DE LA RIQUEZA A LA INDIGENCIA
Se trata de “una de las mayores estafas perpetrada en la historia de nuestro país y del sur de Brasil”, según consta en una denuncia interpuesta en Artigas.
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Un complot maquiavélico, urdido con la complicidad de una habilidosa “médium” y sus familiares, en la ciudad de Artigas, consiguió despojar a una ciudadana brasileña de una herencia valuada en 20 millones de dólares. Entre esos bienes hay estancias, inmuebles, acciones en empresas, cabezas de ganado y cuentas bancarias.
Según consta en una denuncia interpuesta este mes de agosto en un juzgado penal de Artigas, se trata de “una de las mayores estafas perpetrada en la historia de nuestro país y del sur de Brasil”.
La víctima, Marina Brasil Goncalves, que hasta hace unos años poseía campos con ganado y valiosas residencias en Artigas y en la vecina Quaraí, vive hoy de agregada en un humilde rancho de madera en la ciudad de Livramento, a un paso de la indigencia. “Me robaron todo”, afirma.
¿Cómo llegó a concretarse esa estafa? La damnificada lo relata en la denuncia que patrocina el doctor Fernando Araujo, abogado riverense.
La mujer que orquestó el complot, conociendo las creencias religiosas de Marina Brasil Goncalvez, “decía que tenía contacto espiritista con mi fallecido esposo” y que era este quien le indicaba a través de la “médium” los pasos que debía seguir.
“Hay que hacer esto”, “hay que firmar aquello”, “hay que ir a tal lado”, “hay que hablar con tal escribana”. Obviamente, se trataba de toda una maniobra que terminó con la cesión de derechos hereditarios (en forma gratuita) del patrimonio sucesorio.
Marina Brasil tomó conciencia dos años después de la situación en la que se encontraba, cuando recibió en su domicilio de Livramento un exhorto intimando “en un plazo de tres días” el pago de un vale por U$S 3.000.000 en concepto de “honorarios” por los trámites de sucesión.
“No solo me robaron todo en Uruguay, sino que se repartieron mis bienes en Brasil, y por las dudas me quieren ejecutar por tres millones de dólares”, asegura Marina.
El patrimonio.
Los bienes del “despojo” están enumerados con detalle en la denuncia penal. Entre otros: una estancia (San Roque) de 4.431 hectáreas de extensión, con 2.000 bovinos y 3.500 ovejas; una estancia ubicada en la Comarca de Quaraí (Brasil), con una superficie de 1.974 hectáreas, con vivienda y ganado; una casa en la calle principal de Quaraí (130 metros cuadrados); una camioneta Ford modelo Willys, un Dodge Dart y una camioneta Ford F1000.
Además, una cuenta corriente en el banco Banrisul, de Quaraí, con 299.400 reales (US$ 56.474 al cambio actual), y acciones en dos empresas brasileñas, entre otras propiedades.
El valor del acervo hereditario se estima en una suma superior a los 20 millones de dólares, según documentos presentados en el juzgado penal de Artigas.
“Con la excusa de ayudarme y defender mis intereses, la médium se fue a vivir a la estancia San Roque y allí comenzó un verdadero saqueo, transfiriendo a su marca en DICOSE más de mil bovinos y una cantidad similar de ovinos… Cambió las caravanas de los animales para su marca y se robó los ganados”, asegura Marina Brasil en la acusación, a la cual adjunta fotografías de la red social Facebook donde aparece la usurpadora marcando ganado y, en otra, asando un cordero en el predio rural que pertenecía a la legítima heredera.
Todo en familia.
Como se verá, las personas que intervinieron en la maniobra para defraudar a la viuda estaban emparentadas entre sí por lazos de sangre o matrimonio.
La “médium”, identificada con su nombre en la denuncia y aquí por sus iniciales CCF, era vecina de Marina en Artigas.
Después de que falleciera el esposo de la denunciante, Francisco Rodrígues Outeiro, el 3 de julio de 2017, la viuda cayó en una profunda depresión y su salud mental se vio “seriamente afectada”. Con el pretexto de facilitarle la sucesión de bienes en Uruguay, CCF la convenció de que dejara los trámites en manos de dos abogados “de confianza”: su hermana (ACF) y su cuñado (MS). Otros dos familiares -entre ellos el hijo de CCF y una prima (EVF), que es escribana- también tuvieron su parte en el proceso que culminó con la “cesión a título gratuito de todos los derechos hereditarios” a favor del frondoso árbol genealógico de la familia de la médium.
De esa cesión, que tuvo lugar en 2017, “recién vine a enterarme en julio de 2019, porque la mantuvieron escondida”, afirma Marina en la demanda.
“Al estudio de la escribana fui acompañada por CCF y sin explicaciones me hicieron firmar lo que pensaba era parte de las tramitaciones normales de una sucesión en Uruguay”. Marina explica: “Soy brasileña, nacida en Cruz Alta, zona lejana de la frontera; no conozco el idioma castellano, no entiendo términos jurídicos; no hubo intérprete ni testigos”.
La médium, en su foto de perfil en Facebook, se presenta con lentes oscuros, ropas oscuras y un tocado negro en la cabeza. En el álbum de imágenes, hay fotografías de la lujosa estancia San Roque, donde hoy reside, y entre los lemas que escribe en su muro hay uno elocuente: “Si vas a pecar, peca bien y con ganas; el castigo será el mismo”.
Le intiman pago de vale millonario
Entre los papeles que Marina Brasil firmó, hay un vale por 3 millones de dólares que presuntamente la víctima firmó a favor de un abogado de Livramento. El pagaré, que luego fue cedido al hijo de CCF, ahora ha sido impugnado “por falsedad ideológica y material”. El pagaré original lleva la fecha del 27 de septiembre de 2017. Cuando se quiso ejecutar, no pudo concretarse el pago porque las intimaciones judiciales, una tras otra, eran enviadas al antiguo domicilio de Marina, en la estancia San Roque, donde ya no vivía.
Recién hace menos de un año, cuando el hijo de CCF se hizo con el vale, le llegó el papel del juzgado al domicilio donde reside la mujer, en Livramento.
“Empecé a desconfiar que algo estaba mal y fue cuando consulté con mis nuevos profesionales, quien tanto en Brasil como en Uruguay, rápidamente advirtieron la maniobra”, contó Marina.
“El trato que empecé a recibir de la señora CCF ya no fue el de una amiga que ayuda, sino que empezó a demostrarme que ya no me necesitaba más. La herencia era suya y yo empezaba a ser una molestia innecesaria”, explica.
Ahora, todo ese entramado está a estudio del juzgado Letrado de 1ª Instancia de Artigas, donde se iniciaron los trámites para declarar la nulidad de la cesión de derechos de sucesión.
Vivió como estanciera y ahora es casi indigente
Marina Brasil Goncalves, de nacionalidad brasileña, vivió 25 años con su esposo Francisco Rodrígues Outerio. Residían en dos estancias, una ubicada en Artigas y otra en el lado brasileño. Cuando falleció su esposo, en 2017, heredó una fortuna valuada en más de 20 millones de dólares. Según consta en la denuncia penal presentada en el Juzgado de Artigas, una vecina, “aparentando un deseinteresada solidaridad, empezó a aconsejarme y comenzó a influir en el trámite de la sucesión y adminsitración de bienes”. Goncalves acabó viviendo así en un rancho en las afueras de la ciudad de Livramento.