Incendio en residencial de Treinta y Tres: investigación de Fiscalía apunta a falta de habilitaciones

Las pericias de Bomberos y forenses sobre las 10 víctimas son claves para la fiscal Alicia Abreu; única sobreviviente está bajo tratamiento psiquiátrico.

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Residencial en donde ocurrió el incendio el domingo 7 de julio de 2024, en Treinta y Tres.
Residencial en donde ocurrió el incendio este domingo 7 de julio de 2024, en Treinta y Tres.
Foto: Francisco Flores/El País

La fiscal de Treinta y Tres de primer Turno, Alicia Abreu, investiga si el residencialen el que fallecieron 10 personas en el marco de un incendio a inicios de este mes tenía las habilitaciones en regla para poder funcionar. Ese es uno de los puntos centrales de la indagatoria. El episodio se transformó en la mayor tragedia ocurrida en un hogar de ancianos en el país y enlutó a la sociedad olimareña, ya que los fallecidos integraban familias conocidas.

El “Residencial Adulto Mayor” se ubicaba en la intersección de Manuel Meléndez y Simón del Pino, a una cuadra de la calle principal de la ciudad de Treinta y Tres. El local funcionaba en una casa de dos pisos, con garaje. Allí se alojaban 10 adultos mayores, cuyas edades oscilaban entre 65 y 96 años.

Según supo El País de fuentes del MSP y funcionarios sanitarios de Treinta y Tres, el residencial estaba en buenas condiciones y era considerado como uno de los dos mejores de la ciudad.

Horas después de la tragedia, la ministra de Salud Pública, Karina Rando, señaló en rueda de prensa que si bien aún "estaba en vías de habilitación", el local de Treinta y Tres había sido inspeccionado recientemente y se le hicieron "observaciones mínimas que habían sido levantadas".

Según Rando, "el residencial estaba en vías de habilitación", al igual que otros casi 600 de los aproximadamente 1.400 que hay en el país.

Al momento del incendio, el establecimiento era atendido por una joven que carece de formación en enfermería. De todas formas, el residencial estaba cumpliendo con la normativa, según las autoridades del Ministerio de Salud Pública.

El miércoles 17, en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, Rando leyó un informe sobre una inspección hecha al residencial recientemente, antes del siniestro. "Los residentes se encuentran en buenas condiciones de higiene y de alimentación. Su vestimenta es acorde al clima y está en buen estado. Toda la planta física se encuentra en excelente estado, siendo este un ambiente óptimo para los adultos mayores que allí residen”, citó la jerarca de Salud Pública según las actas taquigráficas a las que tuvo acceso El País.

Además de los aspectos formales, la investigación de la fiscal Abreu también apunta a las causas de las muertes de las 10 víctimas. La fiscal ya tiene en su poder los resultados de las pericias forenses y de Bomberos. Se sabe que el inicio del fuego fue por una chispa que surgió de una estufa a leña.

Consultada por El País, la fiscal Abreu declinó brindar declaraciones porque la investigación continúa. “Yo solicité a la Justicia el secreto del expediente y no voy hablar ahora”, explicó la fiscal.

El siniestro mortal en un residencial de Treinta y Tres no fue el único ocurrido en junio de este año. El sábado 20 pasado, falleció una mujer de 82 años que se encontraba internada en el Centro Nacional de Atención al Quemado (Cenaque), tras un incendio en un residencial de Salinas, Canelones. En el episodio también murió un hombre de 94 años y otras tres ancianas resultaron heridas de gravedad.

El viernes 12, una mujer de 85 años murió en un residencial clandestino, también en Treinta y Tres.

En mayo de 2016, siete adultos mayores murieron en un hogar de ancianos ubicado sobre la Avenida Millán por quemaduras directas y en las vías respiratorias a raíz de un incendio. Una colilla de cigarrillo mal apagada en una habitación fue la que originó el siniestro.  

Atención

Un poco antes de las 6 de la mañana del fatídico domingo 7 de julio, la funcionaria del residencial del Treinta y Tres, de 20 años, higienizaba a una anciana. Cuando salieron del baño, la muchacha observó un denso humo y escuchó un estruendo.

Logró sacar a la anciana por el garaje y volvió por otro residente. También pudo sacarlo. Sin embargo, el humo ingerido la afectó y no pudo regresar a la residencia a buscar a otros ancianos.

Policías, vecinos y bomberos lograron más tarde sacar a la calle a los restantes residentes, y los colocaron encima de colchones.

Enfermeros que llegaron en ambulancia del Hospital de Treinta y Tres comenzaron tareas de reanimaciones, las que no dieron resultados. Así, 10 ancianos fallecieron. Poco después, la joven fue atendida en el mismo centro de salud.

Según supo El País, la muchacha hoy está bajo tratamiento psicológico y psiquiátrico.

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