MALDONADO

La condena para los autores del crimen del profesor de inglés Edward Vaz, ocurrido el 9 de julio de 2018, fue ejecutada en agosto de 2020 y ratificada ahora por el Tribunal de Apelaciones en lo penal de 2° Turno.

“Las sanciones impuestas se encuentran dentro de los márgenes establecidos para el relato en cuestión y se respetaron las pautas determinadas por el artículo 86 del Código Penal, razón por la cual serán ratificadas”, indica el fallo judicial al que accedió El País.

A pedido del fiscal del caso, Sebastián Roble, la magistrada Ana Guzmán había condenado a seis personas por el crimen de Vaz. Lulukhy Moraes, expareja de Vaz y una de las ideólogas del crimen, fue condenada a 24 años de penitenciaria por “un delito de coautoría de homicidio especial y muy especialmente agravado”.

Mauro Machado, quien estaba relacionado sentimentalmente con Moraes en el momento del crimen y que también fue señalado como otra de las mentes en el homicidio, fue condenado a la misma pena de prisión por el mismo delito. Ambos planearon juntos el asesinato del profesor.

En esa instancia también fue condenado a 24 años de prisión Mathías Guarteche, amigo de Machado y el encargado de contratar a los sicarios para asesinar a Vaz en la puerta de su casa en julio de 2018. Carlos Alberti, el hombre que tocó el timbre de la casa de Vaz para que saliera y otra persona le disparara, fue condenado a 25 años de penitenciaría.

En tanto, los otros dos involucrados en el juicio conocido como la Mansión del Sexo, Leticia Giachino -“amiga dócil de Moraes, según la jueza”- y Franco Silvera -empleado- fueron condenados como cómplices del crimen con ocho años de penitenciaría.

Tras la apelación de las condenas en primera instancia, un tribunal ratificó el miércoles cada una de ellas y la sentencia quedó firme.

De esta manera quedó firme la condena de las dos mentes que planearon el crimen, de los dos choferes que se necesitaron para trasladar a los sicarios de Montevideo hasta la casa de Vaz en Maldonado, de uno de los sicarios y de la amiga de Moraes.

“Alfa”, el hombre que apretó el gatillo cuando Alberti tocó el timbre, aún no fue condenado porque se decidió que fuera juzgado en una investigación aparte de la del resto.

El tribunal ratificó el fallo de Guzmán, que avaló la teoría del fiscal Robles: Moraes y su pareja en aquel entonces, Mauro Machado, planearon el asesinato de Vaz aquella noche. Machado se contactó con Mathías Guarteche, un conocido de su barrio en Montevideo, y le ofreció dinero para trasladar a los dos sicarios desde Montevideo a Maldonado. Al llegar a la ciudad realizaron un trasbordo en otro auto que lo manejó alguien que conocía con detalle el edificio donde vivía Vaz: Franco Silvera.

Este hombre llevó a los sicarios hasta la casa de Vaz, los esperó y los devolvió al auto de Guarteche para que este los regresara a Montevideo una vez que mataran al profesor. Pero para que Silvera y Guarteche pudieran concretar ese encuentro necesitaban hablar por teléfono. Ahí es cuando entró en escena Giachino -la amiga- facilitando los celulares.