MONTEVIDEO
Desde hace aproximadamente un año y medio los investigadores policiales tenían el nombre de la banda en carpeta. Las autoridades capturaron a delincuente que tenía en vilo a los vecinos.
El barrio Bella Italia forma una especie de cuadrado en el mapa de Montevideo. Y dentro de ese cuadrado, entre medio de Jardines del Hipódromo y Punta de Rieles, un grupo de delincuentes tenía cansados a los vecinos. La banda del “Papurri” se había instalado para romper la paz allí. Hasta que en un momento los propios vecinos no aguantaron más y comenzaron a hablar. Más de 10 rapiñas en los últimos dos meses hicieron que el líder de “Los Papurri” se convirtiera en un objetivo para la Policía.
Desde hace aproximadamente un año y medio los investigadores policiales tenían el nombre de la banda en carpeta. Las novedades policiales en esa zona hablaban de rapiñas a casas, rapiñas a personas que pasaban por el barrio, a comerciantes y a repartidores que se acercaban a ese cuadrado ubicado en el norte de Montevideo. “Papurri”, uno de los líderes de esa banda criminal, estaba requerido por una rapiña a una casa donde vivía un matrimonio mayor. Junto con otros tres delincuentes habían entrado con armas automáticas, los habían golpeado y se habían llevado un televisor, una garrafa y otros objetos. Fue el 6 de mayo de este año.
Los “Papurri”, explican fuentes del caso a El País, eran una especie de “Chingas”, la conocida banda criminal que despojó a familias enteras de sus casas en Los Palomares de Casavalle. Aunque estos otros no llegaban al extremo de ocupar una vivienda, el método era similar. Usaban la violencia, las armas y las amenazas de quedarse con la casa si no les daban lo que pedían. Los investigadores ya habían hecho caer a uno de los cabecillas y comenzaron a recopilar información para hacer caer a otro. Era el turno del que llevaba el apodo que le da nombre al grupo: “Papurri”.
La investigación permitió hilvanar distintos hechos violentos en los últimos dos meses y los policías comenzaron a darse cuenta de que este delincuente, junto con otros miembros de su banda, había rapiñado varias veces. Entre ellas, a un repartidor de supergás, a unos encuestadores del Instituto Nacional de Estadística (INE), a trabajadores de OSE y a un repartidor de alfajores; esta última rapiña se dio el lunes.
Un equipo de investigadores de la Zona Operacional III, bajo la conducción del oficial Williams Ruiz, se enfocó en hacerse de toda la información que tenían sobre el “Papurri” y las rapiñas que habían sucedido en Bella Italia. Una vez que tuvieron los elementos necesarios, la fiscal Brenda Puppo solicitó a la Justicia una orden de allanamiento para hacerlo caer.
“Había toda una familia detrás”, cuenta a El País una fuente del caso. Y agrega que el delincuente de 25 años era “violento”. La madre del propio criminal fue detenida un día por llevar puesta una campera con la que su hijo había quedado filmado en distintas rapiñas. Investigadores del caso relataron que la mujer le dijo luego a su hijo que iba a tener que prender fuego la campera por su culpa y él simplemente rió.
Ayer la Policía allanó la casa de “Papurri” y lo encontraron escondido bajo un montón de ropa. De esta manera los investigadores lograron capturar al cabecilla del grupo y a su hermano, que también tenía en vilo a los vecinos.
El líder de la banda fue imputado hoy por tres delitos de rapiña especialmente agravada, uno de ellos en grado de tentativa y en régimen de reiteración real, en calidad de autor. "Papurri", entonces, esperará en la cárcel la acusasión final por parte de la Fiscalía
“Bocacha”, el otro líder que terminó en la cárcel
En los últimos años la Policía ha hecho diversos trabajos sobre los “Papurri”. La banda cuenta con varios integrantes pero sus principales líderes eran dos hermanos. “Papurri”, de 25 años y detenido ayer, y “Bocacha”, de 22 años y actualmente en prisión. La Policía sospecha que son responsables de unas 15 rapiñas en la zona. Rapiñas a casas, a personas que pasan por el lugar y a trabajadores.
“Bocacha” fue condenado como autor de una rapiña especialmente agravada a la pena de cuatro años de penitenciaría. El destino de “Papurri” dependerá de los elementos de prueba que presente la Fiscalía.