ROMPIÓ CUARENTENA EN RIVERA
La Fiscalía de Rivera trabaja por estas horas en reunir varias pruebas para acusar a un hombre de 73 años por un delito de desacato y otro de violencia privada por toser sobre una persona.
No cumplir con la cuarentena obligatoria no significa solo abandonar el lugar en el que un paciente de COVID-19 se encuentra asilado. No tocar a las personas, mantener la distancia recomendada o usar sus propios cubiertos son otras de las medidas que debe cumplir.
Y, de hecho, por violar uno de estos puntos la Fiscalía de Rivera trabaja por estas horas en reunir varias pruebas para acusar a un hombre de 73 años por un delito de desacato y otro de violencia privada por toser sobre una persona. Incluso, de haberla contagiado, puede ser acusado por otro delito: violación a las disposiciones sanitarias.
El caso ocurrió el pasado domingo cuando, cerca de las 16 horas, un policía de guardia en el Hospital de Rivera pidió apoyo a raíz de una denuncia de una auxiliar de limpieza de la institución.
Cuando el móvil de la policía llegó hasta el hospital, la mujer le dijo a los efectivos que el hombre de 73 años la había acosado verbalmente y luego tosido sobre su rostro. La mujer, según indicaron fuentes del caso a El País, indicó que el episodio ocurrió cuando ella entró a la habitación de guantes y tapabocas para realizar la tarea de limpieza.
En esa habitación estaba un paciente en aislamiento por ser positivo de COVID-19. Mientras limpiaba, relató la mujer, el hombre -que es pastor de una iglesia- se le acercó y le dijo “qué bonita que sos”. Luego se acercó hasta quedar a dos pasos de distancia de ella y tosió sobre su rostro. Después de haber pasado por esa situación, la empleada le contó lo sucedido a un médico.
A partir de ese momento se tomaron las medidas sanitarias correspondientes dentro del hospital y se determinó que la mujer empezara a cumplir con la cuarentena. El caso ahora está siendo investigado por la Fiscalía de 3° Turno de Rivera, a cargo de la fiscal Bárbara Zapater. Cuando la fiscal fue enterada sobre la situación, dispuso que se realizara un test a la denunciante y que, una vez que se contara con el resultado, fuera avisada.
Delito.
“Tenemos la convicción suficiente para solicitar la formalización”, dijo la fiscal Zapater a El País. En ese sentido agregó que el hombre “violentó y vulneró” las disposiciones del aislamiento que debía cumplir.
Sobre lo ocurrido la fiscal indicó que “hubo una especie de piropeo o galantería que no correspondía y un acercamiento físico que llegó hasta, la víctima relata, un poco menos de dos pasos. A posteriori de eso (el hombre) comienza a toser sobre ella pero en ningún momento la tocó”.
Por otro lado, Zapater sostuvo que la intención de la Fiscalía es acusar a esta persona por un delito de desacato y otro de violación privada. “Todo está encaminado para que así suceda”, dijo la fiscal. Ayer se tomó declaraciones a la víctima y a funcionarios médicos. “Posiblemente solicitemos al Poder Judicial alguna audiencia o alguna diligencia, hay que tener presente que la Suprema Corte de Justicia decretó feria judicial sanitaria y tenemos que ver cómo lo manejamos y cómo se estipula de acuerdo al juez que está de turno y teniendo presente que la persona aún continúa internada”, explicó.
La fiscal entiende que el hombre incurrió en un delito de desacato y violencia privada. Si se constata contagio, se sumaría el delito de daño por violación a las disposiciones sanitarias. Pero eso aún no ha sido confirmado.
El desacato en este caso, según explicó, se da porque existe una orden médica y del Ministerio de Salud Pública de que una persona debe cumplir con la cuarentena obligatoria.
En ese sentido, afirmó que dentro de esa medida se encuentran otras disposiciones como la de no tocar a otras personas y mantener una distancia de al menos un metro y medio. “En la medida que él vulnera o viola esas disposiciones que le fueron notificadas expresamente es que se incurre en el delito de desacato”, explicó Zapater.
Cuando se confirmaron los primeros casos de COVID-19 en Uruguay, comenzaron a llegar las denuncias de incumplimientos de cuarentena obligatoria de pacientes. El 19 de marzo una persona fue a una seccional de Malvín para denunciar que Carmela Hontou, una de las primeras infectadas por el virus, estaba recibiendo la visita de sus hijos sin cumplir con las medidas sanitarias. Una fuente judicial dijo a El País que se constató que la mujer no violó la cuarentena y que además que los hijos habían ido al apartamento de guantes y tapabocas a llevarle comida.
Según explicó la fuente, ha habido varias denuncias con respecto a la violación de la cuarentena pero en ninguna se ha constatado el delito de desacato. “En ninguno ha habido cámara que pruebe que alguien la violó”, dijo la fuente y agregó que en algunos casos los mismos vecinos que denunciaban daban testimonios encontrados. De todas maneras, agregó la fuente, “todas las personas denunciadas han sido notificadas del estricto cumplimiento y de que sino se estaría cayendo en desacato”.
El pasado domingo una mujer fue denunciada por incumplir la cuarentena obligatoria en La Paloma (Rocha). La Fiscalía de ese departamento intimó a la persona a que la cumpliera. Como luego de la intimación no se constató un violación, no hubo desacato. La mujer, según indicaron fuentes judiciales, fue dada de alta ayer por lo cual ya no debe cumplir la cuarentena obligatoria en el balneario.