Mató a un joven por una guerra de bandas y los tíos de la víctima balearon a su padre: hubo tres condenas

El primer ataque y el segundo ocurrieron con tres días de diferencia, la hermana del primer agresor ya había dejado el barrio producto de las amenazas

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Archivo El País. Foto: Fernando Ponzetto

Con días de diferencia, la Justicia condenó al autor de un homicidio y a parientes de la víctima que, ante esa muerte, salieron a buscar venganza. Los hechos ocurrieron en el marco de un conflicto de bandas en el barrio Las Acacias, según dijo en la audiencia judicial la fiscal adscripta de Homicidios Victoria Ghiorsi.

Las condenas tuvieron lugar con días de diferencia en el mes de diciembre, pero el primer hecho ocurrió en la madrugada del 7 de febrero. Tres jóvenes estaban teniendo una "especie de reunión" en el patio de una casa en el barrio Las Acacias, cuando se vieron sorprendidos por otros tres que comenzaron a disparar hacia ellos. Uno de ellos era menor de edad y fue imputado por la Justicia de Adolescentes, otro nunca fue identificado y el tercero es quien resultó condenado en esta instancia.

Uno de los tres jóvenes que participaba de la reunión murió producto de las heridas, otro recibió varios disparos que pusieron en peligro su vida, pero se recuperó y el tercero tuvo lesiones leves.

Este episodio tuvo repercusión en el barrio. La hermana del mayor de edad encarcelado tuvo que dejar su casa frente a las amenazas. Tres días después del homicidio, pidieron custodia policial para poder mudar de barrio a la abuela de este joven de forma segura.

Sobre las 14:30 horas, el camión de la empresa mudadora comenzó a hacer su trabajo y el móvil policial se retiró. Fue en ese momento que pasaron dos hombres corriendo y arremetieron a tiros contra la vivienda. Hirieron gravemente al padre del joven imputado por el primer homicidio. "No se murió de casualidad", dijo en una de las audiencias judiciales la fiscal adscripta de Homicidios Natalia Pereira. En su momento, requirió de asistencia ventilatoria mecánica y sedación.

Los agresores resultaron ser los tíos del primer fallecido, que también fueron detenidos. Ambos casos fueron investigados por la Fiscalía de Homicidios de 1er Turno, que en ese momento estaba a cargo de Carlos Negro, futuro ministro del Interior.

El responsable del primer homicidio aceptó un acuerdo abreviado y fue condenado a ocho años y diez meses de prisión. Aceptó haber sido el responsable tanto del asesinato como de las lesiones de los otras dos víctimas. El juez Óscar Pereyra computó como agravante que el crimen se haya cometido en la noche, el hecho de que el imputado es reincidente, la utilización de armas de fuego y que en el hecho hayan colaborado inimputables (por el adolescente que actuó junto a él). Como atenuante se tuvo en cuenta la admisión de los hechos.

Al momento de la condena, el joven se limitó a insistir en que no hubo un tercer agresor en el hecho como indicaba la Fiscalía. También intervino la defensora de la familia de la víctima, Victoria Bruckner, quien sostuvo que su representada se había reunido con el fiscal Negro y, aunque inicialmente estaba disconformes con la pena, tras una conversación entendieron que no iba a haber cifra que alcanzara para paliar el dolor causado y que este era el acuerdo posible.

Pocos días antes de esa audiencia judicial en la que se dictó la sentencia, habían condenado a los tíos de la víctima por la tentativa de homicidio al padre del imputado. A uno de ellos, el que ejecutó los disparos que hirieron a la víctima, aceptó un acuerdo abreviado en el que se reconoció responsable de la autoría de la tentativa de homicidio y de un delito de porte de arma de fuego en lugares públicos. La pena acordada fue de tres años de cárcel.

El otro tío también aceptó un acuerdo abreviado. El juez Marcelo Souto lo condenó por la coautoría de la tentativa de homicidio, el porte de arma en lugares públicos y el delito de porte de arma por reincidente. Este último delito computado se debe a que tenía un antecedente penal de un año antes, también por porte de arma.

PROCESO PENAL

Acuerdo abreviado

Los acuerdos abreviados son una de las maneras de solucionar los conflictos penales. Al aceptarlos, el imputado acepta ser el responsable de los hechos por los que se lo acusa y renuncia a su derecho a ir a juicio oral. En este tipo de juicios, cada parte —Fiscalía y defensa— presentan su prueba y el juez decide si la persona es culpable o inocente y, de darse el primer caso, cuál es la pena que corresponde.

El acuerdo tiene como beneficio que, al negociar con la Fiscalía, la pena puede disminuirse hasta en un tercio de lo que el Ministerio Público pediría si fuera a juicio oral. Esta forma de solucionar el conflicto no puede utilizarse en todos los casos. Solo está disponible para aquellos delitos que tienen una pena mínima de hasta cuatro años, como es el caso del homicidio simple. Si se hubiera computado alguna agravante muy especial —femicidio, el homicidio para encubrir otro delito, cometerse en frente a niños, etc— el caso es llevado a juicio oral obligatoriamente.

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