La Justicia accedió al pedido de la defensa del ciudadano argentino Nicolás Rocca, imputado por el siniestro de Manantiales ocurrido el 4 de enero, de concederle prisión domiciliaria luego de constatar que en la cárcel en la que estaba no se podía asegurar que recibiera el tratamiento médico que fue recomendado por el dictamen médico y la forense.

Este martes El Observador informaba la medida y según supo El País, en base a fuentes de Fiscalía, este beneficio se le otorgó por cuestiones de salud. La defensa del argentino señaló que en las cárceles uruguayas “no le pueden asegurar el tratamiento médico y psiquiátrico” que tiene que cumplir “periódicamente”.

La prisión preventiva de 45 días estaba siendo cumplida por Rocca en Punta de Rieles. Allí, especificó la defensa, se hizo un “intento por cumplir pero fracasó” y se le suspendió el tratamiento psiquiátrico. Rocca comenzó a tomar medicación luego del accidente.

También se le dio un tratamiento que “no era adecuado” y no se lo llevó a la consulta con el urólogo “que era fundamental según el dictamen médico”, señaló el abogado Ignacio Durán.

“La forense aconsejó que podía ingresar al Instituto Nacional de Rehabilitación si se cumplía de forma estricta con todo lo que señalaba el médico tratante, y en estos días hubo varios episodios que dieron cuenta que no se cumplieron. Hicimos ese pedido y la jueza hizo lugar”, relató Durán.

Según especificaron desde Fiscalía, hacia fines de marzo habrá una nueva audiencia en la que se evaluará el estado de salud de Rocca y se determinará si continúa con ese régimen o vuelve a prisión efectiva a la espera de que finalice la investigación.

Rocca protagonizó el siniestro fatal en Manantiales el pasado 4 de enero y fue formalizado el pasado 15 de febrero por un delito de homicidio culpable calificado por la muerte de dos ciudadanas argentinas y la lesión de otras personas.

El accidente ocurrió cuando la camioneta Volkswagen Nivus que manejaba Rocca por la ruta 104 se cruzó de carril impactando con un Ford Ka; el choque causó la muerte de Josefina Ferrero, de 27 años, quien conducía el auto, y de su amiga Micaela Trinidad, de 26 años, que iba en el asiento de acompañante.