Entró a la sala del juzgado penal arrastrando unos viejos championes sin cordones. Llevaba un sobretodo mugriento con manchas amarillas en la espalda y un pantalón azul gastado. Su rostro no reflejaba ningún gesto. Tal vez algo de cansancio.
Dio sus datos básicos a la jueza de 45° Turno, María Noel Odriozola. Se llama Maycol Quinteros Villalba, tiene 31 años, cursó primaria completa y no tiene ocupación.
Luego, el fiscal adscripto de Flagrancia de 12° Turno, Pablo Bardino, dijo que iba a solicitar la formalización de la investigación para Quinteros Villalba por un delito de hurto especialmente agravado en grado de tentativa.
Todo había comenzado a las 11 horas del miércoles, cuando un camión refrigerado que transportaba carne se detuvo frente a un supermercado ubicado en la intersección de las avenidas Francisco Solano López e Italia. Uno de los funcionarios se bajó del vehículo para descargar mercadería; los otros dos trabajadores se quedaron en la cabina del camión. Al regresar, el trabajador observó que la puerta trasera estaba abierta y había una persona dentro del furgón refrigerado. La cerró y llamó a la Policía.
Así, Quinteros Villalba fue detenido in fraganti.
Los policías también advirtieron daños en la puerta del camión en el lado de adentro, fruto de los esfuerzos de Quinteros Villalba por salir. Los había hecho con un carrito de cargar la mercadería, dijo el fiscal en la audiencia. Agregó que los policías y el funcionario también apreciaron que había dos cajas de carne abiertas, que representaban unos 26 kilos de esa mercadería.
“Los daños a la puerta del camión y a la mercadería llegan a la suma de $ 30.000”, dijo Bardino a la jueza.
Tras advertir que habían cámaras de seguridad que probaban el delito, Bardino pidió la formalización de la investigación contra Quinteros Villalba por un delito de hurto especialmente agravado en grado de tentativa. Como agravantes, el fiscal dijo que el detenido cometió el delito sobre una cosa expuesta al público y era reincidente. Es decir, tenía antecedentes penales.
Bardino expresó que había acordado con la defensora pública, María Noel Rodríguez Nader, la pena mínima: cuatro meses de prisión efectiva.
Rodríguez Nader no se opuso a la formalización de la investigación para su defendido. Y agregó que era la cuarta vez que Quinteros Villalba llegaba a un acuerdo de proceso abreviado con la Fiscalía.
En ese momento, Quinteros Villalba dijo a viva voz: “Robé para comer”.
La defensora pública replicó: “Señor, si usted no está de acuerdo con el acuerdo, va a juicio. Si dice ‘robé para comer’ pareciera que no está de acuerdo con el juicio abreviado” alcanzado con la Fiscalía. Y agregó: “El hurto famélico tiene un límite y usted robó 26 kilos de carne. Un hurto famélico son dos o tres kilos de carne. Si no está de acuerdo, no se firma el acuerdo (con la Fiscalía)”.
Quinteros Villalba dijo que iba a firmar el acuerdo.
El fiscal Bardino intervino y explicó que los funcionarios de la empresa señalaron que encontraron dos cajas abiertas que representaban 26 kilos de carne. “Eso se incautó y se determinó primariamente como objeto del delito”, agregó.
La jueza Odriozola preguntó a Quinteros Villalba si estaba de acuerdo o no con el juicio abreviado alcanzado por su defensora. El imputado respondió en forma afirmativa por segunda vez. Poco después, resultó condenado por un hurto especialmente agravado en grado de tentativa. “Hoy ingresa a la cárcel como penado. Su pena vence el 25 de enero de 2024”, explicó Odriozola.
Quinteros Villalba dijo: “El 25 de enero me voy. Cuando firme (el acuerdo con la Fiscalía) me encierran”.
Un operador judicial lo tranquilizó afirmando que podría reducir su pena trabajando o estudiando. Él respondió: “no te dan nada cuando tenés una condena por cuatro meses. La cárcel no es como piensan”.
Luego que un policía le colocó las esposas, El País le preguntó a Quinteros Villalba si pretendía llevarse las dos cajas de 13 kilos de carne cada una. El condenado explicó: “Esas dos cajas se rompieron. Yo agarré una bolsa sola de carne. Luego usé el carrito para romper la puerta del camión porque tuve miedo de morirme de frío”.