Comenzó el juicio a Eduard “Chopo” Salandrú: el escalofriante relato del asesinato de Betiana Araújo

“No me dejes morir, China”, imploró víctima del Chopo; empezó el juicio.

Compartir esta noticia
Patrullero
El cuerpo de Betina Araujo, de 27 años, fue encontrado por vecinos del asentamiento Causeglia el 29 de dicembre de 2021.
Foto: Fernando Ponzetto/Archivo El País.

El 24 de diciembre de 2021, el exrecluso Eduard Salandrú, alias el Chopo, le dio muerte en “forma brutal y despiadada” a una joven llamada Betina Araujo (27) conocida con el apodo de “Bunker”. Así lo señaló el fiscal de Violencia Basada en Género de 1° Turno, Schubert Velázquez, en una audiencia realizada el lunes 4.

“La víctima sufrió torturas físicas y psíquicas” antes de ser asesinada, explicó el fiscal a la jueza penal Mercedes Reyes.

Chopo Salandrú pasó gran parte de su vida en prisión. Fue condenado en 1999 por una tentativa de homicidio y luego por un homicidio cometido en 2001 cuando compartía celda y era ladero de uno los presos más peligrosos del sistema carcelario de aquel entones, Néstor Peña Otero, alias el Rambo.

En la audiencia, el fiscal agregó que Betina era una víctima con “total vulnerabilidad” porque vivía “en el mundo de la droga y del meretricio”.

Mientras que Salandrú obtenía ingresos a través de la cría de chanchos en el barrio de La Teja (Montevideo) era cliente periódico de la víctima, relató el fiscal.

El Chopo y Betina se encontraron en una vivienda precaria que funcionaba como “un achique”, un lugar donde se reunían consumidores de pasta base.

Según relató Velázquez en el Juzgado, antes del 24 de diciembre de 2021 la víctima le había sustraído una “pipa” al Chopo y la raspó para extraer una cantidad muy mínima de droga.

El 24 de diciembre de 2021, Salandrú y Betina coincidieron otra vez en “el achique”. Luego, la joven decidió ir la casa de Salandrú pese a que una amiga, Betina Flores, alias la China, le advirtió que no fuera.

En la casa, el Chopo desnudó a Araujo casi por completo y luego le ató los pies y las manos con cables. Posteriormente, le tapó el rostro con un trapo.

Araujo gritó pidiendo auxilio durante un buen rato. La única persona que se acercó al lugar fue su amiga que, a través de un agujero de la precaria vivienda del Chopo, pudo ver lo que ocurría.

El fiscal relató en el juzgado que Salandrú quiso colocar viva a Betina Araujo dentro de una tarrina de agua. Como no pudo, tomó una pulidora y le cortó los brazos.

En ese momento la China entró en la casa e imploró al Chopo que no matara a la joven.

“No me dejes morir, China”, gritó Betina.

Salandrú no tuvo piedad. Tomó una cuerda y le dio muerte a Araujo mediante asfixia por haberle robado unos miligramos de pasta base. Luego colocó el cadáver de la víctima dentro de la tarrina y la cargó en un carro de caballos para luego arrojarla en el arroyo Pantanoso.

El cuerpo de Araujo fue encontrado el 29 de diciembre de 2021, a poca distancia de donde se produjo la muerte.

El juicio

En la audiencia realizada el lunes pasado, el fiscal Velázquez dijo a la jueza Reyes que Salandrú era acusado por los delitos de homicidio muy especialmente agravado por la brutal ferocidad, graves sevicias (torturas) y autoevasión en grado de tentativa. “Por un motivo nimio -el robo de una pipa de pasta base- y desproporcionado, Salandrú le dio muerte”, expresó el fiscal.

Chopo Salandrú tiene unos 50 años, un físico de jockey y suele peinarse con raya al medio. El martes 5, al día siguiente de iniciado el juicio, Salandrú ingresó a la audiencia con un respetuoso “buenas tardes”, se sentó y se sacó una campera de algodón gris. Llevaba un jogging negro, dos camisetas de algodón -una encima de la otra- y championes.

Durante la audiencia, escuchó con atención los hechos que se le imputaban y casi no habló con los defensores de oficio, Andrea Souto y Diego Moreira. Se limitó a seguir las declaraciones de efectivos de Policía Científica sobre imágenes y documentos relacionados con el crimen de Araujo.

El juicio continúa. Antes de fallar, la jueza Reyes escuchará los puntos de vista de los abogados defensores de Salandrú y los de la víctima representados por el Consultorio Jurídico de la Facultad de Derecho.

Un "pesado"

En el 2001 se desató una guerra de pandillas en el Penal de Libertad. Una de las bandas era liderada por Néstor Peña Otero, alias Rambo, y la otra por Luis Pierri.

El conocido Rambo tenía dos aliados: Alejandro Rodríguez de Armas y Chopo Salandrú. Mientras que uno de los jefes de la banda de Pierri era Juan Carlos Díaz Cándido.

Por orden de Rambo, Salandrú mató de un tiro por la espalda a Díaz Cándido. Con el correr del tiempo, De Armas mató al Rambo, se fugó de la cárcel, hizo una carrera delictiva en Argentina y fue ultimado en Belo Horizonte en 2020. Salandrú, en cambio, fue uno de los pocos sobrevivientes de aquella guerra de pandillas que sacudió la crónica roja años atrás.

Fiscal Iglesias seguía línea de investigación sobre 10 asesinatos

Antes de que el crimen de Betina Araujo pasara al fiscal Schubert Velázquez, estuvo en manos de su colega Raúl Iglesias. En la sede de la Fiscalía, Eduard Salandrú Fontela, alias el Chopo, negó ante Iglesias su participación en el asesinato de Araujo. Sin embargo, un testigo protegido y otras evidencias lo incriminaron.

Iglesias tenía la hipótesis de que Salandrú Fontela era responsable de otros asesinatos. Por eso, le pidió a investigadores del Departamento de Homicidios que le pasaran todos los crímenes sin aclarar en La Teja tanto de hombres y mujeres en situación de calle. El Chopo operaba en esa zona en un carro de caballos. La petición se realizó en el marco de un expediente. Los policías entregaron una lista con 10 personas fallecidas. Pero luego Iglesias fue transferido a otra fiscalía y esa línea de trabajo no fue profundizada.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

premium

Te puede interesar