El juez Diego González condenó a 18 años de prisión a un hombre que asfixió a una mujer, le robó todas sus pertenencias y estuvo al menos tres días realizando tareas para ocultar el homicidio. En esos días, se llevó cosas de la casa de la víctima y quemó el cuerpo, cuyos restos repartió entre un tubular en el Cementerio del Norte y un terreno baldío.
Víctima y victimario se habían conocido por medio del hijo de ella, que cuando ocurrió esto —en enero de 2023— tenía 23 años. El joven era consumidor y había pasado a vivir con el asesino, quien vendía droga. “El acusado se dedicaba a comercializar drogas, se manejaba en un ambiente hostil, generalmente captaba a personas con cierta fragilidad, sobre todo consumidores, justamente que de alguna manera trabajaban para él”, explicó en audiencia la fiscal adscripta de Homicidios de 3er Turno, Paula Goyeni.
La propia víctima era consumidora de drogas y, en alguna oportunidad, había hablado con el victimario para pagar una deuda de su hijo.
Pero el hijo de la víctima no era el único que vivía en la casa del acusado. También lo hacía otro joven que fue testigo del homicidio y encubrió el hecho. Por este delito fue condenado semanas atrás por esta causa.
El homicida “controlaba sus movimientos, siempre estaba armado, de alguna manera, sentían que infundía temor, porque era quien tomaba las decisiones”, indicó la fiscal.
Con ese escenario complejo, el 14 de enero la víctima y el asesino fueron en el auto de ella a buscar a su hijo. Los tres llegaron a la casa de la mujer, el joven permaneció en el living y el acusado junto con la mujer se dirigieron al dormitorio.
Allí comenzaron a discutir, él la tomó por el cuello y la asfixió. El hijo de la víctima vio lo que pasó ya que cuando escuchó los gritos de su madre se acercó a la habitación para ver qué sucedía.
“Ya fue, me tenía re zarpado, me tenía re quemado", decía el homicida según escuchó el hijo de la víctima.
Los hombres dejaron el cuerpo donde estaba y se fueron a su domicilio. Luego de eso, durante —al menos— tres días, fueron y vinieron varias veces de la casa de la mujer, se llevaron objetos, muebles, electrodomésticos, documentos y más. Esto, además de su auto —el que utilizaron para hacer todo el trajín— y su perro.
En determinado momento, se llevaron el cuerpo de la víctima, lo seccionaron, lo quemaron y lo dejaron en dos lugares. Uno de ellos fue un descampado en las inmediaciones de la rambla Costanera del Arroyo Miguelete y el otro fue en un nicho en el sector de los tubulares del Cementerio del Norte.
El delincuente no esconder sus movimientos ya que portaba una tobillera electrónica por una denuncia doméstica que había recibido de una expareja. Las trazas del GPS muestran todos los lugares en los que estuvo y en qué horarios.
Para la Fiscalía de Homicidios de 3er Turno, que encabeza Adriana Edelman, el motivo del crimen fue que quería robarle las pertenencias. Por eso lo acusó por la comisión de un delito de homicidio muy especialmente agravado por haberse consumado para cometer otro delito, que en este caso es el robo. Además, lo responsabilizó de un delito de vilipendio de cadáver agravado por lo que hizo con el cuerpo.
A fines de setiembre, el juez González validó el acuerdo abreviado que hizo el joven acusado de encubrimiento con la Fiscalía y lo condenó a siete años de prisión. En esa instancia, la Fiscalía indicó que presentaría la demanda acusatoria para ir a juicio contra el acusado de homicidio y que pediría se lo condene a una pena de 25 años de cárcel.
Sin embargo, luego de realizar un nuevo análisis del caso y con anuencia de la defensa del acusado, optaron por resolver la causa por un proceso simplificado. Esta estructura, que fue introducida por la Ley de Urgente Consideración, funciona como una especie de “juicio resumido” en el que no se presentan todas las pruebas, solo algunas.
En este caso fue la declaración del acusado, quien asumió ser el culpable del crimen, que funciona como un atenuante al momento de determinar la pena. Por eso, la Fiscalía finalmente pidió 18 años de prisión, con lo que el imputado estuvo de acuerdo.