CORONAVIRUS
La mujer había sido denunciada por presunto incumplimiento del aislamiento obligatorio. Solo se constataron dos salidas y ambas obedecieron a estrictos motivos médicos cumpliendo protocolo sanitario.
La Fiscalía de Flagrancia de 12º turno archivó la denuncia hecha contra Carmela Hontou por presunto incumplimiento del aislamiento obligatorio.
Carmela fue uno de los primeros cuatros casos de coronavirus en Uruguay, anunciados el viernes 13 de marzo cuando se decretó la emergencia sanitaria. Anteriormente, el 7 de ese mes y tras viajar por Madrid y Milán, estuvo en un casamiento en Carrasco para 500 invitados. Expertos del MSP (Ministerio de Salud Pública) indicaron que allí se produjo uno de los "focos más importantes" de contagio.
Un día después de anunciarse el primer caso de coronavirus en Uruguay, el 14 de marzo, se radicó una denuncia por el delito de "Daño por violación de las disposiciones sanitarias", en la Seccional Policial Nº 11 contra Carmela Hontou y sus hijos "argumentando que los mismos habrían violentado la cuarentena dispuesta por las autoridades nacionales competentes", según informó la Fiscalía en la vista del fiscal Alejandro Machado Padilla..
La investigación se dividió en dos partes: el caso de la mujer y por otro el de los hijos. En el caso de la mujer, la fiscalía dispuso el archivo del caso. Para esto argumentó que "el día que la Sra. H. retornó al territorio nacional (sábado 7 de marzo de 2020, según surge de la información proporcionada por la Dirección Nacional de Migración) no se encontraba vigente en Uruguay la cuarentena obligatoria que posteriormente fuera dispuesta por el Poder Ejecutivo para cuatro grupos de colectivos entre los que se encuentran aquellas personas que fueron diagnosticadas con COVID-19".
"Dicha circunstancia hace que al momento en que ella concurrió a un casamiento (lo que ha tomado estado público) no se encontraba vigente la norma que más tarde le impondría la obligación de mantenerse en cuarentena, por lo que la conducta de la Sra. H si bien podría no compartirse desde el punto de vista ético ya que se encuentra desprovista de la responsabilidad social que debió regir la misma en tanto había estado en España (país en el cual se habían adoptado medidas drásticas de prevención a consecuencia de la tasa de mortalidad que la enfermedad había adquirido), lo cierto es que desde el punto de vista jurídico-penal no resulta reprochable dado que no había norma vigente que pudiera haber incumplido al concurrir a dicho evento social", agregó Machado.
Sobre violar la cuarentena posterior a la medida tomada por el Ejecutivo, la investigación arrojó que los registros fílmicos del edificio encontraron dos salidas: 15 de marzo y 18 de marzo y ambos obedecieron a estrictos motivos médicos cumpliendo el protocolo sanitario.
"Lógicamente todo ello excluye la posibilidad de que quien aparece en algunos videos que se han viralizado en forma absolutamente irresponsable por distintas redes sociales sea la Sra. H., en virtud de que (tal como surge de los registros fílmicos relevados) la misma únicamente abandonó su domicilio en dos oportunidades y lo hizo en ambas ocasiones acompañada por personal médico", sostuvo la fiscalía.
Dado que la vivienda es "un recinto privado" se aclara que "no es posible contar con evidencia que permita corroborar que se produjo un efectivo contacto directo entre ella y sus hijos dentro de la vivienda, lo que
implicaría el incumplimiento de su aislamiento".
"No resultando posible obtener evidencia que acredite, en forma fehaciente, dicho incumplimiento (ya que nada obsta a que si bien sus hijos la visitaban, ella pudiera haber permanecido aislada en su habitación durante la estadía de aquellos en su apartamento, sin mantener por tanto contacto directo con ellos) no puede imputarse responsabilidad penal por tales actos", agrega Machado.
El pasado 7 de abril, El País informó que a través de una fuente judicial se constató que la mujer no violó la cuarentena y que además que los hijos habían ido al apartamento de guantes y tapabocas a llevarle comida.