JUDICIALES
La Justicia dispuso una medida cautelar de 180 días de prisión preventiva mientras continúa la investigación.
Dos personas fueron imputadas ayer por la Justicia por el crimen del estudiante de Medicina Juan Fígoli (26), ocurrido en 2018 a la salida de un baile en la zona de la Playa Ramírez.
El principal sospechoso del homicidio huyó a Brasil poco después del asesinato. Sin embargo, la fiscal de Homicidios, Mirta Morales, y los investigadores de la Dirección de Hechos Complejos aguardaron el momento que este ingresara a Uruguay para atraparlo. En Brasil, el individuo ofrecía servicios sexuales a cambio de dinero.
El lunes 14 la espera de la fiscal y de los policías llegó a su fin. El sospechoso ingresó a Uruguay con el propósito de visitar a su madre. Enseguida fue atrapado.
Al ser indagado en la Fiscalía por la muerte de Fígoli, el detenido dio el nombre de un compañero. “Él fue quien lo mató. Yo solo me quedé con los championes de esa persona”, dijo el hoy imputado en alusión a la víctima.
Joven solidario
Los amigos de Fígoli relataron a El País que la vida del joven transcurrió entre sus dos grandes pasiones: la Medicina y la Astronomía.
En el comienzo de 2018 le contó a una docente que desde pequeño, cuando estaba en su San Carlos natal, buscó conocer “el sentido de las cosas”.
Juan cursaba sexto año de Medicina y estaba preparando el internado antes de ser asesinado. Vivía junto a un grupo de amigos y estaba planificando irse a vivir solo. Su novia también estudiaba Medicina. Sus amigos y compañeros destacaron su espíritu solidario.
Cada miércoles llegaba a la policlínica “Los Ángeles” de la Gruta de Lourdes para atender a los vecinos del barrio bajo la mirada de su profesor, el doctor Gonzalo Paleo. El docente contó a El País que Juan era uno de sus 30 estudiantes del curso Medicina familiar y comunitaria. “Venía una vez por semana a participar de la consulta conmigo. Era muy correcto, aplicado, responsable y con un buen rendimiento”, dijo el docente.
Fue en esas clases que Juan conoció historias de pobreza extrema. Se sorprendió con varios casos de desnutrición que afectan a niños y adultos.
Sintió que había que hacer algo y el 12 de septiembre de 2018 organizó desde su muro en Facebook una campaña para juntar juguetes para los niños de la policlínica. El docente y sus compañeros fueron testigos del reparto. “Era muy solidario. Estaba movilizado y sensible con alguna situación que vio en la consulta y de alguna familia en particular. Todo eso lo llevó a hacer ese pedido de donación. Los gurises y el barrio lo recibieron con mucho agradecimiento”, afirmó Paleo.