Redacción El País
Un adolescente fue detenido ayer, en el marco de las investigaciones por el triple homicidio ocurrido el sábado 23 de diciembre en la Tienda Giovanni, en Estación Floresta. Se cree que este adolescente disparó a las víctimas, junto con el prófugo Claudio Andrés Cancelo, de 35 años.

El menor declaró ayer en la Fiscalía de Atlántida. La detención del adolescente se dio minutos después de que un joven de 21 años fuera formalizado como coautor del asesinato de la dueña del local comercial, su pareja y su hijo. Se le apuntó por el homicidio complejo muy especialmente agravado en calidad de coautor. Como medida cautelar se dispuso la prisión preventiva por 180 días, mientras continúa la investigación, a la espera del juicio.

La Justicia también imputó, aunque lo dejó en libertad, a un hombre que prestó su moto para que cometieran el asalto a Tienda Giovanni.

La hipótesis que maneja la fiscal del caso, Tania Vidal Irazoqui, es que los delincuentes, quienes llegaron en moto al local comercial, intentaron cometer una rapiña, aunque algo sucedió y finalmente no se llevaron dinero y asesinaron a quienes se encontraron dentro del comercio.

Ahora resta la captura de Claudio Andrés Cancelo, a quien la Policía apunta también como sospechoso. Cancelo era muy querido por la comerciante asesinada.

La familia del hoy prófugo de la Fiscalía y de la Policía proviene de un barrio periférico de Montevideo y había arribado al lugar junto a su familia hace unos seis años.

Cancelo tiene cinco antecedentes penales por rapiñas, hurtos y estafas. Vivía a unos 100 metros de distancia en línea recta de la Tienda Giovanni.

La familia de Cancelo se instaló en una casona estilo rural y en otras casitas de madera más precarias ubicadas en un predio.

Según relataron a El País fuentes del entorno de las víctimas, Nidia Giovanni ayudó en varias oportunidades a Cancelo. Le entregaba comestibles fiado y cuando cayó preso, “dio alimentos al hijo de Cancelo. Inclusive le envió paquetes con comida y ropa a la cárcel”, relataron los informantes.

“Llegaba e ingresaba a la casa sin golpear. Era considerado una persona de confianza. Inclusive iba al baño como un amigo más, sin pedir permiso. También retiraba comestibles fiado”, recordó una fuente.

Pasadas las 12:30 horas del sábado, los asesinos llegaron al lugar en una moto. Sin sacarse los cascos, ingresaron por el comercio y sorprendieron a Nidia Giovanni, a su pareja Carlos (57), al hijo de la comerciante, Fabricio (37), y a Loreana (22), dentro de la casa.

Lo que sucedió después son suposiciones del entorno de las víctimas y de la Policía. Cancelo sabía que Giovanni llevaba encima el dinero de los giros que realizaba para sus clientes y de la recaudación del comercio, en un morral que colgaba al frente. Nidia se sentó en una hamaca ubicada contra un muro de tacuaras, que limita con el terreno contiguo. Cancelo le habría pedido el dinero y ella se negó, dijo la fuente. Tras esto, fue ultimada de un tiro en la boca.

El hijo de la comerciante recibió el segundo balazo. El proyectil le ingresó por un ojo y le provocó pérdida encefálica, mientras que Carlos, la pareja de Nidia, sufrió un balazo en el abdomen en la cocina.

“Es posible que Nidia lo haya reconocido a Cancelo, pese a que utilizara un casco. La mató porque no querían dejar pistas que los llevaran a ellos (los dos rapiñeros)”, sostuvo la fuente.

Nidia falleció en el lugar. Sus dos familiares fueron trasladados en móviles policiales a centros asistenciales y murieron poco después del ataque recibido.

En el entorno de la familia Giovanni, no pueden creer que alguien ponga en duda la versión de Loreana. “Ella vio cómo mataban a su madre, a su hermano y a su padrastro. Además, fue tomada como rehén por los delincuentes”, señaló la fuente.

Luego de la balacera, los dos delincuentes huyeron en la moto. Investigadores del Departamento de Homicidios de la Jefatura de Canelones ubicaron al birodado, durante un control de rutina realizado días antes. El dueño de la moto fue contactado y señaló que la había entregado a Cancelo.