía de forma habitual. Así se lo puede ver en las cámaras del Ministerio del Interior, donde aparecía días previos al crimen haciendo un recorrido habitual por la zona y parando en una plaza, ubicada frente al Hospital Pasteur.
Allí se reunían consumidores de droga, con quienes frecuentaba el indagado. En la tarde del 4 de abril hizo el mismo recorrido, ojeando autos, con el objetivo de encontrar sus eventuales robos.
Aquella noche vestía un gorro, una cadena, un canguro y bermudas, mientras llevaba en su mano un objeto similar a un arma blanca, aún sin identificar. Se trataba de los pasos previos al encuentro con su víctima, a quien cruzó más adelante, sobre la calle Joanicó.
Según relató el fiscal Negro, el fallecido caminaba “ensimismado” mientras utilizaba su celular, por lo que poca noción tenía de lo que le esperaba. De frente su victimario tenía todo a su favor, por lo que atinó a robarle el teléfono celular.
El ataque, propinado con un manotazo por parte del homicida, intentó ser contrarrestado por la víctima quien sujetó al delincuente. De todas formas este esfuerzo fue en vano, ya que logró zafarse y emprender la huida.
La víctima no se dio por vencido y comenzó a perseguir a su victimario. Lo hizo hasta alcanzarlo en la calle Felipe Sanguinetti, donde se agredieron desde el suelo, con un desenlace fatal.
Empuñando un destornillador negro, marca Philips, con su punta reforzada, el imputado atacó al fallecido en su cara. La herida atravesó al hombre “de mejilla a mejilla” y lo dejó tendido sobre el suelo de la desolada calle.
El atacante en cambio logró escapar del lugar, dejando de lado el celular que había pretendido robar. Más tarde, las cámaras de seguridad mostraron cómo una pareja, se agacha en el lugar, levanta algo del suelo -posiblemente el celular- y se retira.
Testigo
Si bien las imágenes de la cámaras de seguridad fueron claves, al igual que el trabajo de inteligencia y rastreo que llevó a cabo la Policía, el testimonio de un testigo es una de las principales armas con las que cuenta la Fiscalía para probar los hechos.
El hombre conocía tanto al agresor como a la víctima. Al primero lo frecuentaba en la calle, donde el imputado le contó que asesinó a un hombre con un destornillador. En cambio, con el fallecido no tenía un vínculo explícito, pero sí lo conocía del barrio. En su declaración con la Fiscalía expresó que se trataba de una “buena persona”.
La seguridad del testigo despierta preocupación en los familiares de la víctima, quienes representados por el abogado Jorge Barrera, mostraron su consternación en un pedido al juez del caso.
“Tenemos miedo por el testigo, porque el asesino conoce al testigo. Mi sobrina de ocho años sigue viviendo en el barrio. Queremos que el juez llame ahora a declarar al testigo, antes de que le pase algo”, aseguró Nelson, hermano de la víctima.
La declaración anticipada del testigo será definida por un Tribunal de Apelaciones y no por el juez, ya que la defensa del imputado pidió que se dé más adelante y la Fiscalía apeló esta petición.