"Les gritaban que se tenían que volar": lo que sabe la Fiscalía sobre el séxtuple homicidio en el ex-Comcar

Este viernes la Justicia imputó a siete personas por la investigación del homicidio y el Ministerio Público seguirá investigando a otros presos por su posible participación en el crimen

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Comcar
El recluso se encuentra en la cárcel de Santiago Vázquez (ex-Comcar) como medida cautelar.
Foto: Leonardo Maine/Archivo El País.

Eran tantos los involucrados, que en el juzgado penal de Montevideo se habilitó un gran auditorio que rara vez se usa. Al fondo del salón, más arriba, ubicaron a los familiares de las víctimas y luego fue que, uno a uno, comenzaron a ingresar los imputados, que en seguida miraron fijo hacia allí. Había más de un policía asignado a cada investigado, que buscaron la mejor forma de ubicarse para evitar cualquier incidente. Apenas entraron, uno de los reclusos, mientras miraba hacia el fondo de la sala, le dijo a su compañero: “Nos van a matar acá adentro”.

Durante la audiencia, la fiscal de Homicidios Andrea Naupp relató con detalles por qué creía que los siete presos allí sentados habían quemado la celda 94 del sector B2 del Módulo 4 del ex-Comcar y, así, asesinaron a seis reclusos que estaban allí el último 25 de setiembre.

Contó cómo —según su investigación— uno de los ahora imputados apuñaló a una de las víctimas en medio de una discusión, que corrió a refugiarse en su celda y se trancó adentro con sus compañeros. Así fue cómo el resto de los imputados, que eran de celdas vecinas y una enfrentada a la 94, comenzaron a tirarles nafta por dos lugares: el “sapo” de la puerta (la abertura por donde les pasan las comidas) y por un boquete del tamaño de una carpeta que tenían con la celda 95.

Según relataron testigos, arrinconaron a los presos de esa celda en el baño y amenazaron a los presos que estaban en ese piso para que no gritaran. Con encendedores, prendieron la punta de polifón que le habían puesto a bastones y lanzas caseras. De esa forma, el fuego, que estaba alimentado por nafta, grasa y el propio polifón, comenzó a tomar los colchones.

Solo hubo un sobreviviente. Él logró hacer fuerza con la puerta y salir, pero de todas formas quedó con quemaduras por fuego directo en la cara, el cuello y los brazos.

Al principio, previo al incendio, había “más de 35 personas con objetos cortantes, queriéndolos lastimar”, dijo uno de los testigos. Otro de ellos contó que, durante ese momento, había tres de los imputados que “organizaban el ataque y gritaban que iban a matar a los de la 94”.

En la causa declararon frente al juez Emilio Baccelli 19 testigos de identidad reservada. Uno de ellos, le dijo que “los de la celda 94 no salían porque los veían tirando lanzazos y fuego”. Y “¿cómo se iban a defender si no?”, se preguntó y contestó: “Les gritaban que se tenían que volar. Como poder salir, podían salir, pero si salían los cocían a puñaladas”.

Las víctimas, al principio, gritaban “¡por favor!, ¡ya está!, ¡ya está!, pero después no se los escuchó más”, relató otro.

El juez Baccelli les preguntó a los imputados si habían entendido el extenso relato fiscal y ahí comenzó el intercambio. “Los testigos dicen una cosa y después dicen otra. A mi me ven con cuchillo, lanzas y tengo dos manos no más”, criticó uno de ellos. Otro dijo que “en la calle había hecho de todo”, pero que esta vez era inocente y que todavía le tocaba una pena muy larga por cumplir, por lo que no tenía por qué mentir.

Los gestos de dolor y de rabia en los familiares de las víctimas se acentuaban. Algunos murmuraban por lo bajo, con incredulidad. Otros se agarraban de la silla y se inclinaban hacia adelante, visiblemente nerviosos.

Sobre el final, una de las defensoras públicas pidió averiguar por qué están en malas condiciones carcelarias (sin poder recibir visitas, en módulos de castigo) cuando aún no están condenados por el hecho. Uno de los abogados de las víctimas, Rafael Silva, hipotetizó que quizás era porque había parientes directos de los fallecidos —primos, padres y hermanos— en cárceles y pretendía resguardar la integridad de los propios imputados.

Instantes después, sacaron de la audiencia a una de las hermanas de los fallecidos que, tras haber escuchado el minucioso relato fiscal, le gritó y amedrentó a los imputados.

¿Qué motivó el conflicto inicial?

Aún no está determinado fehacientemente las razones del conflicto primario que terminó en el incendio fatal. La Policía y la Fiscalía exploran varias posibilidades, aunque por ahora la principal es que se estaban peleando por las comisiones que ganan por el trabajo en la cárcel. Testigos señalaron que los agresores decían que los de la celda 94 se tenían que ir del módulo.

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