Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.
A un mes y medio del accidente de tránsito en el que un ómnibus de Copsa se cruzó de carril y terminó volcando en la ruta Interbalnearia, la Fiscalía continúa valorando todas las evidencias que existen hasta el momento con respecto a las causas del accidente. Sin embargo, la fiscal de Maldonado de 2° Turno, Jessica Pereira, aún no ha solicitado la formalización del chofer del coche por la muerte de la adolescente de 15 años que falleció a raíz del siniestro.

La pericia de Accidentología Vial indicó que el ómnibus iba a 110 km/h -cuando el máximo es de 60 km/h- en una zona de curva y se descartó que tuviera fallas mecánicas.

La Policía Científica sostuvo que el bus estaba en condiciones de prestar servicio dado que sus frenos, suspensión y dirección estaban en perfectas condiciones.

El informe también descartó una eventual incidencia de las condiciones de la ruta o el factor ambiental, ya que se trataba de una vía sin desperfectos y de un día sin complicaciones climáticas para el tránsito.

La eventual ausencia de fallas mecánicas se contradice con lo que declaró el conductor y los pasajeros, quienes aseguraron que el coche circulaba “en zigzag”. El chofer, en particular, dijo que existían denuncias anteriores por fallas en el vehículo y que tenía dificultades para manejar durante el trayecto previo del accidente.

Incluso se viralizó un audio en el que el funcionario decía: “Acá voy en la Onda 540, todo el mundo se queja, no sabés lo que es esto. Se zangolotea para todos lados. Yo no sé si llevarlo a 80, si llevarlo a 100, llevarlo a 95. ¡Yo qué sé!”.

Pero una fuente de Policía Científica dijo a El País que se descartó la veracidad de un supuesto video desde el interior del coche de Copsa que circuló en las redes sociales y que evidenciaba el movimiento extraño del vehículo. La fuente consultada dijo que esta filmación no correspondía a ese ómnibus.

El abogado de varias de las víctimas, Rafael Silva, solicitó una pericia privada para estudiar en mayor detalle las condiciones mecánicas del ómnibus, que también servirá como medio de prueba para la investigación fiscal. Además, solicitó fiscalizar la unidad para tener una composición del estado y las condiciones del coche.

“La pericia que se hizo no es lo suficientemente completa como para despejar cual es el problema que tiene el ómnibus, sobre todo si se confronta con la declaración de los testigos”, enfatizó el defensor. Y agregó: “Tenía un movimiento más parecido a un barco que a un ómnibus”.

Por su parte, la fiscal Pereira dijo a El País que para hacer la formalización necesita tener varias de esas diligencias ya realizadas, aunque remarcó que para el equipo sigue pesando más la pericia de Accidentología Vial, lo que entonces evidenciaría la responsabilidad penal del conductor.

Lo que declararon los testigos es “una percepción”, agregó la fiscal, mientras que la pericia es la opinión de los profesionales. “Uno puede opinar de distintos temas, pero hay que ver hasta dónde está facultado con criterio”, sostuvo.

El resultado que arroje la pericia del defensor de las víctimas también será tenido en cuenta por la Fiscalía. De todos modos, la fiscal no está de acuerdo en que la pericia del departamento de Accidentología Vial no se haya realizado con la profundidad necesaria, tal como alega Silva. “Si se hubiera evaluado la necesidad de ampliar la pericia en algún sentido, eso ya se hubiera determinado”, remarcó Pereira.

Por otro lado, pese a los testimonios de algunos pasajeros, la Fiscalía aún no logró determinar que el chofer estuviera utilizando el celular al momento del accidente y tampoco se concluyó que el conductor haya tenido un problema de salud.

“Al momento no tenemos ninguna evidencia que indique que eso sea así”, dijo la investigadora. Al tiempo que añadió que “el factor del celular por supuesto influiría en la responsabilidad que la Fiscalía atribuya” sobre el accidente.

La Asociación de Trabajadores de Copsa (ATC) continúa sosteniendo que el ómnibus 540 tenía fallas mecánicas y que varios ya lo habían denunciado a la empresa.

“Este coche, el 540, aparentemente sí había compañeros que habían denunciado esta situación (de inconvenientes en la circulación). El coche había ido a taller. La empresa supuestamente lo mandó a taller especializado a que lo controle”, dijo Andrés Martínez, dirigente de ATC, en rueda de prensa al día siguiente del accidente.

Sobre este tema también se expresó Felipe, un joven de 19 años que fue pasajero y sobrevivió al siniestro del ómnibus. Él le contó a El País que durante el viaje, previo al vuelco, sintió la “inestabilidad” del coche, y que iba muy rápido.

En esa línea también habló Mónica, quien fue pasajera en el coche 540, pero en un viaje previo al vuelco. “Se movía horrores, se iba a la banquina, de la mitad del bus para atrás era como que se movía en forma permanente y brusca. Venía rápido, la gente se estaba quejando con el conductor”, dijo a Canal 10.

El gerente de Copsa, Javier Cardoso, afirmó que “los mantenimientos son en forma periódica” y dijo que el vehículo fue llevado al taller el 15 de diciembre, donde se le hizo una inspección de la suspensión, de la barra estabilizadora y los amortiguadores. Según el gerente, todo estaba en perfecto estado. Cuando se conoció la pericia de Científica, Cardoso dijo públicamente que no era sorpresa este resultado.