Mató al hombre que intentó robar sus ovejas, fue condenado y apeló, pero el Tribunal le aumentó la pena

En primera instancia había sido condenado a cuatro años de prisión, pero tras la apelación aumentó a seis; "no se justifica la racionalidad del medio empleado", se argumentó en el fallo.

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Juzgado de Florida
Juzgado de Florida
Foto: Archivo El País

El Tribunal de Apelaciones de 2o Turno confirmó la condena y aumentó la pena para un hombre que mató a otro que intentaba robar sus ovejas en agosto de 2020. Si bien la defensa del condenado argumentó que se trató de legítima defensa, el equipo fiscal sostuvo que fue un ataque premeditado, y finalmente deberá cumplir con seis años de prisión.

Eran las 02:30 de la madrugada del 30 de agosto, cuando el ahora condenado y su pareja sintieron ruidos extraños en el patio de su casa, ubicada en la calle Herrera y Reissig de la ciudad de Florida, acompañados por ladridos de perros. Al mirar por la ventana, el hombre vio una silueta que se dirigía hacia un galpón ubicado en el fondo, próximo a sus ovejas, por lo que atinó a tomar una chumbera adaptada a rifle calibre 22, y disparó.

Inmediatamente fue al cuarto de al lado a buscar más municiones, y apenas dejando pasar un minuto y observando que la figura extraña seguía allí, disparó nuevamente. A continuación se escuchó un grito de dolor, y a pesar de intentar escapar, el intruso, que resultó ser un hombre de 31 años con antecedentes, se desplomó ya sin vida.

Los dos disparos impactaron en el hombre. Uno de ellos ingresó por el cuello, mientras que el otro dio en el tórax.

Si bien las pericias demostraron que un tercer proyectil quedó en la recámara listo para ser disparado, el matador se dio cuenta que su objetivo ya había caído, por lo que guardó su arma y pidió a su pareja que llame a la Policía. "En la grabación de la llamada se la escucha tranquila, informando que había entrado un ladrón, quien se encontraba tirado en su predio", dice la sentencia a la que accedió El País.

Luego, encendieron la luz del patio interno, salieron de la vivienda, iluminaron el cuerpo con una linterna, y volvieron a ingresar, según la reconstrucción de la escena realizada para el juicio.

Robo previo y discusión por la pena

También durante la madrugada, pero del 19 de agosto, el condenado y su pareja habían sido víctimas del robo de dos de sus ovejas, y otros objetos como una cámara, un bocallaves, una mochila, y alimentos.

Si bien en ese momento se desconocía el autor, y el caso nunca llegó a cerrarse, el hombre realizó averiguaciones para saber "si alguien estaba vendiendo corderos". De la investigación surge que el que luego terminó falleciendo estaba ofreciendo esos animales.

Tras realizar la denuncia, el ahora condenado hizo un agujero en la malla sombra de su ventana para ver mejor hacia el fondo, por donde luego disparó el día del homicidio. Además, dijo que a partir de ese primer robo comenzó a dejar las ventanas entreabiertas para estar alerta.

En este punto las posturas de Fiscalía y la defensa del fallecido se enfrentaron. Según el equipo fiscal, el homicidio fue premeditado, ya que aseguraron que obtuvo información para saber quién fue el ladrón de sus ovejas y lo habría esperado para "vengarse".

"La decisión previa y persistente adoptada, la mantuvo hasta que le dio muerte, pese todos los elementos disuasivos que había (...) y hasta pudo llamar en forma inmediata a la Policía, cuando escuchó los perros y vio una silueta en el predio, pero no lo hizo", agregó el equipo fiscal en un documento al que accedió El País.

Por su parte, los abogados del matador argumentaron que se trató de una legítima defensa, debido a que el fallecido "vulneró el derecho a la intimidad y amenazaba a su integridad física". Otro punto utilizado por la defensa fue que al intruso se le encontró un arma blanca en una manga.

Finalmente, el Tribunal determinó que se trató de una legítima defensa incompleta, ya que aseguró que "no existió un ataque inminente del intruso hacia su persona o su familia", por lo que "no se justifica la racionalidad del medio empleado (arma de fuego)".

Si bien en primera instancia el hombre había sido condenado a cuatro años de penitenciaría, ambas partes apelaron la resolución. Tras realizar un análisis de la evidencia, y considerar agravantes y atenuantes, el Tribunal mantuvo la imputación de un delito de homicidio en reiteración real con un delito de porte y tenencia de arma de fuego, aunque aumentó la pena a seis años.

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