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La historia del triple crimen de Estación Floresta y los errores que cometió el asesino

Estación La Floresta ya no volverá a ser lo que era. Sus habitantes que acostumbraban a dormir con la puerta abierta, sufrieron una conmoción sin igual, y ahora el miedo se instaló en sus casas.

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Local comercial de Estación Floresta en donde tuvo lugar un triple homicidio. Foto: Juan Manuel Ramos/El País
Uno de los asaltantes fue atrapado gracias al ADN hallado en un pasamontañas.
Foto: Juan Manuel Ramos/El País

Yovani Evora tenía 15 años cuando abrió un pequeño almacén en Estación Floresta. El comercio no estaba en el emplazamiento actual, sino a la vuelta, en la casa de su madre. Evora relataba a sus mejoras amigas que le llevó 30 años levantar el emprendimiento y que pasó por momentos muy duros.

Con el correr de los años, Yovani le agregó otros rubros al negocio: mercería, correo y giros. Poco a poco se fue transformando en una referencia de Estación Floresta. Como en todo pueblo del interior del país, los vecinos acostumbraban a comprar fiado en la Tienda Yovani y luego pagaban a principio de mes.

Desde niño, Claudio Cancelo (35), alias “el Gallo Claudio”, acudía al comercio de Yovani y la comerciante le regalaba golosinas y algunos comestibles. Al pasar los años, Cancelo se transformó en una persona de confianza de Yovani.

Cuando Cancelo cayó preso, Evora le mandaba encomiendas con alimentos y ropas. También ayudaba a su familia, dijeron vecinos consultados por El País.

El 23 de diciembre de 2023, Yovani, su pareja Carlos Gustavo Álvarez (57) y el hijo de la comerciante, Jhony Fabricio Rodríguez Evora (37) y Loreana Evora (22), se encontraban en la casa de la familia, ubicado en la calle Paysandú casi Lavalleja. Pegado a la casa funcionaba la tienda y una puerta comunicaba ambos lugares.

Esa mañana de diciembre, Cancelo se encontró con el adolescente B.O. y con Maximiliano Mederos en Montevideo. Juntos se trasladaron hasta Estación Floresta. Cancelo y Mederos viajaban en un Fiat Uno, de color rojo, y el adolescente los seguía en una moto marca Baccio, de color oscuro y con llantas no originales. Carecía de matrícula. El auto pertenecía a Mederos.

Minutos antes de irrumpir en la tienda de Yovani, los tres delincuentes llegaron a un descampado en Camino Las Toscas. Cancelo pasó del Fiat a la moto y en ese vehículo, dos de los imputados llegaron a las 12.50 horas al objetivo que se habían trazado.

Según surge del expediente judicial al que accedió El País, los delincuentes ingresaron al comercio con las cabezas cubiertas por cascos y capuchas negras y desde la tienda pasaron a la vivienda. En la cocina encontraron a Loreana Evora, a quien uno de los atacantes tomó del cuello y llevó hasta el patio del fondo de la casa donde se encontraba el resto de la familia.

Allí, empuñando ambos armas de fuego, los delincuentes comenzaron a exigir dinero. Y al encontrar la oposición de la pareja y del hijo de Yovani, Cancelo y el adolescente empezaron a disparar.

Luego salieron corriendo del lugar, mientras los perseguía Loreana Evora.

Los rapiñeros se retiraron en la moto hacia la localidad de Soca. Poco después tomaron por Camino Las Toscas y abandonaron la moto en un descampado. Allí los esperaba Maximiliano Mederos, en el Fiat, para llevarlos hacia Montevideo.

Como consecuencia de los disparos recibidos, Yovani Evora y Carlos Álvarez perdieron la vida en el lugar, mientras que Jhony Rodríguez falleció cuando era trasladado en una ambulancia. La joven Loreana Evora resultó ilesa.

Fue una masacre. Realizadas las autopsias, los equipos forenses determinaron que Yovani Evora recibió tres impactos de bala, dos de ellos en el tórax y uno en un muslo. En tanto, Carlos Álvarez, su pareja, sufrió un tiro en el tórax, mientras que el hijo de la comerciante, Jhony Rodríguez Evora fue impactado por tres balazos, dos de ellos en su cabeza y uno en el brazo.

Un rato más tarde, en un baldío ubicado en una zona próxima al comercio de las víctimas, fue hallada la moto utilizada en la rapiña, y a escasos metros de ésta, la Policía encontró un pasamontañas negro similar a la prenda con que el imputado que viajaba como acompañante de la moto llevaba para cubrir su rostro.

Una vez analizado por Policía Científica se pudo determinar que el pasamontañas tenía ADN de Mederos.

Lo que viene después es una serie de errores que dejaron expuestos a los delincuentes. Hay que recordar que Mederos había trasladado a Cancelo hasta Estación Floresta. Y en un lugar próximo al comercio, les facilitó a uno de los rapiñeros su pasamontañas de lana. Luego que Cancelo y el adolescente salieron del comercio asaltado y abandonaran la moto que los implicaba, uno de ellos dejó cerca de la moto el pasamontañas de Mederos. En el Fiat Uno, Mederos sacó a Cancelo y al adolescente del lugar del hecho y los llevó a Montevideo.

Pericias claves

El primer error de Cancelo fue dejar su huella palmar en la moto abandonada. Y el segundo fue constatado por la Policía Científica.

Los peritos establecieron que el arma que Cancelo había utilizado para balear a un joven rival en la pierna en Las Vegas Norte era la misma que usó en el triple crimen de Estación Floresta.

Cancelo tenía múltiples indagatorias, varias de ellas por lesiones de entidad y era poseedor de varios antecedentes penales, el último de ellos por un delito de rapiña especialmente agravada, señala un escrito de la Fiscalía.

Cancelo vivía a unos 100 metros en línea recta del comercio de Yovani.

Provocaciones

Luego de múltiples allanamientos, los investigadores de Homicidios de Canelones ubicaron al adolescente que trasladó la moto a Estación Floresta y a Mederos que luego los sacó del lugar en el auto. Ambos fueron imputados por haber participado en el triple crimen.

En forma paralela, desde las redes sociales, Cancelo se burlaba de la fiscal Tania Vidal y de la Policía de Canelones.

Los investigadores policiales realizaron múltiples allanamientos en Montevideo y en Canelones.

En un momento, la Fiscalía llegó a suponer que Cancelo había logrado a escapar a Brasil y pidió a la Justicia una requisitoria internacional.

La preocupación central de la fiscal Vidal era el consiguiente peligro para la única testigo de lo ocurrido y el entorpecimiento de la investigación.

En mensajes publicados en su cuenta de Facebook, Cancelo amenazaba a la fiscal al mismo tiempo que se solidarizaba con las pérdidas de la familia Evora y culpaba a otra persona del crimen.

Ante la ausencia de otra línea de investigación, la fiscal pidió a la jueza Jimena Rosas Balza que solicitara información a la empresa Meta, ya que utilizó la red social Facebook para realizar varios posteos. La magistrada hizo lugar al pedido de la Fiscalía.

El 14 de enero de este año, Cancelo fue capturado por la Policía.

En la audiencia de formalización, el fiscal de Atlántida, Mario Monteocar expresó que la evidencia balística que tiene en su poder la Fiscalía da cuenta que el arma utilizada en la agresión a dos jóvenes en Las Vegas norte “es la misma” que utilizó uno de los presuntos homicidas (Cancelo) en el comercio de Estación La Floresta.

De comprobarse su participación en ambos hechos, Cancelo enfrentará una pena de 15 a 30 años de cárcel por el triple homicidio y de 20 meses de prisión a seis años de cárcel por las lesiones a dos jóvenes. Ambas penas se cumplen por separado.

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