La Justicia uruguaya concedió la extradición de Nicolás Ignacio Carpani Romero y Alan Daniel Lorenzo Rodríguez, barras bravas de Nacional, a Argentina. Ambos están acusados de participar en un intento de robo agravado al banco Macro en Buenos Aires, donde se construyó un túnel hacia las cajas de seguridad. Las extradiciones fueron solicitadas por el Juzgado de Garantías N.º 1 de San Isidro, en el marco de una investigación por robo en banda y daño calificado.

Carpani interpuso un recurso mediante su defensa, que fue desestimado, mientras que Lorenzo, también implicado en el caso, prestó su consentimiento para la extradición de forma voluntaria.

Foto: La Nación/GDA

El arresto de Carpani se produjo el 19 de agosto de 2024 en Montevideo, a la espera de la formalización del pedido de extradición por parte de Argentina. La Fiscalía del caso, liderada por el Dr. Pablo Rivas, presentó pruebas que lo vinculan con los hechos, mientras que la defensa sostuvo que el acusado se encontraba en Uruguay el día del crimen, e incluso presentó testigos que confirmaban su presencia en Montevideo.

La defensa argumentó que Carpani mantenía una relación de amistad con otros implicados, como Alan Lorenzo, pero que esto no lo vinculaba directamente con el delito. También señalaron que los movimientos migratorios presentados por Argentina eran inconsistentes y que Carpani no había viajado a Buenos Aires en las fechas indicadas por la Fiscalía. Sin embargo, las autoridades argentinas aportaron evidencias sobre la participación de Carpani en la planificación del robo.

A pesar de las objeciones de la defensa, la jueza Marcela Vargas Sanini falló a favor de la extradición, citando el tratado de extradición entre Uruguay y Argentina. Según la sentencia, a la que accedió El País, el pedido cumplía con todos los requisitos legales, incluyendo la doble incriminación, que exige que el delito imputado sea considerado delito tanto en Uruguay como en Argentina. La jueza también destacó que la naturaleza del crimen, un intento de robo en banda, justificaba la solicitud de extradición.

Con la extradición aprobada, se espera que Carpani sea trasladado a Buenos Aires en los próximos días para enfrentar el juicio.

Foto: Policía Bonaerense

Por su parte, Lorenzo también será extraditado por una decisión emitida el 6 de septiembre de 2024, a la que accedió El País. En el fallo se destacó que el acusado prestó su consentimiento "en forma libre y voluntaria" y se estableció que se cumplían los principios de doble incriminación, especialidad y legalidad, ya que los delitos imputados están contemplados tanto en la legislación uruguaya como en la argentina, y la pena máxima prevista supera los dos años de prisión. Además, no se aplican penas como la prisión perpetua o la pena de muerte en este caso.

Ambos procesos de extradición se realizaron en el marco del Tratado de Extradición entre Uruguay y Argentina, aprobado por la Ley N.º 17.225. Las entregas serán coordinadas por las autoridades de ambos países junto a Interpol.

Un repartidor llegó al casco histórico de San Isidro, localidad de la provincia de Buenos Aires, para realizar una entrega en un café de especialidad. Sin embargo, lo que parecía una jornada de trabajo habitual rápidamente tuvo un giro inesperado cuando encontró algo extraño debajo de su vehículo.

El hombre estacionó la camioneta, se bajó y escuchó un ruido extraño que no se detenía. Intrigado, volvió sobre sus pasos y corrió el vehículo unos pocos metros. En el lugar donde antes estaba el rodado descubrió una varilla de hierro que subía y bajaba entre dos adoquines de la calle.

Si bien intentó sujetar la varilla con todas sus fuerzas, una extraña tensión subterránea se lo impedía.

En ese momento no lo sabía, pero su curiosidad evitó un millonario robo de modalidad “boquetera” en un banco situado a tan solo 150 metros del edificio de Tribunales de San Isidro.

Varias horas después y tras cavar un pozo, policías, bomberos y rescatistas descubrieron un túnel de 220 metros de largo y casi 3,60 de profundidad hecho con la intención de ingresar en la sucursal San Isidro del Banco Macro. Los investigadores creen que los delincuentes pretendían entrar en la zona de las cajas de seguridad.